GUSTAVO LAGOS*
Según el duodécimo Minero barómetro, realizado por MORI Chile y la UC, el 61% de los chilenos se muestra satisfecho o muy satisfecho con la contribución de la minería al desarrollo del país en 2017. Este indicador comenzó en 67% en 2005, tuvo su máximo de 77% en 2009después que la Presidenta Bachelet entregó a la población 10 mil millones de dólares del recién creado fondo de estabilización económico social, con objeto de paliar los efectos de la crisis subprime. En los últimos seis años este indicador se mantuvo estable, siempre por sobre 50%. Este alto apoyo en momentos difíciles responde a la expectativa que el país estaría peor, y se valora que no haya sido tanto el efecto, por ejemplo, en términos de desempleo.
Estas son las buenas noticias.
A pesar que la minería sigue siendo la mejor industria en cuanto a su desempeño en variadas categorías, el nivel de evaluación cae brutalmente en todas ellas en los últimos tres años incluyendo la de mejor industria, compromiso con la comunidad, mejores condiciones laborales, medio ambiente, pagará más impuestos, mayor seguridad y otras. En transparencia la minería sigue siendo la mejor industria y baja muy poco. No estuvo en la corrupción política.
Los chilenos que quieren trabajar en minería bajaron sistemáticamente desde su máximo de 63% en 2012 a 38% en 2017.
Es decir, si bien hay reconocimiento histórico al rol de la minería en el desarrollo, la evaluación sobre su desempeño es proporcional al aporte económico en los últimos años, el que fue paupérrimo en comparación con las alturas del superciclo. Se podría concluir que los chilenos son pragmáticos y que su amor por la minería es proporcional al precio del cobre y en particular a la renta que genera la minería. Codelco sigue siendo la empresa más apreciada, pero también sigue la corriente general de castigo de la población ante los años difíciles.
El conocimiento de los chilenos sobre la minería es amplio pero superficial. Saben lo importante para ellos, por ejemplo, que si el precio del cobre está bajo, al país le va mal, y cuando el precio del cobre está alto al país le va bien, a diferencia de los Ministros de Hacienda quienes creen que cuando le va bien es su logro.
Los chilenos que consideran que la minería debe pagar más impuestos bajó 26% desde 2016, y aumenta considerablemente los que dicen que la minería debiese pagar los mismos impuestos que el resto de las industrias, demostrando que entienden que la minería y el país están mal.
El 58% evalúa como regular, mal y muy mal el bono de 25 millones de pesos pedido por los trabajadores de Escondida. Aquí hay una línea divisoria clara, esta petición fue excesiva. Pero al mismo tiempo un 62% evalúa como regular, mal o muy mal que se haya reducido el bono a los trabajadores de Codelco y un 51% está de acuerdo con la huelga de Escondida. La mayoría de los chilenos quieren más a los sindicatos que a las empresas.
Más del 60% de los encuestados no votaron en la última elección, es decir se consideran marginados del sistema, pero les importa los que están en la misma situación que ellos, entre otros los trabajadores, aunque sean los mejor pagados de Chile.
Los resultados del Minero barómetro de los últimos doce años muestra que el castigo que está sufriendo la minería en este ciclo de bajos precios del cobre se revertirá una vez que suba el precio. Y va a subir porque el precio del cobre seguirá siendo cíclico.
Por otra parte, los chilenos califican con nota 7 sobre 10 la importancia que tiene la minería para el desarrollo, demostrando la alta trascendencia que le asignan a esta actividad en el futuro.
Por ello es clave para aquellos candidatos presidenciales que han castigado a la minería en sus discursos recientes que comprendan el alcance coyuntural y transitorio de la percepción actual de los chilenos, no sea cosa que descarten a esta industria de forma permanente, porque ello se transformaría en un boomerang.
*Profesor UC