En la última licitación lanzada por el coordinador, cuya adjudicación se realizará la próxima semana, se recibió un récord de doce ofertas. De ellas, hay cuatro europeas y una sudamericana que tienen como foco la expansión en Chile.
Ya no son tres, seis u ocho, sino una decena de compañías que hoy compiten por tener un espacio en el desarrollo de obras nuevas del Sistema Interconectado Central (SIC) y Norte Grande, cuyas ofertas están ad portas de abrirse.
A días de que se conociera que uno de los socios de la mayor transmisora de Chile, Transelec, busca enajenar su participación, pareciera haber un renovado interés por empresas extranjeras y chilenas en dicho mercado.
Y lo anterior se observa en la más reciente licitación pública internacional lanzada durante el año pasado por parte de la Dirección de Peajes del Centro de Despacho Económico de Carga del SIC y SING, hoy Coordinador Eléctrico Nacional, que tuvo una concurrencia histórica: doce empresas y/o consorcios presentaron ofertas.
Además de los tradicionales Transelec, el consorcio Saesa-Chilquinta y Celeo Redes, participaron otras nueve empresas, entre las que se encuentran cuatro europeas y una sudamericana.
Entre estas últimas está el español Grupo Cobra, que se le ha visto participar en el último año en este tipo de concursos pero sin mayor éxito; y la mayor transmisora de Italia, Terna, que tiene a Chile como foco en su plan de expansión, pero que a la fecha aún no posee ningún activo en el país. Esta última presentó oferta sola y en un consorcio con la española Ferrovial, quien a su vez en noviembre pasado ingresó al mercado mediante la adquisición de Transchile a las brasileñas Alupar y Companhia Energetica de Minas Gerais (Cemig), para lo que desembolsó unos US$72 millones.
Además, está el grupo Red Eléctrica de España, cuya primera incursión en el país fue la adquisición del 50% de la Transmisora Eléctrica del Norte (TEN), propiedad de E-CL. Sin embargo, los planes de la empresa son mucho más ambiciosos. Al menos así comenta en su memoria: “El grupo mantendrá enfocada su actividad en el negocio internacional y en fortalecer su desempeño en los países en los que está presente, concretamente en Perú y Chile.
Asimismo, y como vía de ampliación de la base de negocio, se perseguirá la ejecución de proyectos o adquisiciones que, cumpliendo una serie de criterios geográficos, estratégicos y financieros, permitan aumentar la presencia de la compañía a nivel internacional”.
A ellas se suma ISA, que además de estar construyendo una de las mayores líneas del país, Cardones-Polpaico, tiene dentro de sus focos elevar su participación en Chile en el negocio de la transmisión.
En dicho proceso además participan tres empresas nacionales: Enel Distribución Chile -anteriormente conocida como Chilectra-, Engie Energía Chile y, por primera vez, Besalco Energía Renovable en consorcio con Inversiones Estación La Cisterna.
Cabe destacar que, según fuentes al interior del Coordinador Eléctrico Nacional, este es el proceso con mayor número de ofertas recibidas en su historia, en el que buscan licitar cuatro obras valoradas en US$280 millones.
¿Por qué el interés? “Tenemos hoy día una nueva ley que está flamante en cuanto a su vigencia, y que establece reglas de juegos claras para futuro. No es que hayan mejorado las condiciones para efecto de la rentabilidad o el buen negocio, las condiciones son similares a las épocas pasadas, pero lo que sí sucede es que hay una certidumbre a la normativa, ya que probablemente la transmisión no sea tocada durante muchos años más, y que eso sea un incentivo para que las empresas se interesen en ingresar a este mercado chileno”, comenta Francisco Aguirre, socio de Electroconsultores.
