Según ejecutivos del sector, la iniciativa hidroeléctrica emplazada en la Región Metropolitana se erige como una de las inversiones más caras de este rubro: cada megawatts de capacidad instalada ya cuesta US$ 4,7 millones, cuatro veces más que Ralco.
En dolor de cabeza. El proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, liderado por AES Gener, no ha dejado de dar noticias, pero de las malas. A la agresiva oposición ciudadana que tuvo la iniciativa desde sus comienzos se sumó un sobrecosto de 22% del presupuesto original; la salida del socio Antofagasta Minerals, del grupo Luksic, y, ahora, una diferencia con el consorcio Constructora Nuevo Maipo, integrado por la alemana Hochtief y la italiana CMC Di Ravenna, que a su vez ha complicado la relación con los bancos financistas de esta obra.
En medio de este negro panorama, la iniciativa hidroeléctrica emplazada en la cordillera de la Región Metropolitana logró el respaldo del gobierno. El ministro de Energía, Andrés Rebolledo, señala a "El Mercurio" que "Alto Maipo es importante para el gobierno, pues aporta una relevante cantidad de energía renovable a la matriz y está ubicado cerca de los centros de consumo, lo que reduce la extensión de la línea de transmisión que se debe construir para inyectar su energía al sistema".
Sin embargo, el titular de la cartera hace ver que este proyecto no es vital para el suministro energético del país. "Hoy el sistema eléctrico del país está bien abastecido y hay capacidad suficiente para cubrir la demanda de los próximos años, con centrales de diversa tecnología", señala.
Rebolledo sostiene que desde marzo de 2014 a la fecha se han agregado un total de 4.927 MW en centrales tanto convencionales como no convencionales, tanto térmicas como hidroeléctricas, mientras que las inversiones en el sector han crecido 56% respecto del periodo anterior por un monto total de US$ 16.000 millones. "Es decir, el sistema eléctrico chileno cuenta con la suficiente seguridad y flexibilidad", señala.
El 7 de junio pasado, Alto Maipo decidió terminar el contrato con la constructora CNM. De acuerdo a Miguel González, dirigente del sindicato de montaje industrial, construcción y obras civiles Sinami, esto significó el despido de 1.500 trabajadores y la paralización parcial de las faenas.
La idea de AES Gener es que la otra contratista del proyecto, Strabag, sea quien se haga cargo de toda la obra y eventualmente eleve su actual participación accionaria en la hidroeléctrica, señalan ejecutivos del sector. Esta firma europea entró a la propiedad de la hidroeléctrica en enero de este año, adquiriendo un 7% de la participación, en una operación en que AES Gener compró la parte de Minera Los Pelambres (Antofagasta Minerals) y renegoció los términos del contrato de suministro de energía, todo lo cual implicó para AES Gener desembolsar US$ 117 millones adicionales a los US$ 400 millones que ya había puesto en la iniciativa la firma de capitales estadounidenses, a los que hay que sumar el financiamiento entregado por el consorcio bancario.
Con un avance de 53% del proyecto, hay pocos que ponen en duda que Alto Maipo se concrete. Pero que sea rentable es otra cosa. "Efectivamente, el mercado eléctrico cambió en los últimos años, y hoy hay iniciativas que son de menor precio", sostiene el socio de Systep y académico de la UC, Hugh Rudnick.
Un ejecutivo del sector explica que el costo de Alto Maipo se sitúa en US$ 4,7 millones por megawatts de capacidad instalada; es decir, casi cuatro veces más que Ralco. Esto la convierte en uno de los proyectos eléctricos más onerosos de la historia de Chile, según la ex titular de la Comisión Nacional de Energía María Isabel González.
De acuerdo al informe anual 2016 de AES Corp, el proyecto tiene un sobrecosto de más de 22% del presupuesto original de US$ 2.050 millones. Es decir, ya suma US$ 2.490 millones para construir una central de 531 MW, con un factor de planta que es de 49%, considerado bajo para una hidroeléctrica.
Pero Rudnick destaca que Alto Maipo ya tiene su energía contratada (con Los Pelambres, de Antofagasta Minerals), por lo cual podría pasar la prueba de rentabilidad. Según ejecutivos del sector eléctrico, la renegociación con el grupo Luksic contemplaría una tarifa de US$ 90 por MW/h, generando para AES Gener una tasa de rentabilidad de 7%, "lo que no es malo en estos tiempos".
Además, "la iniciativa está en una etapa de no retorno, lo que significa que es mejor seguir invirtiendo a perder lo invertido", comenta un ejecutivo de la industria.
Aún así, el nuevo escollo puede implicar atrasos y más costos. Desde el sector financiero comentan que por ello el consorcio de bancos habría detenido la financiación extra que supone tal retraso. Analistas consideran altamente probable que AES Gener intente sumar otro socio al proyecto o vender su participación, ya sea a Strabag o a otra compañía.
Según profesionales del sector, hay interés de firmas europeas, brasileñas y asiáticas por la iniciativa hidroeléctrica, pero esta alternativa podría suponer que la controladora realizara una pérdida, dado que obtendría menos de lo que hasta ahora ha invertido en el proyecto.
Consultada AES Gener, la compañía dijo no tener información al respecto. Strabag fue contactada el viernes a través de un correo electrónico, y al cierre de esta edición aún no contestaba los requerimientos de "El Mercurio".
Flanco legal: en los próximos días nombran árbitros
A todos estos problemas se suma ahora un flanco legal. CNM y Alto Maipo (AES Gener) concurrirán a un arbitraje internacional bajo las directrices de la International Chambers of Commerce (ICC). En esta pelea, la constructora es representada por el estudio Pellegrini & Cía y la eléctrica, por Claro & Cía. En los próximos días se nombrará a los árbitros correspondientes.
Según ligados al proceso, hace dos años el consorcio CNM detectó problemas de "explosión de roca" al hacer los túneles. Tras dos peritajes, esta constructora optó por suspender las obras en los túneles el pasado 4 de mayo, debido a riesgos para la seguridad de los trabajadores, pero continuó con los trabajos en otras zonas. El 7 de junio, Alto Maipo intentó cobrar la boleta de garantía de CNM, que asciende a US$ 76 millones, dando por cerrado el contrato. Este movimiento fue detenido mediante una medida precautoria interpuesta por CNM ante el 8° Juzgado Civil de Santiago. Tras ello, se siguió el camino del arbitraje internacional.