África, París, Tailandia, Rusia, Escocia y Houston, las escalas previas al aterrizaje en Buenos Aires de quien conduce el día a día de YPF. Las razones que lo llevaron a dejar 30 años jugando en la primera liga petrolera mundial, tras el llamado de la mayor empresa local.
"Ya me ofrecieron jugar para la Selección. Porque YPF es como la Selección Argentina. Hubiese venido de aguatero". Ricardo Darré (55) lo dice con sonrisa ancha y ojos iluminados, que ablandan la impresión de rigidez que transmite su corpulencia (mide más de 1,80 de estatura). Ingeniero Mecánico e Industrial -ambos diplomas, obtenidos en simultáneo en el ITBA- cuenta, desde su oficina, el piso 32 de la torre de Puerto Madero, por qué aceptó, hace algo más de un año, asumir la gerencia General de la mayor empresa del país.
Estaba en Houston cuando cayó presa de los headhunters de Egon Zehnder. Era, desde 2014, CEO de Total de Exploración y Producción de Total en los Estados Unidos, última escala de un plan de vuelo de un cuarto de siglo trabajando para la petrolera francesa, con altas responsabilidades operativas y de gestión en destinos clave, como Tailandia, Escocia, París -donde manejó un presupuesto de inversiones de u$s 10.000 millones- y, sobre todo, Rusia. "Honestamente, el trabajo más difícil de mi vida", define a sus tres años de estadía entre Moscú (su lugar de residencia) y Siberia (donde estaban los yacimientos que debía operar).
Argentino, nacido en Buenos Aires pero criado buena parte de su infancia en Campana, estuvo -de alguna manera- signado por su historia familiar para desarrollarse en la industria petrolera.
Cumpliendo el concepto kierkegaardiano de que la vida sólo puede comprenderse vista en retrospectiva la vida puede comprenderse, se entiende, entonces, por qué la falta de vacantes en un división lo condujo al área de Bombeo de Schlumberger cuando, recién salido de la facultad, a fines de 1984, aplicó a un empleo en el gigante global de servicios petroleros.
De 100 candidatos, quedaron tres. Schlumberger los envió a un pre-school en un campo petrolero, donde pasó las Fiestas. Luego, tres meses en Sharjah, Emiratos Árabes. Uno de los postulantes quedó en el camino. A él, finalizado el training, se lo envió a Angola.
Durante un año trabajó en ese país africano. En contexto de guerra civil, vivía en un campo cerrado, con más de 800 personas, cercado con alambre de púa, guardia militar y toque de queda de 8 de la noche a 6 de la mañana.
Alternaba yacimientos terrestres con plataformas petroleras, en un régimen de trabajo 8x2: ocho semanas en el campo, dos de vacaciones, que él aprovechaba para tomar un vuelo de Varig a Rio de Janeiro y, de ahí, a Buenos Aires.
Quién es Ricardo Darré, el amante de las motos y la filatelia que, desde julio del año pasado, conduce el día a día de YPF. Por qué se fue de Schlumberger. Cómo recaló en Total, luego de un paso por Unilever. Qué lo llevó a jugarse y plantearle a un jefe de casa matriz que quería proyectar su carrera en el exterior.
Los desafíos que superó a lo largo de su cuarto de siglo como expatriado, jugando en la primera liga petrolera mundial. Su determinante -y marcador- paso por Rusia, en los albores de la Era Putin. Las razones que puso en la balanza para, más allá del tentador nombre de YPF, entender que era el momento de retornar a la Argentina.
Cuál cree que es el principal valor agregado que él podrá aportar a la petrolera nacional. Por qué cree que la gestión Galuccio fue muy Schlumberger (sic). Su vínculo con otro ex CEO -y actual director- de la compañía: Roberto Monti.
"Uno no puede invertir u$s 6000 millones y hacer pozos verticales sin parar", define. "Si cualquier petrolera desembolsa eso en el Golfo de México, es para tener 180.000 barriles diarios. O 200.000 en África. No 30.000, como pasó acá", agrega un Darré íntimo, a fondo, en la primera entrevista que concedió desde que asumió su cargo.
La suya es una de las historias que ofrece el CEO Profile 2017, que Apertura, la revista líder de Economía y Negocios del mercado local, publicó en su edición de mayo.
Dossier imprescindible con los perfiles de 190 CEOs, el informe se complementa con el testimonio de otros número uno que tomaron posición en el último año: Pablo Panizza (Cervecería y Maltería Quilmes), Gonzalo Aguirre (Diageo), Federico Bluthgen (Kimberly-Clark), Mariano Perotti, Romina Fernández y Carlos Magan -los protagonistas de la Revolución Francesa de Danone Argentina- y Valeria Landi, la ejecutiva a cargo de las operaciones de OLX en el país.