La petrolera provincial GyP enfrenta un reclamo por u$s 75 millones. Es la mitad de las inversiones que Enarsa desembolsó en el área Aguada del Chañar. Negocian un complejo acuerdo.
¿Qué podría salir mal si se consigue el socio ideal? La respuesta de Gas y Petróleo del Neuquén (GyP) podría ser: todo. La firma negocia un acuerdo con la petrolera del Estado nacional Enarsa para saldar una deuda de 75 millones de dólares, monto que podría tener una afectación indirecta sobre las cuentas provinciales.
Se trata de un curioso caso que pasó de ser ejemplo de asociación a convertirse en un costoso lastre rodeado de interrogantes sobre el manejo de los fondos públicos.
La compañía nacional, creada durante el kirchnerismo, enterró unos 140 millones de dólares en el área Aguada del Chañar y nunca llegó a producir los volúmenes esperados. Ahora busca cobrarle a GyP y desprenderse del bloque, que cuenta con una infraestructura sobredimensionada para su producción.
Para entender el caso hay que remontarse hasta 2010. GyP conformó una UTE con Enarsa para explotar gas convencional en el área. Según palabras del exgobernador Jorge Sapag y el exministro de Energía Guillermo Coco la expectativa era que se produjeran un millón de metros cúbicos diarios: volumen suficiente para abastecer a un millón de hogares.
Se acordó que los desembolsos estarían a cargo de la firma estatal nacional, mientras que la petrolera provincial aportaría el 50% del área y, a través del sistema de carry (acarreo), pagaría la mitad de la inversión con la producción que entregue el bloque. Pero el proyecto nunca entró en etapa comercial y solo tuvo una producción marginal, con picos de 261 mil metros cúbicos.
Pero la euforia inicial fue tal que el gobierno nacional, a través del ministerio de Planificación de Julio De Vido, licitó la construcción de un gasoducto de 42 kilómetros y una planta de acondicionamiento. Todo se hizo con apenas tres pozos perforados.
Las obras no estuvieron exentas de cuestionamientos. La firma CPC, propiedad de Cristóbal López, fue la adjudicataria. El diseño del trayecto demandó modificaciones que atrasaron la finalización de los trabajos. Sin embargo no hubo penalidades por los retrasos.
El año pasado Enarsa reconoció que el área era comercialmente “inviable”. La producción así lo demostró. Además de los tres pozos con producción, hay otros cuatro terminados que se paralizaron porque conectarlos demandaría una inversión irrecuperable.
Aguda del Chañar fue una de las joyas antes del boom de los no convencionales. Incluso GyP certificó reservas en el área, durante la gestión de Rubén Etcheverry, para utilizarlas como garantía de una fallida salida a las bolsas de Buenos Aires y Toronto.
Según las fuentes consultadas, el área todavía puede tener una segunda chance con el gas no convencional (tight). Ese sería uno de los objetivos de Enarsa, que tiene pensado deshacerse del bloque una vez que pueda cobrarle a GyP. Desde la petrolera provincial se encuentran negociando un complejo acuerdo para evitar que la cancelación del pasivo se traduzca en una ganancia para el balance de la empresa y que así deba tributar, afectando la distribución de dividendos que tiene al Estado neuquino como principal accionista.
u$s 140 millones desembolsó la petrolera nacional Enarsa en el bloque neuquino. La mitad la debe pagar GyP.
261.000 metros cúbicos diarios fue el máximo que llegó a producir el área. Se esperaba que supere el millón de metros cúbicos día.