La ralentización de la salida de la crisis financiera que explotó en 2008 en Estados Unidos y la voracidad fiscal de los gobiernos le fueron abriendo un espacio cada vez más amplio a las monedas encriptadas que circulan por internet. Su único respaldo es que integran una base de datos compartida online en la que se registran mediante códigos las operaciones, cantidades, fechas y participantes y, por lo tanto, se ponen a resguardo de manipulaciones y fraudes.
El bitcoin es la gran estrella de este firmamento: en un año triplicó su cotización en dólares y además ya vale un 14% más que la onza de oro. Aún así, su paridad suscitaba aprehensiones entre los productores de materias primas, cuyos precios se encuentran vinculados a volúmenes físicos y tienen sus propias fluctuaciones. Por ello se acaba de lanzar una criptomoneda valuada en barriles de petróleo llamada bilur, a la que las computadoras asociadas a Vaca Muerta empezarán a ver seguido en la medida en que se ponga en marcha el megayacimiento.
Que así sea”, es el significado de la palabra latina “Fiat” que asumió desde 1971 el sistema monetario internacional, cuando el presidente de USA, Richard Nixon, en pleno embargo petrolero, desligó al dólar de su respaldo en oro. A partir de ahí, la divisa estadounidense, al igual que la libra esterlina, el euro o el yen, son emitidas por los gobiernos, se interrelacionan a través del mercado de capitales y de la comunidad financiera globales y constituyen por sí mismo un “certificado fiscal” sin el cual carecerían de valor.
Se sucedieron varias crisis regionales (México, Rusia, Tailandia/Corea del Sur, Brasil) bautizadas con el nombre de bebidas típicas, como tequila, vodka o caipirinha, que afectaron el equilibrio exento referencias físicas mensurables, hasta que llegó la crisis de Lehman Brothers en 2008 y se generalizó la desconfianza.
Como alternativa al sistema bancario colapsado, en 2009 hubo alguien (¿o fueron varios?) que bajo el seudónimo "Satoshi Nakamoto" se reveló contra el “que así sea” y creó una moneda encriptada que se propagó por el mundo: el bitcoin.
La primera transacción de la que se tuvo conocimiento data del 22/05/2010, cuando un programador llamado Laszlo Hanyecz le pagó a un compañero de foro 10.000 BTC por 2 pizzas de Papa John’s; tomando la tasa de cambio de US$30 en ese momento, que transcurridos 8 años cotiza a US$ 1.465.
La valorización de la criptomoneda por excelencia, entre las muchas que aparecieron posteriormente, es un indicador del rechazo que le produce a los poderosos y a los más avanzados en tecnologías, la manipulación de paridades y tasas de interés que realizan los gobiernos con sus divisas, sin otro respaldo que la credibilidad que generen sus riquezas explícitas y potenciales, además del abuso de emisiones para pagar gastos públicos crecientes.
Y desde que el estallido de la burbuja inmobiliaria en USA desencadenó sucesivas crisis financieras en Europa que luego se trasladaron al comercio mundial, los bancos perdieron interés en remunerar capitales inmovilizados, lo cual afectó en primer término a los más adinerados.
Desde el anonimato, supuestamente un multimillonario australiano protegido en un seudónimo japonés le encontró la vuelta y creó una moneda virtual de circulación limitada a registros encriptados en una base de datos, que requiere obtener un monedero bitcoin para almacenarla y luego de instalar en la computadora el aplicativo para operar desde cualquier lugar del mundo, a condición de que la legislación local permita realizar transferencias al extranjero y la divisa local pueda convertirse a USD (United States Dollar, más conocido como US$).
Ahora que tiene casi 16,5 millones de direcciones y de 2 a 4 millones de usuarios, aunque Wikipedia le adjudica 15 millones, Bitcoin llega a movilizar US$ 10 billones en el mercado de capitales, se afirmó, no sin controversias, que la verdadera identidad de "Satoshi Nakamoto" es Craig Steven Wright.
Al escarbar un poco en la composición de esa data surge que 593.488 direcciones poseen al menos 1 bitcoin en cada una de ellas, es decir, 3,59%, mientras que un millar reúne 5.783.238 BTC.
Pero la mayor cantidad que guarda una dirección asciende a 134.955.82 BTC, equivalentes a casi US$ 82.100.000. Estos millonarios del Bitcoin tienen su identidad resguardada, y probablemente, nunca se llegue a saber quiénes son, aunque no es imposible. La única criptomoneda no rastreable es el Monero.
Otras criptomonedas por el estilo fueron surgiendo, como Ethereum, Litecoin y Dash que, tal como el BTC pueden adquirirse en distintos exchanges, entre los que se destaca Poloniex y Bitfinex. Cada transferencia de dinero se ve reflejada en una cadena lineal como nuevo bloque, que para que se la pueda agregar a la cadena de datos que forman un libro, como blockchain y DLT (Distributed Ledger Technology), primero debe verificarse su autenticidad, lo cual se logra a través de complejas operaciones matemáticas. Cada bloque contiene referencias encriptadas a sus bloques anterior y posterior.
De ahí que puedan funcionar en forma independiente de un banco central, donde sus asientos se comunican en forma oficial.
