La mina controlada por Antofagasta Minerals dio respuesta dentro del plazo, a las observaciones que el Servicio de Evaluación Ambiental ingresó durante el proceso de estudio de impacto ambiental del proyecto de infraestructura complementaria que Los Pelambres pretende construir para maximizar sus procedimientos. La empresa proyecta el inicio de estas operaciones para enero de 2020.
A fines de septiembre del 2016, el Servicio de Evaluación Ambiental envió un informe consolidado con todas las observaciones y consultas recibidas de los distintos estamentos públicos que participan del proceso de evaluación del proyecto de Infraestructura Complementaria, que Minera Los Pelambres, controlada por Antofagasta Minerals, pretende construir para maximizar sus operaciones.
Seis meses tuvo la compañía para responder a las observaciones de la autoridad ambiental y ayer viernes, ingresó un documento de 664 páginas con propuestas que incluyen la determinación del área de influencia del proyecto, el plan de cumplimiento de la legislación ambiental aplicable, una predicción y evaluación del impacto ambiental del proyecto y un plan de medidas de mitigación, entre otros.
Dentro del documento, Antofagasta Minerals plantea comenzar la construcción del proyecto a fines de 2018, y comenzar las operaciones a principios de 2020. Este contempla el reforzamiento del sistema de molienda, con la incorporación de dos nuevos molinos en Planta Chacay, para hacer frente a la mayor dureza del mineral que hoy se procesa. Además, contempla la construcción de una planta desalinizadora en Los Vilos y un sistema de impulsión, con el objetivo de asegurar el suministro de agua industrial para la operación, incluso en condiciones de sequía. Todo esto, con una inversión estimada de US$1.100 millones.
En el documento, la empresa estructuró en tres partes la entrega de información, en la primera se habla sobre los ajustes y cambios menores a obras y actividades específicas del proyecto. Todos, según la empresa, apuntan a minimizar potenciales impactos sobre las componentes socioambientales en el área de influencia.
La segunda parte entrega las respuestas a las consultas de los servicios con competencia ambiental que han participado en la evaluación del proyecto.
La tercera sección entrega las respuestas a las consultas relacionadas con el proceso de participación ciudadana contenidas en el anexo complementario de participación ciudadana.
Entre los cambios y ajustes en las obras, se propone una reducción en el sector de El Chacay en 12 metros de la extensión proyectada del edificio que contendrá la ampliación de la pila de acumulación de mineral en el área de la planta de tratamiento Piuquenes. Además, se hace un cambio de ubicación de la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas (PTAS) del Campamento Chacay, incorporando una nueva unidad independiente de tratamiento de aguas servidas y secado de lodos, aledaña a la PTAS Chacay existente y operando.
También respecto de la obra “nueva línea de molienda”, en específico a la extensión del edificio (metros) y la capacidad (en metros cúbicos y toneladas) que tendrá la ampliación para el almacenamiento del mineral que ingresa a la planta de beneficio, es posible señalar que se reduce la extensión del edificio en 10 metros aproximadamente, quedando una ampliación del orden de 22 metros lineales. También se reduce la capacidad de ampliación, originalmente en 55.000 toneladas, quedando en 42.000 toneladas, adicionales aproximadamente.
Es importante señalar que el sistema de impulsión de agua desalada (SIAD) se proyecta sobre una plataforma de manera paralela a las vías enroladas Ruta 47, D-865 y D-885. En el tramo de la tubería que se emplaza paralelo a la ruta 47, la plataforma se inicia en el km 0 de dicha ruta y se extiende hasta su km 11. A lo largo de este tramo, la plataforma se emplaza a una distancia del borde de la ruta que varía entre 90 y 300 metros aproximadamente. El tramo de la tubería que se emplaza paralelo a la ruta D-885, se inicia en el km 2 de esta ruta y se extiende hasta su km 8. A lo largo de este tramo, la tubería se emplaza a una distancia del borde, de la ruta que varía entre 90 y 170 metros.
En la propuesta también se aclara que el repotenciamiento de la línea de distribución en 23 kV entre S/E Choapa y S/E Punta Chungo no considera cruce de rutas o caminos públicos adicionales a la Ruta 5 Norte a la altura del KM 226,4 aproximadamente y Ruta D700 a la altura del KM 2,7. Como se indicó en el EIA, el reemplazo y repotenciamiento de la línea considera principalmente el reforzamiento vía recambio de postes y cableado así como el retiro de los conductores y la actual postación de la línea existente. En esta actividad se usarán las Ruta 5 Norte y D-700 tanto para el acceso a los frentes de trabajo como para el retiro de la infraestructura existente.
En general, el método constructivo considera instalar soportes de madera (portales) a cada lado de la ruta a cruzar para permitir el retiro e instalación aérea de los conductores. En el caso del cruce de la ruta D-700, se contempla el uso de señalización para delimitar el área de trabajo y señaleros para restringir el tránsito en caso de requerirse. La naturaleza del trabajo indica que la intervención será de corta duración, sólo una horas durante la jornada, minimizando el corte efectivo de tránsito por la ruta D-700. Esta actividad no contempla corte de tránsito en la Ruta 5 Norte. Estimaciones preliminares han determinado que se requerirán al menos cinco intervenciones de una duración máxima de diez horas cada una.
Respecto de las áreas de influencia, la empresa considera que se implementó adecuadamente la definición del área de influencia, ya que se integran los reportes de cuatro especies en categoría de conservación de amplia distribución nacional, correspondientes a pingüino de Humboldt y chungungo, ambas catalogadas como vulnerables; el lobo marino común y la ballena franca austral catalogada como “En Peligro”. También se integran a la definición un gran número de especies marinas de importancia ecosistémicas sin categoría de conservación, todas la cuales hacen uso del maritorio al interior de bahía Conchalí.
El proyecto contempla el reforzamiento del sistema de molienda, con la incorporación de dos nuevos molinos en Planta Chacay, para hacer frente a la mayor dureza del mineral que hoy se procesa.
