La inversión en energías renovables en EEUU y el mundo seguirá creciendo, a pesar del intento del presidente Donald Trump de revivir los combustibles fósiles, según estimó el líder de la mayor empresa energética europea.
Francesco Starace, CEO de la italiana Enel, dijo a Financial Times que el progreso tecnológico y las fuerzas de mercado están impulsando la inversión en energías renovables y cualquier cambio en la política federal de EEUU tendría, como máximo, un impacto marginal en esa tendencia.
Enel, que tiene grandes operaciones en América y Europa, planea invertir 5.200 millones de euros (US$ 5.650 millones) en generación renovable, principalmente eólica y solar, en los próximos tres años y sólo 800 millones en generación con combustibles fósiles. Es uno de los grupos energéticos internacionales que más se ha comprometido con la energía renovable, pero la industria en todo el mundo ha estado moviéndose en la misma dirección.
“El mundo está descarbonizándose cada vez más, porque es buena idea hacerlo”, señaló Starace. “Hay menos riesgos, menos responsabilidades y es más rápido construir renovable que otras cosas. Y los renovables son una forma muy competitiva de producir electricidad”, dijo.
El costo nivelado de la electricidad –el costo la vida útil de un sistema de producción de energía– a base de sol cayó 17%, mientras el del viento marino bajó 28%, según un análisis reciente de Naciones Unidas y Bloomberg New Energy Finance. Desde 2009, el costo nivelado del viento marino ha caído cerca de un cuarto y el del solar, dos tercios.
El mismo reporte halló que 55% de toda la nueva capacidad de generación nueva instalada en todo el mundo el año pasado fue en fuentes renovables que incluyen viento, sol, biomasa y geotermia.
Las plantas de combustibles fósiles usualmente producen una proporción más alta de su capacidad completa que la energía solar o eólica, así que estas cifras sobreestiman el cambio probable en la generación eléctrica, pero los cambios aún así han sido dramáticos.
Starace comprometió el futuro de Enel a las energías renovables tras convertirse en director ejecutivo en 2014 y cree que ese compromiso ha sido cumplido, aunque el gobierno estadounidense favorezca los combustibles fósiles.
La administración de Trump ha tomado medidas para estimular la producción y consumo de petróleo, gas y carbón, entre ellas la propuesta de desechar el Plan de Energía Limpia de la administración de Obama, que buscaba reducir las emisiones de dióxido de carbono de la generación eléctrica.
La Administración de Información de Energía de EEUU ha estimado que el crecimiento de la energía renovable en el país será más lento si el plan se abandona permanentemente. En su campaña, Trump sugirió que quería sacar al país del acuerdo climático de París, aunque el gobierno aún debate su posición formal.
Sin embargo, Starace argumentó que mientras la administración de Trump podría desacelerar el avance de la energía renovable, “a largo plazo, no es algo que una sola presidencia pueda influenciar”.
La energía renovable en EEUU es respaldada por créditos tributarios federales, aunque éstos están agendados para retirarse gradualmente, y por una gama de incentivos estatales. Incluso sin el Plan de Energía Limpia, la EIA ha proyectado que la capacidad de generación a base de fuentes renovables en EEUU crecerá un promedio de 1,9% entre ahora y 2050.
Fuera de EEUU, Starace añadió: “No creo que el hecho de que EEUU cambie su política y trate de revivir al carbón tendrá un impacto”.
América Latina, donde Enel planea destinar cerca de 40% de su gasto capital de crecimiento entre 2017 y 2019, es un mercado particularmente tractivo para neergías renovables, según Timothy Stephure, analista de IHS Markit. “Todos pensaban que la energía solar y eólica necesitarían incntivos. Ahora vemos que la generación convencional tiene que protegerse de los renovabes”, señaló.