Buenaventura triplicará la producción anual de su mina de cobre Marcapunta a unas 60,000 toneladas métricas. “Si hubiera un aumento significativo de los precios, ese sería nuestro siguiente paso”, dijo Víctor Gobitz.
Los mayores productores de metales preciosos del Perú considerarán realizar una mayor incursión en el cobre si los precios del metal industrial siguen aumentando.
Compañía de Minas Buenaventura SA triplicará la producción anual de su mina de cobre Marcapunta a unas 60,000 toneladas métricas. Otra expansión la llevaría a 100,000 toneladas, convirtiendo a Marcapunta en una de las 10 minas más grandes del Perú, dijo el máximo ejecutivo Víctor Gobitz.
El operador de la mina es El Brocal, filial de Buenaventura.
“Si hubiera un aumento significativo de los precios, ese sería nuestro siguiente paso”, dijo Gobitz en una entrevista telefónica el viernes. Una expansión posterior “implicaría menos riesgo, menos capital y más alto retorno”.
El cobre se recuperó de los mínimos de siete años y el lunes el metal rompió el nivel de US$ 6,000 por tonelada, o alrededor de US$ 2.70 la libra, tras la publicación de datos que mostraron que el crecimiento económico de China se está acelerando.
Buenaventura presupuestó sus proyectos con una previsión conservadora del precio del cobre de US$ 2.50 a US$ 2.60 por libra a mediano plazo. La empresa con sede en Lima iniciar antes de lo planeado algunos de los 10 proyectos que tiene en cartera si los precios suben más y más rápido de lo esperado.
“Somos conscientes de que el número puede ser un poco más alto a largo plazo”, dijo Gobitz. “La experiencia en los últimos años con estos proyectos ’greenfield’ es que requieren hacerlos de manera rigurosa y no podemos comernos etapas”.
El siguiente enfoque de Buenaventura es desarrollar Quecher Main, un proyecto que le permitirá extender la vida de Yanacocha, la mina de oro más grande de América Latina, hasta 2025 o 2026. La empresa podrá autofinanciar la inversión, que será de entre US$ 250 millones US$ 300 millones, dijo Gobitz, y añadió que se espera una decisión final sobre el proyecto el próximo trimestre, cuya producción debería comenzar a mediados de 2020.
Mientras que los proyectos de tamaño mediano como Quecher Main y el proyecto de oro San Gabriel no necesariamente requieren un socio, otros como el proyecto de cobre Greenfield Trapiche podrían necesitarlo, dijo Gobitz.
“Estamos abiertos a asociarnos, pero no estamos buscando un socio de forma activa”, dijo. “Cuanto más maduro sea el proyecto, más conveniente será para Buenaventura buscar un socio específico”.
La compañía se centrará en desarrollar Trapiche y alcanzar acuerdos a largo plazo con las comunidades locales durante el próximo año y medio. “Cuando esta fase esté terminada, podría requerir pensar activamente en un socio”, dijo Gobitz.
Para el año que viene, de momento, la compañía –de acuerdo con el CEO de ésta- se enfocará en el desarrollo de Trapiche y sobre todo en alcanzar acuerdos ambientales y sociales con las comunidades campesinas aledañas al yacimiento.
Cuestión que es clave para la empresa, sobre todo porque su experiencia –según especialistas- en el tratamiento del componente social adyacente a sus proyectos, ha sido muy austero en acuerdos benéficos para la comunidad pero muy “rico” en denuncias medioambientales y pasivos sociales tal como sucedió con la controvertida Yanacocha en Cajamarca, donde Buenaventura tiene una participación accionaria importante [43,65%].
En 2016, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental del Perú [OEFA] impuso 45 sanciones o multas por daños al medio ambiente. Entre las 25 mineras con infracciones se encuentra Buenaventura. Sólo en Arequipa [andes sureños], la OEFA colocó 18 sanciones, de las cuales seis corresponden a Buenaventura. En Moquegua [también al sur], cinco mineras fueron multadas por daños ecológicos por parte de OEFA, entre ellas Buenaventura que fue sancionada hasta en dos oportunidades.