JUAN BOSCH*
El proyecto de Ley de Generación Distribuida a partir de Fuentes Renovables avanza a paso firme en el Congreso. Ya a fines de 2016 se había logrado unificar unificar los 9 proyectos existentes en uno sólo. Luego se presentaron nuevas propuestas que siguen complementando el análisis. Un buen síntoma: el trabajo legislativo se está haciendo con seriedad y responsabilidad. Al igual que ocurrió con la Ley de Energías Renovables 27.191 (sancionada casi por unanimidad en plena puja electoral), la Ley de Generación Distribuida a partir de Fuentes Renovables no debería verse afectada por divisiones electorales ni banderas políticas. Si todo marcha bien, tendremos esta nueva Ley en 2017.
El Proyecto de Ley de Generación Distribuida a partir de Fuentes Renovables complementa la Ley de Energías Renovables 27.191. Mientras que la Ley 27.191 hace foco en generación de mayor potencia, el nuevo proyecto apunta a proyectos de menor escala. Bajo la Ley ya vigente han renacido muchos proyectos de cierta envergadura, que llegan hasta 300 MW de potencia comenzando en una escala del orden de 1 MW. La nueva ley fomentará y dará un marco apropiado para proyectos menores en escala, pero muy ricos en su diversidad, ubicación, aprovechamiento de recursos para generar energía en el mismo lugar donde está la demanda. Menor escala individual por proyecto, pero muchísimo dinamismo y aprovechar los esfuerzos de miles de futuros “prosumidores”, que hoy son sólo consumidores.
La iniciativa estipula que todos los usuarios finales de energía eléctrica que dispongan de equipamiento de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables (por ejemplo, un panel solar) podrán inyectar la energía sobrante que generen a la red de distribución con la que tengan contratado su servicio.
De hecho, en los próximos meses se verá un anticipo del dinamismo que el mercado privado puede traer a las energías renovables. Hoy todavía rigen frenos que impiden (directa o indirectamente) a los grandes usuarios comprar energía por sí mismos. El Ministerio de Energía anunció que próximamente se publicará la reglamentación para PPAs Privados bajo la ley 27.191. Con esas reglas de juego, se verá de inmediato la celebración de múltiples acuerdos de compra de energía limpia que viabilizarán gran cantidad de inversiones en el país.
Esta mayor velocidad y versatilidad en la toma de decisiones de inversión se incrementará en forma notable con la sanción de la Ley de Generación Distribuida a partir de Fuentes Renovables.
Con normalización de precios y una ley que lo ampare, los consumidores podrían pasar a ser `prosumidores`. En este lugar van a jugar un rol interesante las empresas que tienen la posibilidad de poner paneles solares y otros mecanismos, y entregar pequeña cantidad de energía valorizada por el sistema.
Desde nuestra opinión, el último borrador de proyecto de Ley podría mejorarse en dos aspectos. Por un lado, en no otorgar un lugar de preeminencia a un actor monopólico del mercado como es el distribuidor, sino reconocerle el mismo status para comprar la energía a los usuarios que la que tienen los grandes usuarios y los comercializadores, agentes todos con el mismo rango legal según la Ley 24.065. Por otro lado, se otorgan los derechos de la ley solo a algunos consumidores, excluyendo a los de potencia mayor a 300 kV, dejando fuera miles de usuarios que tienen mucho valor y dinamismo para aportar. Ambas cuestiones terminan conspirando contra el desarrollo de valor agregado y fuentes de trabajo y riqueza a nivel de pequeñas y medianas empresas, además de conspirar en cierta medida contra el buen éxito de los objetivos del propio proyecto de ley.
Actualmente hay un único comprador de energía (off taker) que es CAMMESA, es decir, el Estado. Este actor monopólico tiene las limitaciones propias de la capacidad operativa de un único jugador, y además, las restricciones impuestas por normas de contratación públicas. Cuando la normativa habilite a otros actores a comprar su propia energía, el dinamismo y celeridad de las operaciones será completamente otro.
De hecho hay empresas que prefieren no vender al Estado, sino que optan por interactuar entre privados. De esta forma, cuando se dicte la resolución de los PPAs privados, surgirán espontáneamente muchísimos off takers nuevos, y también nuevos generadores dispuestos a invertir en centrales de energía renovable y vender a privados.
El Estado jugó un rol clave para “romper el hielo” con Renovar 1 y Renovar 1,5. Ahora, antes de Renovar 2, es hora de los contratos entre privados. La reglamentación de los PPAs privados “desatará” las manos de miles de consumidores que hace muchos años no pueden comprar energía, habilitándolos a tomar estas decisiones en forma libre y responsable. Esto dará al sector energético un ritmo y versatilidad enorme. Centrales que no han podido entrar en contratos con el Gobierno, podrán negociar y obtener PPAs con privados y viabilizar sus inversiones sin necesidad de esperar a un nuevo llamado del gobierno.
La Ley de Energías Renovables 27.191 permite al Gran Usuario acercarse a traders de energías renovables como SAESA para conseguir mejores precios, mejores plazos y mejores condiciones. Desde SAESA se lanzó el Open Season de energías renovables 2016 (OS2016) con el objetivo de proporcionarle a más de 8.000 empresas la posibilidad de obtener un Contrato de Energía Renovable (CoVER) que se ajuste a sus conveniencias reales de compra de energía, en el marco de la nueva Ley 27.191.
*Presidente de SAESA