PABLO FERNÁNDEZ BLANCO
Guillermo Moreno saltó a la fama como secretario de Comercio Interior del kirchnerismo. Pero desde antes de recalar en esa silla, cuando dirigía la Secretaría de Comunicaciones, ya tenía una capacidad de inventiva y una influencia sobre el entonces presidente Néstor Kirchner que sobrepasaba el ámbito de injerencia que se desprendía de su cargo. De su creatividad surgió la creación de Enarsa, la empresa de energía que nació a fines de 2004 para convertirse en una firma testigo del Estado en el estratégico rubro energético, que luego quedó bajo el mando del ministro de Planificación, Julio De Vido .
Enarsa se convirtió en uno de los brazos ejecutores de la política de subsidios del kirchnerismo. Pero también tuvo tiempo para incursionar en extrañas inversiones de riesgo, más propias del sector privado. Una de ellas está en proceso de liquidación.
La gestión actual de Enarsa, a cargo de Hugo Balboa, decidió interrumpir un proyecto de exploración y producción de petróleo y gas en Neuquén, en el área denominada Aguada del Chañar. En este proyecto, Enarsa está en sociedad con GYP, la petrolera del Estado provincial.
El Estado nacional lleva invertidos US$ 140 millones en La Aguada del Chañar, pero un análisis técnico sostiene que no tiene sentido económico continuar poniendo plata allí. "El yacimiento está en proceso de cierre para una posterior relicitación, ya que la producción no cumplió con las expectativas", explica un informe oficial.
Si bien la decisión se llevará a cabo este año, fue tomada poco después de la llegada de Mauricio Macri al poder. "A la luz de los nuevos relevamientos de la zona, se concluyó que la operación era inviable comercialmente y que Enarsa difícilmente recupere la inversión aportada", resumió el informe oficial denominado El Estado del Estado.
Durante el kirchnerismo, Enarsa también estuvo vinculada con otras situaciones irregulares. La más resonante fue la llegada del venezolano Guido Antonini Wilson al país con un bolso con US$ 800.000 supuestamente destinados a financiar la primera campaña presidencial de Cristina Kirchner. Viajó en un avión pagado por la empresa estatal, cuya creación se le había ocurrido a Moreno y había conducido De Vido.