Primer envío se prevé para mediados de 2019: Los minerales son muy demandados por la industria tecnológica, pero el suministro es casi exclusivamente de China.
A mediados de 2019, Chile podría convertirse en uno de los pocos países en la lista de los exportadores de tierras raras. Esto, luego de que la empresa Biolantánidos, que posee un yacimiento de estos minerales en Penco, Región del Biobío, firmara su primer contrato para suministrar concentrado al exterior.
El cliente -una empresa estadounidense llamada Rare Earth Salts- solicitó el envío de 500 toneladas anuales, un tercio de la capacidad de la mina El Cabrito, como se llama la faena que posee Biolantánidos.
Según Arturo Albornoz, director de proyectos de la firma nacional, ya se inició el estudio ambiental, que se quiere presentar a mediados de 2018. “Si se aprueba, en un año pondremos a funcionar la planta, así que el primer envío debiera ser a mediados de 2019”, informó.
El concentrado que saldrá de Penco contiene toda la gama de tierras raras, 17 elementos químicos en total, pero es excepcionalmente rica en las variedades más pesadas. Se trata de minerales como el europio, el terbio y el disprosio, que se usan para manufacturar baterías y pantallas de teléfonos inteligentes, así como para fabricar motores de autos eléctricos más livianos, justo los que necesita este tipo de vehículos.
La inversión total ascenderá a unos US$ 60 millones, y las 500 toneladas que saldrán de las arcillas de Penco significan un 2% del suministro mundial de estos minerales.
Rare Earth Salts consideró el acuerdo como un hito. “Es un gran paso. Esta sociedad va a poner en producción un producto de alto valor, a bajo costo y en una forma amigable con el medio ambiente, todo con una cadena de producción fuera de China”, indicó Joseph Brewer, jefe ejecutivo de la compañía estadounidense. “Es el depósito más rico y el más avanzado que encontramos a nivel global”, añadió.
Las tierras raras son, como su nombre bien indica, muy difíciles de encontrar en la naturaleza, y por lo mismo, su extracción es muy costosa. Para explotar el yacimiento en El Cabrito, Biolantánidos desarrolló una tecnología propia, que permite reutilizar químicos y el agua. Con esto -cuenta Albornoz-, se logró bajar los costos para hacerlos competitivos con las minas asiáticas.
“Nuestra meta es llegar a una producción de tres mil toneladas anuales, lo que nos permitirá convertirnos en un actor importante en el mercado”, sostiene.
China es actualmente el principal exportador de tierras raras a nivel mundial, con más del 95% de participación de mercado. Por ello, varios analistas norteamericanos han considerado importante asegurar el abastecimiento de estos minerales con minas fuera del gigante asiático.
Biolantánidos, en tanto, dice que El Cabrito no es el único yacimiento viable y que se podrían abrir más minas en el Biobío.
US$ 60 mills. es la inversión que requiere la primera planta para procesar tierras raras en Chile.
Tres mil toneladas es la capacidad de producción que posee Biolantánidos.
2% de la cuota mundial de extracción tendrá la empresa de Penco cuando comience a operar, en 2019.
Además de las tierras raras, la Región del Biobío busca otras posibilidades para reconvertir lo que queda de su industria minera. La zona fue conocida por el ciclo del carbón, que duró siglo y medio antes de que cerraran las minas de Enacar, exactamente hace 20 años.
Para renovarse, se desarrollaron proyectos que exploran la antigua minería en la zona. Esto es, desde lavaderos de oro hasta metales. En ese sentido, la seremi de Minería prepara la exploración de varios frentes. Primero, la zona cordillerana, con San Fabián de Alico como la comuna más prometedora, y luego la zona donde se ubicaban las primeras faenas españolas, en las comunas de Yumbel y Nacimiento. En esta zona, se cree, podría haber metales preciosos.
A ello hay que añadir la búsqueda de cobre y molibdeno en las comunas de Florida y Trehuaco, ubicadas en el secano costero de la región