La Inversión Extranjera Directa (IED) cayó desde 11.759 millones de dólares en 2015 a 5745 millones en 2016, como producto del envío de remesas y el pago de préstamos intracorporativos que las empresas tenían frenados por el cepo cambiario.
Así lo indicó ayer un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), en el que se señala que "los flujos de IED a la Argentina se redujeron a la mitad a 6000 millones en 2016, en gran parte debido a las medidas de política recientemente adoptadas".
Según el trabajo, el levantamiento de los controles de cambio en diciembre de 2015 "normalizó el pago de dividendos de las filiales a las casas centrales en el extranjero, llevando a una fuerte reducción en la reinversión de utilidades".
La Unctad afirmó que, por ese concepto, hubo una caída "desde 8000 millones a 4000 millones de dólares". La entidad agregó que "los préstamos intracompañía fluctuaron a una posición de reembolso neto" por un total de US$ 2000 millones netos, debido a que el Gobierno "facilitó el repago de deudas externas en moneda extranjera por importaciones de bienes y servicios".
El reporte indicó que, de todos modos, los flujos de ingreso de divisas crecieron desde 1000 millones a 4000 millones de dólares, en línea con anuncios de proyectos tipo greenfield en el país "como resultado de los esfuerzos del Gobierno para atraer inversiones". Respecto de América latina, el estudio indicó que las corrientes de IED "disminuyeron un 14 por ciento, a 142.000 millones de dólares", en su quinto año consecutivo de contracción.
El estudio de la Unctad precisó que "la diferencia en las tendencias de la inversión entre el norte y el sur de la región registradas en 2015 desapareció en 2016, ya que todas las subregiones registraron disminuciones".
ISMAÉL BERMÚDEZ
Durante abril las fábricas descendieron un escalón en el uso de sus instalaciones de producción. Apenas utilizaron el 64,5% de las máquinas y equipos, en parte por el retroceso en el sector alimenticio. En marzo el nivel general había sido del 65,7%, mientras el rubro alimentos bajó del 70,2 al 64,3%, de acuerdo a los datos del INDEC.
Semejante nivel – del orden del 35%--de capacidad ociosa fabril refleja la caída consecutiva durante los últimos tres años de la actividad industrial. Durante el año pasado, tuvo un retroceso del 4,6%, mientras en los primeros 4 meses de este año acumula un descenso del 2,4%.
El bajón industrial se reflejó en el empleo industrial formal con la pérdida de 39.000 empleos, un retroceso interanual del 3,1%, según las últimas cifras de marzo del Ministerio de Trabajo.
Estos indicadores afectan las decisiones de inversión porque difícilmente los empresarios industriales van a invertir si aún pueden aprovechar sus instalaciones y plantas productivas y sus actuales dotaciones de personal.
Durante 2016 el uso de la capacidad instalada fue bajo ya que osciló entre un 62% en julio y un 68,4% en noviembre. En promedio en el año fue de alrededor de 65%. En años de mayor actividad fabril el uso de la capacidad instalada llegó a superar el 80%.
Los sectores con menor uso de sus capacidades de producción son la industria automotriz con apenas el 46,5%, la metalmecánicacon el 54,5% y textiles con el 54,9%. El bloque textil es el de mayor caída – de casi 20 puntos-- en los últimos 12 meses: en abril de 2016 llegó a utilizar el 74,4% de sus instalaciones de producción. Es un reflejo del menor consumo pero también de la mayor presencia importadora.
No obstante, el INDEC señala que dentro de los bloques que se ubicaron en abril por encima del nivel general, se destaca “el nivel de utilización de la capacidad instalada en los meses de marzo y abril en las industrias metálicas básicas respecto al mismo bimestre del año anterior por el mayor nivel de actividad de la industria siderúrgica”, en referencia a la producción de laminados no planos, tubos de acero sin costura y de hierro redondo para hormigón.
El Informe precisa que “la producción de tubos de acero sin costura presenta en los últimos meses un incremento a partir de la mayor demanda externa, mientras que la elaboración de hierro redondo para hormigón observa un crecimiento impulsado por la mayor actividad en el sector de la construcción”.
En tanto, por debajo del nivel general, hay una recuperación en el nivel de utilización de la capacidad instalada en la industria metalmecánica excluidos los automotores, como consecuencia “del mayor nivel de actividad de los rubros vinculados con la actividad de la construcción y la actividad agraria, en particular, la creciente demanda de tractores, cosechadoras, sembradoras e implementos agrícolas”.