Desde hace unos días, Las Bambas (Apurímac) dispone del helicóptero de uso civil más sofisticado del mundo: el H145 de Airbus, aeronave que permitirá abreviar el tiempo de viaje entre la operación minera y el Cusco (la ciudad más cercana) de ocho horas a tan solo 27 minutos.
Con este servicio, la mina del grupo chino-australiano MMG se afianza como la primera del país en hacer uso rutinario de helicópteros para traslado de personal y equipos, a ejemplo de la industria de petróleo y gas (intensiva en dicho tipo de transporte).
“La experiencia de Las Bambas es una oportunidad que otras empresas mineras deben evaluar y valorar”, apunta Carlos Augusto Dammert, presidente de Servicios Aéreos de los Andes.
La firma posee la flota de aeronaves ligeras más grande del país (13 helicópteros) con la que brinda servicios de traslado de pasajeros y exploración sísmica para el sector hidrocarburos, principalmente, en la selva.
Coga (ducto de Camisea), Perenco (lote 67), Hunt Oil (lote 76) y CNPC (lote 58) son algunos de sus clientes. Sin embargo, la crisis de la industria petrolera ha reducido grandemente su actividad (-47% en los últimos dos años).
Por ello, la empresa de transporte aéreo busca ampliar sus servicios al sector minero, industria con retos logísticos desafiantes en la sierra. A ese efecto, está en conversaciones con Hudbay (Constancia) y Río Tinto (La Granja), con los que quiere repetir la experiencia de Las Bambas.
“La minería debe evaluar si gasta US$100 mil al mes en helicópteros para que sus ejecutivos lleguen en minutos a la mina, o si prefiere que pierdan dos días [en horas-hombre dejadas de trabajar] al optar por el viaje en carretera”, refiere Dammert.
Otro rubro emergente para esta empresa es la explotación petrolera off-shore, la cual dependerá del éxito que obtenga Karoon en la exploración del lote Z-38 (Tumbes), señala Enrique Torres, director comercial de Andes. Mientras ese proyecto madura, la firma de servicios aéreos apunta a abrir otros mercados. Uno de ellos es el turístico.
“Ahora estamos gestionando una autorización para hacer sobrevuelos de corta duración en la ciudad del Cusco. La idea es tener un helipuerto cerca a una carretera para no entorpecer el tráfico en el aeropuerto”, revela Torres.
La empresa planea dedicar un helicóptero a esta actividad, la cual incluiría traslados al valle de Urubamba. Si el proyecto prospera, buscarían ampliar sus operaciones a Nasca, las ruinas de Choquequirao e, incluso, las cercanías de Machu Picchu.
Del mismo modo, ven un gran potencial en servicios aeromédicos, de rescate aéreo y traslado urbano, rubros que no están normados en el Perú, mas sí en países vecinos. “En Chile hay más de 50 helicópteros para uso personal, mientras que en el Perú no hay ninguno. El Gobierno debe resolver una serie de sobrerregulaciones (como la del uso de combustible) que impiden el desarrollo de este mercado”, concluye Dammert.
Andes posee la flota más grande de aeronaves ligeras, con el 64% del mercado. Otros actores en este rubro son Heliamérica (29%), HeliFlight (4%) y Heliabad (3%). En total son 10 empresas las que brindan servicios de transporte en helicóptero en el país. En Sudamérica los mercados más grandes están en Chile y Brasil, con 20 y 39 empresas.