Se aplicarán para usuarios residenciales desde el sábado 1º de abril y podrían subir hasta un 40% en promedio, según adelantó el ministro Juan José Aranguren
El Ministerio de Energía y Minería de la Nación terminará durante esta semana las últimas cuentas para definir las nuevas tarifas del gas, que se aplicarán para usuarios residenciales desde el sábado 1º de abril y podrían subir hasta un 40% en promedio, según adelantó el ministro Juan José Aranguren.
El anuncio oficial se realizaría el viernes 31 por la mañana en conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda, tal como se hizo el último día de enero con el aumento de la luz.
Según fuentes oficiales, lo que todavía falta cerrar es el incremento que se les otorgará a las empresas de transporte (Transportadora de Gas del Norte -TGN- y Transportadora de Gas del Sur -TGS-), que pidieron recomposiciones cercanas al 200% (la incidencia del transporte en la factura es menor al 5%) y de distribución (Metrogas y Gas Natural BAN), que solicitaron el pasado 7 de diciembre ajustes de hasta un 110%. En conjunto, en esta parte de la cadena se juega el 32% de la boleta final (en la que los impuestos significan el 28%).
No obstante esto, Aranguren comentó que el aumento para estas empresas será dividido en tres cuotas: la primera desde el próximo mes, la siguiente en noviembre y la última en abril de 2018. Luego de un primer año de gestión con fuertes actualizaciones, el Gobierno está decidido a aminorar el ritmo, cuidar que la inflación no se le escape de la meta oficial de 17% como máximo y jugar, de paso, una carta electoral. De esta manera, también cumplirá con el pedido de la Corte Suprema de Justicia de aumentos progresivos en las tarifas.
El anuncio ya provocó disconformidad y podría retrasar las obras necesarias para mejorar el sistema, de acuerdo a lo que dicen las empresas en off. Quien sí se atrevió a dejar el anonimato fue Hugo Vivot, especialista en energía y director de TGN. "Si se postergan las subas, podría pasar lo mismo con las inversiones", aseguró a El Cronista.
Lo que sí está definido es el ajuste para las compañías productoras, luego de la audiencia pública del pasado 10 de marzo. El precio mayorista del gas (en boca de pozo), que representa el 40% de la tarifa final para usuarios residenciales y es subsidiado en un 50% por el Estado nacional, aumentará un 10% en promedio en dólares (de u$s 3,42 por millón de BTU a u$s 3,77 / MMBtu), con un pico de 21% para los usuarios de menores consumos (de u$s 2,16 / MMBtu a u$s 2,62 / MMBtu, para las categorías R1, R2.1, R2.2 y R2.3; incluye a quienes consumen hasta 1000 metros cúbicos anuales).
Así, los subsidios para el gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) bajarán desde el 50% hasta el 44% desde abril para todo el país, excepto en la Patagonia, la Puna, la provincia de La Pampa y la ciudad de Malargüe, en Mendoza. Para esas zonas, los desembolsos del Estado pasarán de ser equivalentes al 78% de la factura real, desde el actual 81%.
La idea oficial es eliminar totalmente los subsidios a partir del 1º de octubre de 2019, antes de las elección presidencial.
Atenta a la evolución de los precios, en esta semana la cartera de Energía también intentará encaminar la discusión para que las petroleras aumenten los combustibles en los primeros días del mes que viene e intentará evitar un paro de los trabajadores de Chubut. El ajuste que piden las empresas para las naftas ronda el 5%, pero, según se dice en el sector, la última palabra la tendrá el presidente Mauricio Macri junto a su jefe de Gabinete, Marcos Peña.