Las razones. En la época de bonanza, entre el 2008 y 2011, un trabajador recibía de S/ 50 mil a S/ 90 mil por utilidades. Con la reducción del precio de los metales, esas cifras fabulosas adelgazaron. Eso generó protestas en Cerro Verde y Southern.
La caída del precio de los metales por la desaceleración de la economía china-principal importadora de los metales peruanos- hizo estallar dos protestas mineras en el sur peruano. En esta zona se concentran los principales yacimientos de cobre del país.
Primero fueron los trabajadores de Cerro Verde, en la ciudad de Arequipa, que pararon sus actividades por 21 días en marzo pasado. Ahora el turno le toca a sus pares de Southern Perú, compañía que explota las minas de Toquepala y Cuajone.
El detonante ha sido las diezmadas utilidades: de las ganancias que obtiene la compañía a los trabajadores les corresponde una tajada.
Según el gerente regional de Trabajo y Promoción del Empleo, Joaquín Uriarte, el derecho está reconocido. Las pagan empresas constituidas bajo la Ley General de Sociedades y con más de 20 servidores en planilla.
En el sector minero, hasta el periodo del gobierno de Francisco Morales Bermúdez, se reconocía en acciones.
Después, con la Constitución de 1979, se empezó a dar bonos. Las utilidades no deben exceder los 18 sueldos. En periodos de bonanza se pagó el tope máximo.
Los mineros de Southern reciben en efectivo desde 1992. La compañía les deposita en función a la ganancia obtenida en cada año fiscal.
Ricardo Juárez labora hace 47 años entre la mina de Cuajone y la fundición de Ilo. Él, quien ahora es directivo de la Federación Nacional Minera, Metalúrgica y Siderúrgica del Perú, ha venido siendo testigo de tiempos de bonanza y de “vacas flacas”.
Cuenta que lo máximo que cobraron fue entre el 2008 y el 2011. Bordearon entre los S/50 mil y S/90 mil e incluso hasta más. El metal se cotizaba a buen precio.
En opinión del economista Javier Flores, esos fabulosos ingresos, comparados con los sueldos de gran parte de los trabajadores moqueguanos, también generó una falsa percepción. Por el auge, se infló el costo de vida y Moquegua pasó a ser considerada como la región con menos pobreza. Esto contribuyó además a la llegada de migrantes de otras regiones.
Flores precisa que solo tres de cada cien trabajadores se desempeñan en la actividad minera. En los otros años recibieron en menores montos.
La compañía les entregó unos S/ 40 mil en el 2016. Este año se redujo a un promedio de 18 mil soles, aunque no es una situación tan dramática como ocurrió con los de Cerro Verde, que pasaron a tener de S/50 mil a S/500.
El secretario de Organización del Sindicato de Trabajadores (Sut) y anexos, Aldo Rodríguez, advierte una merma de 57%.
Esto ha obligado a los 2 mil 127 afiliados de esta organización a salir a las calles. Llevan cinco días de protesta. No solo reclaman por las utilidades, también lo hacen por las cámaras de vigilancia instaladas en los volquetes. Exigen su retiro. Southern precisa que son sensores antifatiga que se usan por seguridad. Rodríguez dice que los equipos son perjudiciales para la salud de trabajadores. También buscan se contrate especialistas en los hospitales y se reincorpore al secretario general Jorge Campos y otros cuatro compañeros
despedidos.
La huelga ha sido declarada ilegal por la Dirección General de Trabajo. En base a esto, la empresa ha conminado al personal a regresar a sus puestos o podrían ser cesados. Para el asesor del Sut, José Machaca, hay una segunda instancia a donde recurrirán.
La actividad no ha parado al cien por ciento en las unidades operativas Cuajone, Ilo y Toquepala. Personal mínimo y contratados en servicios esenciales realizan las operaciones.