En las últimas semanas, el oro y la plata han practicado nuevas escaladas alcistas. Lograron el máximo nivel de recuperación de los últimos cinco meses, recortaron en un 60%-65% las pérdidas sufridas en la segunda mitad del pasado año 2016.
Este accionar de ambos metales fortalece nuestras expectativas expuestas desde esta misma columna hacia comienzos del pasado mes de febrero, en la nota que titulamos "Metales preciosos, un atractivo de inversión para el 2017".
En efecto, creemos que este proceso de recuperación en curso, tanto para el precio del oro como de la plata, forma parte de un movimiento mayor, que buscaría recortar al menos en forma parcial las fuertes pérdidas que han sufrido estos metales en todo el bear market iniciado en máximos históricos del año 2011. En este sentido, como seguimos viendo un atractivo de inversión en estos metales para el presente año 2017, pasaremos a detallar los parámetros técnicos a tener en cuenta, que permiten ir corroborando nuestra lectura analítica alcista favorecida.
El oro con proyección en los 1.470-1.500 dólares
por onza
En lo que va del presente año 2017, el precio del oro ha recuperado poco más del 11% en su cotización, en tanto que la recuperación alcanza el 15% si tomamos desde los mínimos correctivos, en los 1.120 dólares por onza, alcanzados el pasado mes de diciembre.
Desde nuestra lectura, creemos que esta recuperación forma parte de la reanudación alcista en el precio, que debería llevar a estos no sólo de regreso hacia los máximos de recuperación conseguidos en torno a los 1.375 dólares, a comienzos del mes de julio del 2016, pocos días después de que el Brexit ganara el referéndum en Reino Unido, sino incluso a buscar niveles superiores, con proyección en torno a los 1.470-1.500 dólares por onza. En dicha área el metal recortaría el 50% de las pérdidas sufridas en el bear market de los últimos años, que diera inicio en su máximo histórico del año 2011, en torno a los 1.920 dólares por onza.
En relación con lo propuesto, nuestra atención de corto plazo estará centrada en torno a los 1.280-1.300 dólares por onza, ya que un quiebre alcista de esta zona será el detonante técnico que confirme la reanudación alcista en el precio como tendencia principal, lo que dejará liberado el camino de regreso hacia los máximos del pasado año 2016, en torno a los 1.375 dólares y más tarde hacia los objetivos más ambiciosos arriba propuestos.
Mientras tanto, recortes eventuales que puedan materializarse en el corto plazo serán considerados de carácter temporal y con soporte en la zona de 1.250-1.220 dólares, para que finalmente luego el quiebre alcista de la zona de 1.300 dólares logre materializarse.
Solamente con caídas del oro por debajo de la zona de 1.220 dólares se estará comprometiendo este optimismo directo para el metal, por lo que quedaría este vulnerable de regresar hacia instancias de soportes más deprimidos en torno a los 1.200-1.190 dólares, o bien regresando hacia mínimos de diciembre pasado, en los 1.130-1.120 dólares por onza.
En relación con lo propuesto, desde lo operativo se sugiere estar expectantes entonces de un quiebre alcista del oro por encima de los 1.300 dólares por onza, para buscar posicionamiento a la espera de que logre materializarse ese incremento adicional proyectado para el precio, en torno al 15% para los próximos meses. En tal caso, el riesgo máximo de asumir no debería ser superior al 5% del nivel de ingreso al mercado, lo que lo colocaría por debajo de los 1.240-1.230 dólares por onza.
La plata con proyección alcista en los 27-30
dólares por onza
Por el lado de la plata la situación no es muy diferente a lo propuesto para el oro. En lo que va del presente año 2017 el avance del metal alcanza el 15%, pasando de la zona de 15,6 dólares a los niveles actuales de 18 dólares por onza.
Creemos que este avance del metal forma parte de un movimiento de alza mayor que esperamos que lleve los precios en los próximos meses por encima del máximo de recuperación conseguido en el pasado año 2016 en torno a los 21 dólares, buscando escalar hacia objetivos alcistas bastante más ambiciosos en torno a los 27-30 dólares por onza. Ello representaría un avance cercano al 50% en su cotización, desde los niveles actuales.
Si bien puede resultar muy ambiciosa la proyección técnica propuesta, estos parámetros alcistas sugeridos representan apenas un 38%-40% de recuperación a todo el bear market que ha sufrido la plata desde los máximos históricos conseguidos en el año 2011, en torno a los 50 dólares por onza.
En este sentido, sugerimos centrar la atención de corto plazo en la zona de 18,5-19 dólares, ya que un quiebre de esa zona estará liberando el camino alcista hacia los objetivos arriba propuestos.
Mientras tanto, recortes eventuales desde los niveles actuales deberían encontrar contención en la zona de 17,4 dólares, para que finalmente luego el acceso por encima de los 18,5-19 dólares logre materializarse.
Solamente en caso de que tengamos caídas inmediatas debajo de los 17,5 dólares nuestro optimismo directo quedará comprometido y en tal caso el metal quedará vulnerable de regresar hacia instancias de 17-16,7 dólares, o bien regresar hacia mínimos de diciembre pasado, en torno a los 15,5 dólares por onza.
Actualmente, desde lo operativo entonces, sugerimos estar atentos ante un quiebre de los 19 dólares para buscar posicionamiento en el metal, hacia objetivos arriba sugeridos, lo que nos entrega una expectativa de rendimiento del 40%-50%, que debería ir atada a un riesgo no mayor al 8%, es decir, a un quiebre de los 17,5 dólares por onza.