El mercado local controla actualmente el 26,7% de la industria mundial, pero en cuatro años se espera que la cifra caiga a 25,7%. Al contrario, el país vecino subiría su peso a 12,8%, duplicando lo que registraba hace diez años.
Recortando brechas de producción minera está la industria extractiva de cobre peruana, acercándose de esta manera, sigilosamente, a la supremacía que por décadas ha mantenido Chile en la materia.
Y es que uno de los focos que tiene el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski es elevar la producción del metal rojo, por lo que han lanzado programas y buscado alinear a las empresas para cumplir con la meta. El objetivo es producir unas 3,1 millones de toneladas hacia el 2021, un 30% sobre lo que produciría Perú este año. “Tenemos una riqueza natural que debemos aprovechar, y para traducir esa riqueza hay que desarrollarla (…). Recibimos un gobierno con una producción de aproximadamente 2,3 millones de toneladas métricas finas, esperamos que para el 2021 esa producción sea un poco más de 3 millones de tonelada”, comentó el viceministro de Minas de Perú, Ricardo Labó.
Según cifras de la industria, de concretarse la meta impuesta por Perú, este país se consolidaría como el segundo productor de cobre a nivel mundial, sólo superado por Chile, con una participación de mercado de 12,8%; hoy tiene el 10%. La cifra prácticamente duplica la participación de mercado que ostentaba Perú hace 10 años.
Durante el mismo período de tiempo, es decir hacia 2021, analistas internacionales estiman que Chile aumentará su producción en 12% para llegar a las 6,2 millones de toneladas. Es decir, crecería la mitad en relación a Perú y bajaría su participación de mercado actual de 26,7% a 25,7% en cuatro años.
Para aumentar la producción de cobre, Perú lanzó una campaña que busca elevar las inversiones mineras en el país. Recientemente comenzó el Programa de Adelanto Social (PAS) que consiste en que el gobierno financiará obras como colegios, hospitales, o viviendas adyacentes a los lugares donde se desarrollen proyectos de inversión privados durante la etapa previa a su construcción. Esto, con el objetivo de llevar el beneficio de la explotación de manera inmediata a las comunidades que se vean afectadas por las actividades mineras.
Esta iniciativa se suma a otras como el programa “obras por impuestos”. Este, permite que una empresa privada -en forma individual o en consorcio- financie y ejecute proyectos elegidos por la autoridad, para luego recuperar la inversión realizada a través de un certificado para el pago de su impuesto a la renta.
“Hay una competencia por recursos económicos. Perú no es el único país que tiene recursos económicos, por eso ahora tenemos una estrategia de promoción clara, tanto dentro como fuera del país para que las inversiones se destinen a Perú”, explicó Labó.
Mira Justa, es una de las iniciativas que se mantienen en carpeta en Perú. Se estima que lograría una producción de 90.000 toneladas por año con un peak de producción durante los primeros cinco años cercano a las 150.000 toneladas. La mina iniciaría su operación en 2020.
A esta se suma la posible puesta en marcha del proyecto mina Quellaveco de Anglo American que, con una inversión cercana a los US$3.000 millones, espera producir 225,000 toneladas de cobre anuales, a lo que se sumaría una reactivación de la ampliación de Toromocho.
En tanto, en Chile durante el mismo período de tiempo comenzarían a operar dos proyectos de Codelco: Chuquicamata subterránea (2020) y Rajo Inca (2021), según estimaciones de Cochilco.
En tanto, en la minería privada se proyecta la fase 7 de Los Bronces, Óxidos Encuentro y Encuentro Sulfuros de Antofagasta Minerals; los proyectos de expansión en Pelambres y Spence, y Quebrada Blanca fase II.
De acuerdo al último catastro de proyectos, Perú mantiene iniciativas por US$46,996 millones, mientras que la última estimación de Cochilco indica que dicha cartera es de US$49.208 millones para Chile.