Ken Mackenzie solía dirigir un compañía de embalajes y su “lejanía del sector minero, creemos, lo hace ser inevitablemente mucho más objetivo respecto de la mejor dirección que BHP debe tomar a partir de ahora.
El nuevo presidente del directorio de BHP está a punto realizar una gran reorganización en la compañía minera más grande del mundo, según Sanford C. Bernstein Ltd., que dice que Ken Mackenzie probablemente llevará a cabo una revisión a gran escala de los activos y la estrategia y que podría separar el negocio petrolero.
“Pese a la renuencia de la dirección a cambiar en este momento, creemos que BHP está a punto de experimentar un cambio radical de estrategia, impulsado por la llegada, que se hará efectiva el 1 de setiembre, del nuevo presidente”, expresaron en una nota analistas entre los que se contaba Paul Gait.
Mackenzie solía dirigir un compañía de embalajes y su “lejanía del sector minero, creemos, lo hace ser inevitablemente mucho más objetivo respecto de la mejor dirección que BHP debe tomar a partir de ahora”.
En los últimos meses, BHP ha sido blanco de una campaña de inversores activistas encabezados por Elliott Management Corp., que han criticado decisiones de gestión que, según el fondo, destruyeron alrededor de US$ 40,000 millones de valor.
La llegada de Mackenzie para reemplazar a Jacques Nasser ha sido bien recibida por Elliott, y Bernstein dijo que entiende que el inversor y Mackenzie tienen opiniones similares sobre el futuro de la compañía.
“Recibimos con beneplácito la llegada de un presidente que está desvinculado de las presiones de la industria, puede tener una mirada nueva sobre la cartera de BHP y no está limitado por la necesidad de defender las decisiones de inversión heredadas y las opciones de carteras y materias primas”, dijo Gait, elevando la calificación de BHP a desempeño superior al mercado.
“BHP no es el propietario natural de los activos petroleros, ya que no vemos sinergias evidentes entre la minería y la producción de petróleo. Separar los dos negocios, por otro lado, podría permitir la revelación de su valor total”.
Las acciones de BHP en Londres treparon 1.9% a 1,251 peniques el miércoles, el nivel más alto desde abril. El objetivo de precio de Bernstein es 1,500 peniques, y dijo que valúa la empresa minera por sí sola en 1,310 peniques por acción, según un informe del 5 de julio.
Mackenzie, que nació en Montreal y es aficionado al esquí y a navegar, ingresó al directorio de BHP en setiembre del 2016 después de aumentar el valor de mercado del gigante mundial de embalajes Amcor Ltd. más de un 150% en una década de gestión como máximo ejecutivo, que terminó en el 2015.
Si bien BHP posee y opera algunos de los mejores activos del mundo, ha estado rezagada respecto de sus pares y ha tenido un desempeño inferior al mercado en las materias primas a las que está expuesta, según Bernstein. “El precio de la compañía se ha desviado marcadamente de lo que consideramos su valor intrínseco”, escribió Gait.
Para la mayoría de la gente, la autoridad con la que un inversor habla de las políticas de una compañía es proporcional a las acciones que posee.
Una "participación" del 4,1% en BHP Billiton daría al activista Elliott Associates todo el derecho a presionar para que se hagan cambios en la minera, que el viernes aprobó el pago de 250 millones de dólares como compensación por un desastre medioambiental en Brasil.
Pero una "participación" -en el sentido de una participación accionarial- es precisamente lo que no posee el hedge fund de Nueva York. Es hora de que los accionistas y los medios de comunicación entiendan mejor las prácticas de los activistas, para que no sobreestimen los compromisos financieros que han hecho para con sus objetivos.
Los activistas presionan a menudo a favor de reformas sensatas que otros inversores puedan apoyar. Su auge fuera de EEUU contrarresta el poder decreciente de los inversores "a largo plazo" como pensiones y seguros.
La inclinación de Elliott contra BHP refleja su creciente confianza. En abril, los medios informaron de que el hedge fund había adquirido una participación en BHP y de que presionaba para que se escindiese la división de petróleo y gas.
El propio Elliott aseguró tener "un interés económico a largo plazo para el 4,1%" de las acciones cotizadas en Londres. Esto no quiere decir que haya gastado 1.100 millones de libras en acciones, como podría haber hecho un fondo de pensiones. Es más probable que el fondo cerrase un acuerdo con un gran banco que implique derivados denominados "contratos por diferencia".
Elliott ganaría dinero cuando las acciones de BHP subiesen y perdería con su caída. Pero su desembolso estaría limitado a un porcentaje del coste de comprar una acción real. Banqueros señalan que podría oscilar entre un mínimo del 5% y un máximo del 30%.
El fondo, que no quiso hacer declaraciones, no pagaría impuesto de timbre, no tendría derechos directos de voto, no podría cobrar dividendos directos y no tendría obligación de participar en ampliaciones de capital. La exposición ganada a través de los contratos por diferencia no puede verificarse de forma independiente.
Los inversores deberían ser conscientes de que los activistas pueden haber invertido por vías muy distintas. Sus objetivos pueden ser igualmente distintos.