Bitcoin se multiplicó haciendo eje en las finanzas y en transacciones entre empresas globales que se manejan en zonas grises de las regulaciones fiscales y al surgir la necesidad de cubrir especializaciones, se estrenó este martes 02/05 en Ginebra el "Bilur" —"cadena" en vasco—, nueva moneda virtual creada por la compañía R FinTech, en Ginebra (Suiza), que tendrá un valor equivalente al de 6,5 barriles de crudo (que ese día estuvo en torno a US$ 356 o 326 euros-). Al igual que el bitcoin, no dependerá de ningún banco central y se comercializará mediante la plataforma bilurmarket por Internet.
La moneda se guía por el valor del petróleo y una unidad equivale a 6,5 barriles de crudo o una tonelada de petróleo (TOE), aproximadamente a 11,6 MWh de energía. Para realizar la conversión a dólares se utiliza la cotización diaria de Date Brent, proporcionada por Standard & Poor's Platts.
El Brent es un tipo de petróleo liviano, aunque no tanto como el West Texas Intermediate (WTI), que se extrae principalmente del Mar del Norte. Marca la referencia en los mercados europeos. Es ideal para la producción de combustibles, y es de los más pobres con respecto a su poder calorífico. El barril de Brent (42 galones estadounidenses, unos 159 litros) cotiza en el Internacional Petroleum Exchange (IPE) de Londres mediante opciones y futuros. Hasta la fecha, la unidad monetaria en la que cotiza es el USD o US$.
"Es la primera criptodivisa con un verdadero valor", reiteró Ignacio M. Ozcariz, el director ejecutivo de R FinTech, en rueda de prensa. Para lanzar esta moneda, la compañía y sus socios adquirieron 1 millón de barriles de petróleo, almacenados en Texas. "A medida que se desarrolle el bilur, se comprará más petróleo y las reservas alcanzarán miles de millones de barriles", precisó la firma en un comunicado.
Se la ofrece como una alternativa a los usuarios recelosos ante las grandes fluctuaciones de las monedas virtuales, confiando en que los commodities son más estables, comenzando por el crudo. En marzo, precisamente, cuando la Security Exchange Commerce (SEC) trataba en USA la aceptación de un fondo en bitcoins, que finalmente fue rechazado, ante las presiones especulativas la paridad subió y bajó en una escala del 32% en pocos minutos, rompiendo la racha ininterrumpida de alzas espectaculares que traía desde meses antes, y encendiendo otra vez luces amarillas sobre la criptomoneda.
Bilur no tiene costes por transacción, sólo hay un pequeño coste de mantenimiento del 0,01% diario. Adicionalmente “utiliza la Distributed Ledger Technology, DLT (Tecnología Blockchain) con unos mecanismos más potentes de Proof-of-Stake y Encriptación que los que actualmente soportan al bitcoin”.
El monto mínimo de compra es de US$ 100 y no hay tope máximo, ya que el objetivo de la herramienta es acercar a toda clase de inversores al mercado energético.
Con las inversiones en Vaca Muerta en pleno proceso de despegue, es muy probable que el bilur circule en forma creciente en estas latitudes.
En el caso de las bitcoins, varias empresas en Argentina las aceptan como forma de pago. Se estiman en unas 30.000 personas las que operan unos US$ 80.000 diarios. Hasta se puede pagar un trago o café en Bitcoffee, que es un café del microcentro que acepta la moneda virtual. Un club de fútbol del ascenso, el Atlas (vinculado al colega Claudio Destéfano) se convirtió en el primero de Latinoamérica en aceptar pagos en bitcoins.
Después de superar en las jornadas previas por primera vez en la historia la barrera de los US$ 1.400, acaba de pulverizar sus máximos al alcanzar los US$ 1.420,43, que triplica la cotización que registraba hace 12 meses: en mayo de 2016 la divisa virtual se mantenía en el umbral de los US$ 440.
Viene este año “palo y palo” disputándole al oro la supremacía como alternativas de inversión. La 'criptodivisa' quebró primero la línea de cotización de la onza, en el entorno de los US$ 1.250, y se situó 14% por encima.
Durante los últimos tiempos, la escalada en el precio del bitcoin se había basado en el atractivo que encontraban los inversores chinos. El goteo bajista de su divisa, el yuan, se agravó en 2016, con su mayor caída anual desde 1994. Esta debilidad multiplicó la tentación entre algunos inversores del gigante asiático de encontrar en el bitcoin "una divisa refugio". China llegó a acaparar más del 90% de las operaciones sobre la divisa virtual en los primeros meses del año.
Pero en las últimas horas, coincidiendo con sus actuales récords históricos, se ha producido un cambio radical. El mayor volumen, por encima del 50% del total, se ha concentrado en Japón, un mercado donde los inversores tienen una formación muy superior a la de sus homólogos en China. Más de 10 compañías nacionales japonesas planean el lanzamiento de sus propias casas de cambio de Bitcoin y otras monedas criptográficas.
El perfil (y el número) de los inversores que recurren al bitcoin podría multiplicarse en función de la decisión que adopte el supervisor bursátil estadounidense, ya que la SEC dará una segunda oportunidad a la propuesta de los gemelos Winklevoss de comercializar el que sería el primer fondo cotizado (ETF) sobre el bitcoin.