En este proceso se licita la nueva subestación seccionadora Nueva Pozo Almonte y otras líneas de transmisión en el norte del país; un nuevo banco de autotransformadores 1×750 MVA 500/220 kV en la subestación Nueva Cardones, la subestación Nueva Maitencillo y la subestación Nueva Pan de Azúcar; a lo que se suma la nueva línea Nueva Maitencillo – Punta Colorada – Nueva Pan de Azúcar 2×220 kV, 2×500 kV; y la subestación seccionadora Nueva Lampa 220 kV. La fecha estimada de adjudicación es el 13 de junio.
No todo es dicha en el boom de energías renovables que vive el país, y que significará una importante caída en los precios de la energía, tanto a gran escala como para las cuentas de luz de las personas.
La falta de líneas de transmisión para distribuir esta energía en Chile estaría convirtiéndose en un problema, ante la mayor oferta de generadores de diferentes tipos, desde los tradicionales a las nuevas energías renovables que están instalando paneles fotovoltaicos y granjas eólicas a lo largo del territorio.
Eso es parte del problema que diagnostica Feller Rate, que en un informe señala que esta situación se debe al crecimiento dispar entre la capacidad de generación eléctrica y el dimensionamiento de los sistemas de transmisión encargados de llevar la energía hacia los centros de consumo.
La clasificadora apunta a las consecuencias negativas que ha traído esta problemática, las que, si bien siempre han estado presentes en el sistema, han aumentado su importancia en los últimos años: los riesgos de desconexión y de desacople.
Detalla que "hay un exceso de energía, producto de la disminución de la demanda eléctrica asociada al ciclo minero y a un exceso de centrales de energía renovable de bajo costo variable de generación, que se han desarrollado aprovechando la baja en los costos de inversión de estas tecnologías en los últimos 10 años".
Esta situación ha llevado a que en centrales, especialmente en la zona norte, de preferencia entre la Subestación Diego de Almagro y la Subestación Cardones, haya bloques horarios donde se llevan a cabo desconexiones de algunas centrales eléctricas, tiempo en que no recibirían ingresos, al no poder inyectar dicha energía al sistema interconectado.
Por otra parte, destacan que las centrales que tienen PPA (Power Purchase Agreement) con clientes que se encuentran fuera de su subsistema, deben salir a comprar energía al mercado spot para cubrir sus contratos.
"Esta diferencia de precios entre subsistemas se denomina 'desacople', y el riesgo asociado se genera por las potenciales pérdidas de margen debido a la diferencia entre el precio de inyección y el precio de retiro, afectando el Ebitda de la compañía", describen en el informe.
Ante el déficit generado por la falta de conectividad, ponen la alerta de que en este tipo de subsistemas “aislados” hay precios spot "muy bajos o tendientes a cero en las horas en que la generación ERNC (Energías Renovables no Convencionales) es coincidente entre sí (es decir, exceso de oferta fotovoltaica en el día) y precios mayores cuando esta oferta no está disponible en el mercado (es decir, de noche), lo cual afecta principalmente a aquellas centrales fotovoltaicas ubicadas en la zona que cuenta con una estrategia comercial agresiva de ventas al spot".
Sostienen que los riesgos mencionados "otorgan volatilidad a la generación de caja operacional de estas compañías, afectando directamente su perfil de negocios y la capacidad para pagar sus obligaciones en tiempo y forma".
Agregan que, si Chile se pusiera al día en términos de conexión, "los riesgos de desacople deberían tender a minimizarse cuando la energía eléctrica fluya libre por todo el sistema, sin restricciones ni cuellos de botella, lo que da como resultado precios de inyección y retiro similares, o con diferencias muy acotadas".
Señalan que la luz al final del túnel llegaría cuando se terminen las obras de los dos principales proyectos de Alta Tensión, con la nueva línea de 500 kV CA entre Cardones (sur de Copiapó) y Polpaico (norte de Santiago), que ha sufrido ciertos retrasos, pero que tendría un inicio de operaciones esperado hacia mediados de 2018; y la nueva línea de trasmisión SING-SIC, que interconecta ambos sistemas a través de línea de doble circuito de 500 kV CA de un largo de 600 km entre Mejillones y Copiapó, con inicio de operaciones hacia fines de este año.