El socio más pequeño de la OPEP busca mayores ingresos económicos para reducir el déficit fiscal que alcanzará un 7,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en este año y apuntalar a su economía dolarizada.
El ministro de Petróleo de Ecuador, Carlos Pérez, reconoció el lunes que Ecuador no está cumpliendo con el acuerdo de recorte del bombeo de crudo entre la OPEP y otros grandes productores, debido a los problemas fiscales que enfrenta el país por la caída de los precios en el mercado mundial.
El socio más pequeño de la OPEP busca mayores ingresos económicos para reducir el déficit fiscal que alcanzará un 7,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en este año y apuntalar a su economía dolarizada.
“El país tenía una restricción de alrededor de 26.000 barriles diarios (bpd) como resultado del acuerdo con la OPEP, lamentablemente estamos a un nivel en este momento de alrededor de 16.000 bpd la reducción, no estamos cumpliendo con la cuota que se nos impuso por las obvias necesidades que el país tiene”, dijo Pérez a un canal de televisión.
Pérez reconoció que Ecuador decidió incrementar paulatinamente la producción de crudo “no a los potenciales que el país tiene porque siempre hay limitantes de la OPEP y la tasa que tenemos como restricción”.
El país andino está desarrollando su mayor bloque petrolero ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini) con reservas de unos 1.747 millones de barriles y tiene en carpeta la explotación de campos menores y el aumento de los niveles de extracción en los ya operativos.
La producción de Ecuador se ubica actualmente en 545.000 bpd incluida la porción de la estatal Petroamazonas y las operadoras privadas.
“Hay un acuerdo no escrito con la OPEP para tener algún tipo de flexibilidad en cuanto a las necesidades que Ecuador tiene para producir”, agregó el funcionario. “Lo que Ecuador haga o deje de hacer no tiene mayor impacto en la producción total de la OPEP”.
El Gobierno de Rafael Correa dejó a Ecuador con una deuda de 27.871 millones de dólares, según la cifra oficial que el expresidente legó a su sucesor, su copartidario de Alianza PAÍS Lenín Moreno.
Pero en los primeros 50 días del nuevo Gobierno han ido apareciendo montos pendientes desconocidos hasta ahora. La suma agregada ya va por los 41.893 millones de dólares y, según distintos analistas, se queda corta para lo que el país sudamericano tiene pendiente de pago.
El expresidente aseguró en su despedida que dejaba “la mesa servida”, “sin sobresaltos” y “con la mayoría de problemas resueltos”. Pero el legado económico de los 10 años del Gobierno de Correa se ha revelado como más complicado de lo prometido.
En medio de una brecha creciente entre la pasada y la actual Administración, Moreno ha anunciado: “No hay tal mesa servida, esa es la pura y neta verdad”. El presidente ecuatoriano ha declarado públicamente que “se podía haber sido un poquito más mesurado en dejar cuentas en mejores condiciones”, con lo cual aumenta el distanciamiento con su antecesor.
En sus últimos dos años, Correa se enfrentó a una caída de precios del petróleo con una economía dolarizada —que no permite ajustes monetarios— y fuertemente dependiente de las materias primas.
Según las estadísticas oficiales y las facturas pendientes reveladas, la crisis prácticamente se comió lo generado por el país en su más larga etapa de bonanza económica.Los 27.871 millones de dólares de deuda oficial no incluían en su metodología de cálculo las cuentas pendientes del Estado con instituciones públicas porque, según se explicó entonces, no tiene sentido contar como deuda lo que el Estado le debe al Estado, aunque sean entes públicos diferentes.
Eso permitía manejar un monto que no excedía el límite constitucional del 40% del PIB. Pero al tomar en cuenta la deuda externa y la interna, la cifra sube a casi 42.000 millones de dólares (el 42% de la economía nacional) y sigue sin incluir impagos de la gestión anterior.
El ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez, reconoció que Ecuador debe a empresas petroleras en torno a 2.000 millones de dólares por los servicios de explotación que no han podido pagarse en los últimos años, incluidos 1.000 millones pendientes con Schlumberger cuyas fórmulas de pagos están ahora sobre la mesa de negociación.
El país entró en mora con las petroleras debido al modelo de contrato, cuestionado por Pérez, donde se paga a las privadas un precio fijo por barril extraído que no toma en cuenta si el crudo se abarata o se encarece.
Durante los años dorados del petróleo, este modelo benefició al país, pero desde 2014 ha ido sumando pendiente a las cuentas estatales. Tampoco se pueden dejar fuera los 1.500 millones comprometidos como anticipos petroleros con China y Tailandia a cambio de préstamos.También se han desempolvado pendientes en el ámbito laboral y de la Seguridad Social.
El ministro de Trabajo, Raúl Clemente Ledesma, ha estimado en los últimos días que se debe a jubilados del sector público más de 1.100 millones de dólares. Se ha pedido un préstamo a organismos multilaterales de 150 millones de dólares para poder pagar cuanto antes a los mayores de 70 años, discapacitados y a quienes sufran enfermedades catastróficas.
Para los demás, se permitirá el pago a través de bonos. A la Seguridad Social, el Estado le debe unos 7.000 millones de dólares correspondientes a bonos del Estado que el organismo ha ido comprando para dar liquidez a la caja fiscal. Pero no es lo único.
La Contraloría General del Estado —el ente que fiscaliza al sector público— ha añadido a ese monto otros 2.800 millones de una deuda que el Gobierno de Correa había borrado de las cuentas del Instituto Ecuatoriano de la (IESS) porque, según indicaron las autoridades en su día, no estaba bien cuantificada ni sustentada en documentos.
El órgano de control invalidó la decisión y ha obligado al IESS a incluirla en sus facturas pendientes de cobro, pese a que el Ministerio de Finanzas sigue cuestionándola. Pese a estas actualizaciones, los analistas aseguran que el agujero pendiente sigue siendo más alto de lo que se conoce.
Fausto Ortiz, exministro de Finanzas en los primeros años del Gobierno de Correa, recuerda que hace un mes, el Banco Central de Ecuador aceptó como dación en pago acciones de entidades bancarias estatales a cambio de reducir la deuda que el Gobierno acumuló desde finales de 2015 a través de bonos.
El BCE, a priori inhabilitado por naturaleza a hacer préstamos, fue comprando papel de Finanzas como mecanismo para inyectar liquidez a la economía. Para este, la deuda de Ecuador asciende a no menos de 46.000 millones de dólares.
SARA ESPAÑA
Para Alberto Acosta Burneo, asesor económico y editor de la revista Análisis Semanal, no se pueden dejar fuera los cerca de 350 millones de dólares que se pidieron prestados al FMI el año pasado para que ayudaran a la reconstrucción del terremoto en el norte del país y que finalmente también se incorporaron al flujo de liquidez. Tampoco otros papeles del Estado (certificados de tesorería y títulos del Banco Central) que se adeudan a contratistas del Estado, municipios y gobiernos provinciales y otros entes privados. En total, calcula Acosta, hacen falta recursos para cubrir una deuda de 56.000 millones de dólares.