El dólar cayó a un mínimo en 4 meses a nivel mundial y Wall Street sumó su octava caída consecutiva, lo que no ocurría desde 2011
El dólar se depreció nuevamente ayer a nivel global para tocar un mínimo en cuatro meses frente a divisas semejantes y el principal índice de la Bolsa de Nueva York completó su peor seguidilla de bajas desde 2011 al caer por 8° vez consecutiva porque los inversores creen que la administración Trump no podrá imponer sus planes para darle un envión extra a la economía de Estados Unidos por la vía de un mayor gasto, luego de que su intento por dar marcha atrás con la reforma de salud sufriera un revés legislativo.
A su vez los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo siguieron en retroceso para cerrar al 2,37% a 10 años y 2,967 a 30 años al crecer la aversión al riesgo y mantenerse muy activa la demanda para coberturas. Vale recordar que la tasa de retorno de estos títulos, que sirve de "piso" por caso al riesgo país, se mueven de manera inversa a los precios.
De allí que habían subido fuerte tras el triunfo de Trump en noviembre, cuando tocó 2,60% a 10 años, o incluso superaron ese nivel a mediados de marzo (llegó al 2,62%), previendo que un mayor estímulo a la demanda impulsaría la inflación en ese país y obligaría a la Reserva Federal (Banco Central de EE.UU.) a subir más rápido las tasas para esa economía.
Pero la evaluación del mercado cambió apenas la Reserva Federal dejó inalteradas sus proyecciones de tasa para 2017 y 2018, lo que parece consolidarse ahora que la derrota del proyecto de reforma sanitaria y sus secuelas políticas son evaluadas por los inversores como un mal augurio de cara al plan que combinaba recortes tributarios con un aumento en el gasto público.
A su vez el índice dólar, que mide a esa divisa contra otras 6 similares y había avanzado hasta los 104 puntos a inicios de enero (máximo en 14 años), cerró ayer a 99,2 (-0,42%) tras marcar un mínimo intradiario de 98,858, su menor nivel desde el 11 de noviembre,
"Si no puedes lograr que el Congreso apruebe la ley de salud, se supone que algunas otras cosas de la agenda, principalmente la reforma tributaria, serán más difíciles de sacar adelante", señaló a la agencia Reuters John Doyle, director de mercados en Tempus Inc en Washington, al explicar la reacción de los mercados.
"Otra señal de la aversión y el cambio de clima es el récord de 8 ruedas a la baja que acumuló el índice Dow Jones. Queda claro que el "Trump Trade" pierde fuerza", coincidió aquí el economista Gustavo Neffa, director de Research for Traders.
La devaluación mundial del dólar no alcanzó para impulsar a los monedas emergentes ni a las commodities, a excepción del peso argentino que se apreció ayer 0,19% frente al dólar pese a que la oferta cerealera de divisas retrocedió por sexta semana, y del oro, que subió otro 1% y cerró a US$ 1256 la onza, al actuar también como activo de refugio.
Donald Trump firmará este martes una orden ejecutiva que desmantela la política medioambiental más significativa de su antecesor, Barack Obama. La Casa Blanca quiere poner a Estados Unidos en una dirección “muy distinta” y abandonará el objetivo de reducir las emisionescontaminantes a la atmósfera. Aquella decisión de Obama está considerada como un paso histórico en la lucha contra el cambio climático y Trump está dispuesto a caminar en sentido opuesto, porque “no refleja” sus prioridades. El presidente también debate si EE UU debe permanecer en el Acuerdo de París contra el Cambio Climático.
Según ha adelantado la Casa Blanca, la “Orden Ejecutiva de Independencia Energética” tiene el objetivo de eliminar el Plan de Acción del Clima, que recortaba las emisiones de gases contaminantes por el sector del carbón. La decisión pone en peligro el objetivo de EE UU para cumplir con los compromisos adquiridos en el pacto de París, ratificado el año pasado por un total de 195 países.
La Agencia de Protección Ambiental será la encargada de redactar nuevas regulaciones para las plantas energéticas alimentadas por energías fósiles como el carbón. Los límites actuales habían sido establecidos por Obama con el objetivo de reducir las emisiones un 30% para 2030 con respecto a los niveles de 2005. A pesar de ser una de las decisiones de mayor impacto, su entrada en vigor no será inmediata.
Trump también encargará la revisión del Plan de Energías Limpias, una directiva de su antecesor que impuso restricciones específicas a las plantas energéticas y que inspiró un fuerte rechazo por parte del Partido Republicano. “Se puede responder al cambio climático sin dañar la economía gracias al carbón limpio, la energía nuclear e incluso las renovables”, explicó este lunes un asesor especial del presidente en política ambiental.
La Casa Blanca argumenta que la Administración Obama lideró una “guerra contra el carbón” y “devaluó a los trabajadores” con sus políticas. “El presidente considera que gran parte de esa regulación no ayudó a la industria”. Según el asesor, los límites a las emisiones contaminantes impiden la creación de empleo y perjudican a la economía. El objetivo del decreto de Trump es recuperar la “independencia energética” del país y “no aplicar políticas que pongan en peligro la economía”.
La nueva orden ejecutiva incluye la eliminación de varias moratorias impuestas por su antecesor, así como la apertura de un periodo de estudio para determinar si las restricciones a la contaminación son necesarias. La directiva de Trump también indica que las agencias gubernamentales ya no estarán obligadas a considerar las consecuencias ambientales de sus regulaciones, levanta una moratoria en los permisos para explotaciones de carbón en terrenos federales, promueve la explotación de gas y petróleo en territorio federal y elimina los límites a la controvertida técnica del fracking, según ha adelantado la Administración.
La Casa Blanca asegura que “no existe una obligación” de regular las emisiones de plantas contaminantes y que su misión prioritaria es el crecimiento económico. La Administración republicana asegura que las políticas vigentes deben ser “revisadas, mejoradas y actualizadas de acuerdo con las prioridades del presidente”. Varias agencias gubernamentales se encargarán de estudiar el plan de restricciones a las plantas energéticas y sus conclusiones, explicó la Casa Blanca, servirán de base para las políticas ambientales de Trump en un futuro.
El plan de Obama para reducir las emisiones de las plantas energéticas y que quiere desmantelar Trump nunca llegó a entrar en vigor. Un total de 28 Estados se querelló entonces contra la Agencia de Protección Ambiental a iniciativa de Scott Pruitt, su actual director, por considerar que se había excedido en sus competencias y dificulta la creación de empleo.
La decisión del mandatario republicano era esperada tanto por sus promesas electorales como las decisiones que ha tomado desde su primer día en la Casa Blanca. Trump ha elegido a Pruitt como responsable de la política ambiental a Pruitt, que ha compartido su escepticismo acerca del papel del hombre en el cambio climático. El presidente, por su parte, ha llegado a defender que el calentamiento global es una “invención china”, estudia recortar un tercio del presupuesto de la agencia y ha nombrado secretario de Estado al expresidente de Exxon Mobil, la mayor petrolera del país.