Los parques solares flotantes producen electricidad en terreno no aprovechado. China acaba de inaugurar el más grande del mundo.
La Tierra recibe del Sol una cantidad de energía equivalente a 89.000 teravatios (TW, un billón de vatios), una cifra que es seis mil veces mayor que la energía que se consume en todo el mundo, que se calcula en unos 16 TW. Incluso la energía eólica potencial podría suministrar por sí misma casi 25 veces más electricidad (370 TW) de la que necesita el mundo. Se ha calculado que con seis grandes parques solares colocados en determinados puntos del planeta (situados de tal manera que al menos uno de ellos reciba luz solar directa en todo momento) se podría obtener electricidad suficiente para cubrir la demanda global.
En los últimos años, la industria de las energías renovables no ha dejado de crecer, aunque lejos de ese planteamiento y desarrollada de forma más realista, distribuida. La superficie de tierra ocupada por instalaciones solares y eólicas sigue creciendo y esto exige plantear nuevas fórmulas, especialmente en regiones y países con menor superficie disponible. En general las fuentes de energía renovables ocupan proporcionalmente más terreno que las fuentes de energía convencionales; especialmente si se compara con la energía nuclear, por ejemplo.
Los parques solares flotantes son una de las nuevas fórmulas que se han comenzado a desarrollar en los últimos años. Su planteamiento es similar al de los parques eólicos marinos que también son cada vez más habituales y que consiste en colocar aerogeneradores más allá de la línea de costa, en mar abierto. La instalación de aerogeneradores en el mar supone varias ventajas. El más evidente es que su presencia no afecta al paisaje, permanecen lejos de la vista.
Pero, sobre todo, en el mar los aerogeneradores pueden ser de menor altura y tamaño y a la vez resultar tanto o más eficientes que sus iguales en tierra firme debido que en general la rugosidad del mar es menor que la del terreno llano. La rugosidad se refiere a los obstáculos (como vegetación, construcciones humanas o irregularidades naturales del entorno) que afectan al movimiento del aire, que es el motivo por el cual los aerogeneradores en tierra suelen tener una altura considerable. La rugosidad del mar se ve incrementada cuando hay oleaje, pero aparte de eso en mar abierto el viento apenas encuentra obstáculos a su paso.
Estas ventajas son también aplicables a los parques solares flotantes, que igualmente aprovechan superficies a las que no se les está dando ningún uso: mar abierto, lagos sin valor ecológico o agua embalsada para producir electricidad mediante centrales hidroeléctricas, por ejemplo.