El precio del crudo a nivel internacional sin dudas tiene una directa afectación en la cuenca del golfo San Jorge. Lo que suceda en la otra punta del mundo repercute en la región.
Las noticias no son buenas en este sentido, pues si bien en algún momento hubo un repunte del precio del barril, esta semana que pasó es un botón de muestra de lo fluctuante e imprevisible que puede ser el mercado, sin respetar acuerdos ni lógicas.
Desde el año pasado en el marco de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) se comenzó a trabajar para limitar la producción de crudo, como una manera de buscar estabilizar el mercado. La ley de la oferta y demanda: más producto con necesidad de vender, precio que debe disminuir; menos producto, mayor precio.
El contexto actual desde que Estados Unidos comenzó a jugar en las grandes ligas petroleras ha hecho que esta ley se potenciara dentro de la industria.
EEUU (que no forma parte de la OPEP) era un país dependiente de la energía, especialmente de Venezuela, México y Canadá y en menor medida de Arabia Saudita, contrario tal vez a lo que se puede llegar a pensar. Con la llegada del fracking y el paso de unos pocos años, comenzó a ser un país autosuficiente en materia energética… e incluso se posicionó con el mayor país exportador de petróleo, con 14 mil millones de barriles de crudo, por arriba de Arabia Saudita y Rusia, los otros dos países que lideran la tabla.
Por supuesto que los costos de extracción son distintos, si bien EEUU logró una mejora considerable con el perfeccionamiento de las técnicas. En los otros dos países los costos, en comparación, le juegan de manera positiva pues no tienen la necesidad del fracking.
Explicada la posición de cada país es más sencillo de entender por qué sucede lo que sucede y como afecta a la cuenca del Golfo San Jorge y a Chubut en particular.
La OPEP acordó limitar la producción de petróleo, acompañada por Rusia, mientras que EEUU sigue produciendo. Como EEUU produce mucho, la consecuencia es que el precio baja y el acuerdo de la OPEP no tiene suficiente fuerza. Si el precio baja la inversión no es rentable para las compañías, especialmente en yacimientos maduros y costosos como lo de la cuenca San Jorge. Si no hay inversiones, e incluso si se retrotraen las mismas, el primer afectado es el ámbito laboral (reducción de personal, reducción de jornadas, menos servicios requeridos, etc); repercute también en la economía regional y en los ingresos por regalías a provincia y a los municipios.
La semana que pasó no fue benigna en cuanto a los precios: el viernes incluso se activó el alerta cuando el mercado abrió en una profunda baja, pasando en el caso el WTI de los 48 a 45 dólares. Luego tuvo un leve repunte y cerró apenas por arriba de los 46 dólares.
En los últimos 30 días el precio del crudo fue muy fluctuante para el caso del WTI que tomamos como muestra de valor -aunque vale aclarar que el caso del Brent (con un precio un par de dólares mayor) es similar-: llegó a costar 53 dólares y hoy apenas sobrepasa los 46 dólares. Lo mínimo que necesitan las operadoras para tener una operación sustentable, como lo mencionó este medio en artículos anteriores, es de 55 dólares. La brecha es muy grande.