La transformación de Estados Unidos desde un país importador de gas a uno exportador del energético, gracias a la proliferación del gas no convencional -denominado shale gas -, está teniendo impactos en la industria nacional.
Durante 2016, de acuerdo a cifras del Servicio Nacional de Aduanas, Chile importó US$ 800,6 millones en gas natural licuado (GNL). Si bien Trinidad y Tobago es el principal origen, Estados Unidos pasó a ser el segundo en relevancia.
El País del Norte exportó a Chile US$ 151,8 millones de GNL, equivalente al 19% de todo lo recepcionado en los terminales nacionales.
Este es un avance relevante, considerando que en 2015 no hubo importaciones de GNL norteamericano y en 2014 solo llegó a US$ 19,8 millones, ejercicio en el que representó 1,7% del total.
Por contrapartida, Trinidad y Tobago disminuyó su participación, aunque sigue siendo líder en el GNL importado por Chile. En 2015, esta nación caribeña representó 92,5% del hidrocarburo recepcionado, mientras que el año pasado bajó a 72,4%.
Otro de los que pierden terreno por el aumento de los envíos desde EE.UU. fue Guinea Ecuatorial, país que en 2015 representó el 5% del GNL recibido en los terminales nacionales, mientras que el año pasado bajó al 1,7%.
La utilización de métodos no convencionales de extracción de gas -el denominado shale gas – revolucionó el mercado de Estados Unidos, permitiendo producir el energético y adecuar sus terminales para la exportación.
El año pasado, Sabine Pass -terminal ubicado en Luisiana y propiedad de Cheniere- comenzó a exportar GNL al mundo, siendo Chile uno de los mayores destinos.
A mediados de 2016 llegó al país el primer barco proveniente de este terminal, el que forma parte del contrato a largo plazo firmado entre GNL Chile y British Gas.
Conocedores de la industria agregan que a esto se sumó la ampliación del Canal de Panamá, el que permite ahora a los barcos que transportan gas, y que son de grandes dimensiones, pasar por él.
Esta tendencia irá profundizándose en los próximos años, señalan otras fuentes. Ello, debido a que en Estados Unidos están en marcha inversiones para habilitar nuevos puertos de licuefacción que permiten la exportación del GNL.
Esto, sumado a la habilitación de la expansión del Canal de Panamá, permitirá aumentar la oferta y disminuir los tiempos y costos del flete marítimo, lo que hará más competitivo a este proveedor.
Así, pronostican en la industria, las principales importaciones del hidrocarburo vendrán desde Estados Unidos y Trinidad y Tobago, en desmedro de otros países como Noruega o Guinea Ecuatorial.