La iniciativa donde la estatal es socia figura entre los proyectos prioritarios en la cartera de desarrollo de la minera estadounidense.
La minera estadounidense Freeport McMoRan acaba de despejar uno de los obstáculos que le estaba impidiendo avanzar con la expansión de El Abra, una de las siete minas de cobre que la compañía opera a nivel mundial y que la ubica como el segundo productor de este metal tras Codelco, que es su socia en esta operación.
Este millonario proyecto, cuya inversión en su momento fue avaluada en unos US$ 5.000 millones, considera explotar los recursos primarios de mineral o súlfuros, lo que implica cambiar la producción actual de cátodos por concentrados lo que requiere la construcción de una planta concentradora y aumentar el suministro de agua, para lo cual la firma tiene previsto desalar agua de mar.
Precisamente, esta última infraestructura es uno de los principales desafíos del proyecto y para el cual la minera evaluó varias alternativas con el objetivo de optimizar los requerimientos de capital y los posteriores costos de operación.
Trascendió que en este sentido, Freeport habría logrado un acuerdo con Codelco para reubicar la planta desaladora en una zona de menor altura que los 4.100 metros donde está emplazada la mina.
Un conocedor del tema explicó que tras una larga negociación, la estatal le vendió a la norteamericana la propiedad minera (subterránea) de terrenos superficiales que ellos poseen y que están ubicados a 2.400 metros.
Esta diferencia les permitirá reducir el costo de tratamiento y bombeo del agua hasta la planta concentradora, donde era clave contar también con la propiedad total del terreno donde ésta se emplazará, pues sería un requisito de los bancos para el financiamiento.
Un primer proyecto de expansión de El Abra data de 2012 y una de las opciones que se barajó en el intertanto fue que compartiera la planta desaladora con la división Radomiro Tomic de Codelco, que también impulsa un proyecto para explotar las reservas de sulfuros, el que también está en etapa de estudios.
Sin embargo, las mismas fuentes comentaron que dado que la estatal optó por licitar a privados el abastecimiento de agua de mar desalada para sus operaciones de la zona norte, Freeport estaría evaluando la posibilidad de que Codelco permita que el operador que se adjudique ese concurso se asocie con la norteamericana para desarrollar la planta que ellos tienen diseñada.
La visión de la estadounidense es que el agua es un insumo esencial en la estructura de costos de las mineras, razón por la cual es imprescindible estar vinculados en el nivel operativo de la instalación, lo que explicaría el interés de la firma por asociarse con la empresa que se adjudique la licitación de Codelco.
Fuentes de la industria comentaron que la intención de Freeport sería formalizar el reinicio de El Abra hacia fin de año, pues habrían aprovechado todos estos años no sólo para explorar alternativas para optimizar el proyecto y reducir su inversión, como en general lo está haciendo la industria, sino que para afinar todos los permisos que requieren para sacar adelante la expansión del proyecto y, durante este año pasar a la fase de ingeniería de factibilidad.
Preparando este camino, ejecutivos de la minera, como su COO para América y África, Harry Conger, sostuvieron a principios de marzo encuentros con autoridades de gobierno, como la ministra y el subsecretario de Minería.
En enero pasado, el presidente de Freeport, Richard C. Adkerson, explicó que tienen en carpeta seis proyectos para explotar sulfuros, cinco de ellos en Estados Unidos. Y aunque una de esas opciones, Lone Star, es la que aparece con más chances de ser la primera que ejecuten, destacó que por el cambio en las condiciones de mercado a futuro, El Abra y otra más, entraron en carrera por ser esa primera inversión.
Las autoridades indonesias dijeron el martes que emitieron a Freeport un permiso para reanudar las exportaciones desde la mina Grasberg, mientras las dos partes negocian los términos de un acuerdo de estabilidad a largo plazo para que la compañía se quede en el país.
El máximo ejecutivo de Freeport-McMoRan Inc. espera llegar a un acuerdo con el gobierno indonesio “inminentemente” que permita a la minera reanudar las exportaciones de concentrados de cobre.
“Hemos estado trabajando con el gobierno en este enfoque, pero aún no ha sido documentado oficialmente”, dijo Adkerson el miércoles en el marco de la Conferencia Mundial del Cobre CRU en Santiago. “Entendemos que eso debe suceder inmediatamente y que no hay áreas de controversia en la documentación. Estamos reservando nuestros comentarios hasta que la documentación esté lista”.
Las autoridades indonesias dijeron el martes que emitieron a Freeport un permiso para reanudar las exportaciones, mientras las dos partes negocian los términos de un acuerdo de estabilidad a largo plazo para que la compañía con sede en Phoenix se quede en el país.
“Este paso es positivo para el proceso”, dijo Adkerson en la entrevista. “A nadie le interesa que se nos impida exportar”.
A través de su brazo indonesio, Freeport tiene la propiedad mayoritaria de la mina de cobre y oro Grasberg, que generó alrededor del 18 por ciento de sus ingresos el año pasado. El mayor productor de cobre que cotiza en bolsa del mundo ha estado envuelto en complejas negociaciones con el gobierno indonesio durante años en su intento por extender su llamado Contrato de Trabajo (CoW por sus siglas en inglés) en el país que expirará en 2021.
En enero, las negociaciones dieron un abrupto giro cuando el gobierno anunció que las mineras extranjeras, entre ellas Freeport, estarían obligadas a firmar nuevas licencias mineras especiales para mantener el derecho a exportar metales semielaborados, incluyendo concentrados de cobre. Como parte del cambio, Freeport también tendría que construir fundiciones en Indonesia y vender el 51 por ciento de su participación a inversionistas locales.
Freeport rechazó las demandas, prometiendo retener su actual contrato de trabajo a menos que consiga un nuevo acuerdo de estabilidad a largo plazo que ofrezca el mismo marco legal y fiscal para su presencia en el país. En enero, el gobierno suspendió el derecho de Freeport a exportar concentrados de cobre y, en respuesta, la compañía comenzó a reducir la producción y despidió trabajadores. En febrero, Freeport notificó que tenía el derecho de iniciar el arbitraje en 120 días si no se puede llegar a un acuerdo.
En la entrevista del miércoles, Adkerson dijo que la presentación del arbitraje está pendiente, pero si las negociaciones son exitosas no sería necesario.
La minera actualmente opera Grasberg con aproximadamente un 40 por ciento de capacidad para alimentar una fundición en Gresik en la isla de Java.
Adkerson dijo que está optimista de que las dos partes logren un acuerdo a largo plazo que retenga “los elementos importantes del CoW”.
“Vamos con buena fe y creo que el gobierno también”, dijo. “Así que lo más probable es que haya una solución”.