La negativa de Rusia a aplicar más recortes a su producción de crudo ha provocado una oleada de ventas en el mercado de petróleo y el West Texas se ha depreciado un 4%. El Brent ha cedido más de un 3,5%.
Por primera vez en las últimas nueve sesiones el precio del petróleo ha cerrado a la baja. La negativa de Rusia a otra propuesta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para recortar la producción de crudo ha provocado una oleada de ventas en el mercado de materias primas. El barril de West Texas Intermediate, de referencia en EEUU, ha bajado un 4,1% (-1,94 dólares), hasta los 45,13 dólares, mientras que su homólogo europeo, el Brent, se ha depreciado un 3,67% (-1,82 dólares), hasta 47,79 dólares el barril.
El West Texas, que ha firmado su peor sesión desde mediados de junio, ha puesto fin con estas caídas a ocho sesiones consecutivas en positivo, su mejor racha alcista desde enero de 2010. Con las pérdidas que ha acumulado hoy, la referencia estadounidense ha borrado casi la mitad de lo ganado en las últimas dos semanas.
La brusca caída que ha experimentado hoy el oro negro ha estado precedida de una información publicada por la agencia Bloomberg en la que afirmaba que Rusia se ha negado a llevar a cabo nuevos recortes en su producción de petróleo. Los países miembros de la OPEP y la propia Rusia acordaron recientemente extender el acuerdo para reducir la producción hasta el primer trimestre de 2018.
Después de que el precio del crudo bajara en junio a niveles previos al acuerdo de reducción de la OPEP y otros productores de petróleo, el mercado comenzó a especular con la posibilidad de que el cártel y el resto de sus socios decidiera prorrogar aún más los recortes de producción o, incluso, optara por aplicar nuevas reducciones. Esta posibilidad provocó un fuerte repunte del oro negro, que en el caso del West Texas se tradujo en ocho sesiones consecutivas de avances en los que acumuló una revalorización del 11%.
Los inversores, no obstante, han cambiado de opinión y se han decantado de nuevo por las ventas después de que Rusia haya dejado clara su postura de que cualquier otro límite en el suministro podría enviar un mensaje equivocado al mercado, dando a entender que el pacto actual con la OPEP no está dando los frutos esperados.