Con la inminente retirada de Estados Unidos del acuerdo de París, los enviados de Bruselas y Beijing quieren apurar la conversión hacia energías limpias.
China y la Unión Europea han sellado una alianza para combatir el cambio climático y contrarrestar cualquier retirada de la acción internacional por parte de Donald Trump.
En un duro realineamiento de fuerzas, los documentos al los que accedió Financial Times muestran que Beijing y Bruselas acordaron medidas para acelerar lo que ellos llaman el cambio "irreversible" que implica un menor uso de combustibles fósiles y el "logro histórico" del acuerdo climático de París.
Esa colaboración se dará a conocer mañana en una cumbre de líderes de la UE con el premier de China Li Keqiang, y será en la misma semana que según Trump pondría fin a meses de indecisión sobre si retira a Estados Unidos del pacto de París.
La medida llega días después de una tensa cumbre del G7 en Italia que terminó con una discusión de Trump con otros líderes sobre el acuerdo de París y el comercio.
La amargura se intensificó después de que la canciller alemana Angela Merkel más tarde insinuó una pelea transatlántica más profunda diciendo que Europa ya no puede "depender de otros" y debe "luchar por su propio futuro".
La alianza entre la UE y China es una expresión concreta de la frustración internacional con Trump, que ya tomó medidas para deshacer iniciativas de su predecesor Barack Obama acordadas como parte del acuerdo de París, que fue adoptado por casi todos los países del mundo en diciembre de 2015.
La declaración conjunta acordada por Beijing y Bruselas para la cumbre de mañana, y que tuvo en sus manos FT, sostiene que las dos partes están "decididas a seguir adelante" con medidas que "dirijan la transición energética" hacia una economía baja en carbono.
La UE, que tiene el mercado de carbono más grande del mundo, aceptó entregar 10 millones de euros a China para apoyar su plan de lanzar un sistema nacional de intercambio de emisiones este año, medida que los funcionarios sostienen acelerará la posibilidad de vincular los dos programas.
Por otro lado, acordaron ayudar a los países más pobres del mundo a desarrollar economías más limpias. Esta iniciativa podría ser importante para que los países en desarrollo mantengan su respaldo al acuerdo de París si Trump retira a Estados Unidos del pacto.
Trump tuiteó ayer: "Estaré anunciando mi decisión sobre el Acuerdo de París en los próximos días. Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez!" Axios, el sitioweb, y otros medios de noticias norteamericanos informaron que Trump ya ha determinado que Norteamérica debe salir del acuerdo.
Entre los asesores de Trump hay una fuerte división en cuanto a si él debería seguir adelante con su promesa de campaña de abandonar el acuerdo de París. Steven Bannon, el principal estratega que encabezó el campo nacionalista económico, ha sido el principal defensor de la idea de retirar a país, junto con un grupo grande de senadores republicanos. Pero Gary Cohn, presidente del consejo económico nacional de la Casa Blanca, Rex Tillerson, secretario de Estado, y la hija de Trump Ivanka, están tratando de convencer al presidente de no sacar al país.
Figuras del mundo de los negocios también están pidiendo a Trump que se quede en el acuerdo. Elon Musk, el cofundador de Tesla, tuiteó ayer que él "no tiene opción más que renunciar" a los consejos de asesoría tecnológica y empresaria del presidente si Estados Unidos se retira de París.
Norteamérica durante la presidencia de Obama fue un gran aportante de los programas internacionales de financiación climática. Muchos países en desarrollo presentaron planes climáticos para el acuerdo de París que dependen del financiamiento internacional.
La UE y China también aceptaron colaborar en el despliegue de autos eléctricos, etiquetado eficiente en cuanto a energía e investigación científica en innovación verde. También trabajarán en las diferentes maneras de acelerar el crecimiento de la energía renovable, como impulsar las redes energéticas interconectadas.
La colaboración entre la UE y China comenzó con las negociaciones climáticas de la ONU en Marrakesh, en Marruecos, pero tomó impulso con la inesperada victoria electoral de Trump, que una vez dijo que el calentamiento global era un "engaño" de los chinos.
El acuerdo fue negociado por el representante especial de China en cambio climático, Xie Zhenhua, y el comisionado de energía y clima de la UE, Miguel Arias Cañete.
En su declaración conjunta, la UE y China aseguraron que "los crecientes efectos del cambio climático exigen una respuesta decisiva". "Abordar el cambio climático y reformar nuestro sistema energético son importantes motores de la creación de empleo, oportunidades de inversión y crecimiento económico" agregaron.