El vicepresidente de Minas Argentinas, Mario Hernández, opinó sobre la realidad de la actividad minera en el país y las repercusiones que tuvieron en ella las medidas dispuestas por el gobierno nacional.
¿En qué etapa de su explotación se encuentra actualmente la mina Gualcamayo?
Gualcamayo está atravesando su noveno año de producción. Comenzó siendo una mina a cielo abierto, con un millón de onzas de oro y con 9 años de vida productiva. Hoy, además de haber superado la proyección inicial, es una mina mixta, dado que en el 2012 inauguramos la mina subterránea
¿Cuáles son los planes para el desarrollo futuro de Gualcamayo?
Luego de la quita de retenciones la empresa pudo intensificar los trabajos de exploración. Y eso es muy bueno para el desarrollo de la actividad minera. Actualmente estamos concentrados en zonas que se encuentran dentro de nuestra propiedad minera y que podrían aportarnos más mineral para procesar con la infraestructura que tenemos en Gualcamayo. Ademas hemos trabajado en tener los mejores estándares de seguridad y monitoreo geomecanico tanto en cielo abierto como en subterránea, con la mejor tecnología en Latinoamérica operada por nuestros trabajadores locales en Jáchal. Se han invertido mas de 16 M de pesos en dichos sistemas y constituyen un orgullo para la comunidad.
Respecto a los demás proyectos en Argentina, ¿Qué tareas llevan a cabo y el plan de inversiones previsto?
Yamana es uno de los inversores mas grandes en Exploración en Argentina, con propiedades desde Salta a Santa Cruz, por el corredor de los Andes. Los proyectos mas grandes concentrados en San Juan, Catamarca y Santa Cruz, cada uno de ellos con en un estado de avance distinto. Sin lugar a dudas, el proyecto más avanzado es Cerro Moro, nuestra próxima mina en Argentina ubicado en la provincia de Santa Cruz. Allí ya hemos empezado la construcción de la planta de procesos y también de la mina, propiamente dicha, y esperamos que empiece a producir en el segundo trimestre de 2018. La inversión rondará los 280 millones de dólares. Otro proyecto en el que estamos muy entusiasmados es Cerro Atajo. Se trata de un grupo de minas ubicado en Catamarca. Nos hemos asociado con la empresa minera provincial y estamos próximos a comenzar las tareas de exploración en esa zona. Nuestros geólogos son muy optimistas respecto a los trabajos que vamos a encarar allá.
Los cambios implementados por el actual gobierno nacional, ¿Cómo han impactado en la industria minera del país, tanto en exploración como explotación?
Han sido positivos. Sobre todo la flexibilidad para el movimiento de capitales y quita de retenciones a las exportaciones. Esos recursos, en nuestro caso, fueron volcados íntegramente a la exploración y eso es lo que nos permitió estar trabajando hoy en zonas que son muy promisorias en Gualcamayo.
Desde que asumió Trump en EEUU existe un clima de incertidumbre sobre las finanzas internacionales y la economía mundial, fluctuando el precio de los metales. ¿Cómo influye este clima de los mercados, con turbulencias en Rusia y China a su vez, en la minería de nuestro país, sobre todo ante las expectativas de planes sobre grandes obras cómo se anunciaban?
La volatibilidad del precio es una barrera que tiene la industria. Una industria de inversión intensiva con alta incertidumbre esta claramente expuesta a estas variaciones y hace que las empresas prioricen el retorno sustentable a sus accionistas, siendo mas prudentes en las inversiones y eficientes.
¿A qué se debe que todavía no se hayan podido superar los obstáculos, principalmente legales, que impiden el desarrollo minero en varias provincias de nuestro país?
Es un tema complejo, sobre todo porque la constitución establece que son las provincias las dueñas de los recursos minerales metalíferos. Y cada provincia es una jurisdicción soberana en ese respecto. Para poder superar eso obstáculos tienen que confluir la dirigencia política (o el gobierno), las comunidades y las empresas. Y no siempre ha sido posible establecer mecanismos transparentes de diálogo y acuerdo.
El nuevo acuerdo federal minero ¿Contribuirá a mejorar las condiciones para atraer inversiones o restan otros factores aún por alcanzar que favorezcan las mejoras del escenario local respecto a otros países de la región?
Creo que la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) ya se ha expresado al respecto cuando dijo que el acuerdo no termina de ser una herramienta útil para mejorar las condiciones de competitividad que necesitan las inversiones como las mineras. Nosotros adherimos a lo que se ha dicho sobre ello.
¿En qué medida afectó el caso Veladero a la industria, tanto a nivel nacional como provincial y cómo evalúa su impacto sobre la sociedad sanjuanina?
Sin dudas que no fue un impacto positivo. Ha incrementado la desconfianza de algunos sectores para con la minería en general. Nosotros estamos convencidos de que se puede hacer minería de manera sustentable, sin afectar al medio ambiente ni a las comunidades cercanas. Y así lo hacemos desde Gualcamayo. Coincido con Uñac cuando dice que en San Juan debe haber minería, pero bien hecha.
¿A qué atribuye que la comunidad de Jáchal objete la actividad de una mina como Veladero, ubicada en otro departamento y no sucede, con un yacimiento jachallero como Gualcamayo que explota Minas Argentinas SA?
Nosotros siempre hemos tenido la misma actitud como empresa frente a la comunidad que nos acogió y nos permite trabajar todos los días. A mí no me corresponde hablar sobre otras empresas, pero sí puedo decirle que, en nuestro caso, el modelo de Gualcamayo se basó en privilegiar fuertemente el empleo local, la contratación de proveedores de las comunidades y la transparencia constante como empresa frente a la comunidad.
Se dice que San Juan corre serio riesgo que quedarse sin minería, si no se avanza a corto plazo en exploración y desarrollo de otros emprendimientos. ¿Es posible que San Juan y particularmente Jáchal se quede efectivamente sin minería o habrá nuevas minas en explotación cuando se agoten los actuales yacimientos que dan vida a la actividad?
Es real que necesitamos más exploración para poder sostener a la actividad. En los últimos meses hemos visto como varios proyectos se han reactivado o, al menos, han anunciado que comenzarán trabajos en la próxima temporada de verano. Eso es muy bueno, aunque no sé si es suficiente. Hay que trabajar para generar mucha más exploración en San Juan y en todo el país para tener más minería por las próximas décadas.
¿Las regalías mineras deben destinarse a obras de infraestructura o deben ser destinadas a financiar otras actividades productivas?
Creo que esa es una decisión política más que empresaria. En el caso de Gualcamayo, además de las regalías, pagamos un fondo fiduciario que se destina exclusivamente a obras de infraestructura para Jáchal. Y con esos recursos se han hecho obras muy significativas, como el Hospital de Huaco, la red de agua potable de San José, la red cloacal y su planta de tratamiento, que está ya próxima a concluirse, el estadio Papa Francisco o la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos, entre otras. Sin duda que son obras que apuntan a mejorar la calidad de vida de los jachalleros en temas muy sensibles como la salud y el cuidado ambiental, y son obras que van a perdurar más allá de la vida de Gualcamayo.