El periodista Santiago Cúneo dejó Canal 26 luego de diferencias importantes con la dirección de Telecentro, cuando los de Alberto Pierri decidieron no difundir un programa de 1+1=3 sobre un conflicto gremial en la empresa AGR, de Grupo Clarín.
Ahora, Cúneo reaparece con los Olmos en el canal Crónica TV. En la primera emisión de su ciclo presentó un informe sobre el nuevo ‘cuento chino’. Allí plantea que el Gobierno de Mauricio Macri frenó la obra de la represa Néstor Kirchner en Santa Cruz iniciada por Cristina Fernández, pero que esa suspensión no sólo habría costado $633 millones ya pagados por el Estado sino otros $2.600 por no utilizar el dinero prestado por China.
A todo esto, Cúneo dice que detrás de ese freno están Calcaterra, Mindlin y Lewis que ahora harían ese negocio. El PRO dice que esas demoras fueron por temas ambientales.
A fines de 2016, China expresó su "preocupación" ante algunas medidas del Gobierno de Mauricio Macri contra sus productos, e instó a la Casa Rosada a que "acate las reglas de la Organización Mundial de Comercio" (OMC). Por entonces, el jefe del departamento de medidas comerciales correctivas e investigación del Ministerio de Comercio Wang Hejun, dijo que su país “está preocupado por las medidas adoptadas por Argentina en contra de los productos chinos", dijo
Todo ocurrió después de que la Argentina admitió que evitaría reconocer al gigante asiático como una economía de mercado. Pero había otro antecedente que cayó mal en China: la interrupción de las obras destinadas a construir las represas santacruceñas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner que estaban siendo construidas por Electroingeniería y la empresa china Gezhouba. Fue cuando Cambiemos inició una revisión de toda la obra pública durante el kirchnerismo bajo el argumento de cuestiones de tipo ambiental.
En su programa de 1+1=3 ahora en Crónica TV, el periodista Santiago Cúneo profundizó en esa demora y recordó que el exministro de Economía, Axel Kicillof, acordó un préstamo de China de US$ 5.500 millones para la represa Néstor Kirchner. Tras la asunción de Maurico Macri, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, frenó la obra, por lo cual la Argentina ya pagó $633 millones, además de otros $2.600 por no utilizar el dinero prestado por China.
El acuerdo para hacer la represa es entre la empresa china Gezhouba y la argentina Electroingeniería. Una parte de esta última fue comprada por Calcaterra -primo de Macri-, que a su vez se la vendió a Mindlin y Lewis. Para Cúneo, la demora fue para permitir toda esta operación, dice Cúneo.
"Es decir que se usaron $3.200 millones de todos los argentinos para hacer un negocio privado de 5.500 millones de dólares", señaló el periodista.
En respuesta, el diputado Daniel Lipovetzky (PRO), uno de los panelistas del programa, señaló que la demora en el comienzo de la obra "se debió a cuestiones estrictamente ambientales". Cuando se corrigieron, se permitió la continuidad del trámite.