La empresa Caelus Energy, con sede en Dallas, anunció en octubre del año pasado el descubrimiento de unos 10.000 millones de barriles de petróleo en las aguas del Ártico y la costa de Alaska. Estas nuevas reservas de petróleo ligero se hallaron en la zona de Smith Bay, una vasta extensión de terreno congelado en el que el color blanco y el hielo son los grandes dominantes, junto a los osos y los mamíferos marinos.
Desde el primer momento se supo que su extracción era muy cara y compleja, por lo que el hallazgo quedó como algo anecdótico a pesar del tamaño, de ahí el apodo de la 'leyenda' de los 10.000 millones de barriles. Aún así se ha convertido en la esperanza de un Estado que necesita vida.
Ese gran descubrimiento de crudo fue cuestionado por los elevados costes de extracción, si se comparan con los del fracking. La temperatura, el agua del mar y el hielo han ido convirtiendo un gran hallazgo de oro negro en más bien una leyenda, por lo complejo de su ejecución. Sin embargo, un hombre no se rinde, este es el CEO de Caelus, que se ha convertido en la esperanza de Alaska y la industria del crudo en el Estado.
En el crepúsculo de un día de temperaturas bajo cero, cuando rugen los vientos árticos, la nieve y las nubes se extienden a todo el horizonte en una bóveda continua de blanco espectral. Más allá de la tundra, a ocho kilómetros de distancia en el mar helado, los trabajadores petroleros de la firma Caelus Energy han cerrado con soldaduras la plataforma de perforación y regresan a tierra para ver más de lo mismo.
"Espeluznante", dice uno de los trabajadores refiriéndose al paisaje totalmente blanco y azul, sin nadie ni nada en el horizonte. North Slope, esta región del norte de Alaska, es maravillosa e increíblemente espeluznante en febrero, no se ve nada, sólo se ve blanco mires donde mires, destacan los empleados de esta empresa energética.
Pues justo en esa región es donde Jim Musselman espera salvar a Alaska, o al menos hacer una fortuna en el intento. En un estuario superficial llamado Smith Bay, la compañía de Musselman tratará de extraer una cantidad de 6.000 millones de barriles de crudo. La tundra más cercana a la costa, aseguran desde Caelus, podría suponer otros 4.000 millones más de barriles.
Si Musselman tiene razón (si realmente puede conseguir que esto suceda) sería nada menos que un milagro. Todo el mundo en el Estado sabe de primera mano que la revolución del fracking ha destruido el petróleo de Alaska. Cuatro décadas después de que el Sistema del Oleoducto Trans-Alaska se pusiera en marcha, muchos habitantes temen que los mejores días hayan quedado en el pasado. Los empleos han desaparecido.
El petróleo que queda es la savia que da vida a este Estado que tiene unos 700.000 habitantes a pesar de tener una superficie que triplica a la de España. Pero unos datos económicos implacables muestran que el Trans-Alaska se ha conviertido en un oleoducto obsoleto y caro. El gran e histñorico oleoducto, y el dinero, se están agotando.
Es por eso que todo el mundo, desde el gobernador para abajo, esperan que Musselman pueda de alguna manera hacer funcionar esto. "Con un oleoducto que está vacío en tres cuartas partes, esta es una buena noticia", asegura el gobernador Bill Walker.
Buenas noticias, sí. Pero también un desafío monumental, y monumentalmente caro. Este oleoducto que es el más cercano está a 200 kilómetros de distancia, 200 kilómetros que están totalmente congelados. Unirlos costaría unos 800 millones de dólares, dice Musselman.
Sin embargo esa es la parte barata. La producción podría de hecho llegar a costar unos 10.000 millones de dólares en una década. Incluso Musselman, un hombre del petróleo de Texas con un historial de grandes descubrimientos, podría tener problemas para financiar esa cantidad de dinero.
David Houseknecht, geólogo de investigación del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), dice que el descubrimiento de Smith Bay parece tener un potencial increíble. Después agrega: "Pero es el último descubrimiento en el que apostaría mis ahorros para la jubilación".
En Smith Bay, Caelus planea perforar un pozo de prueba de para poder determinar cuánto petróleo es posible extraer con certeza. Para encontrar un comprador o un socio, Musselman sabe que tiene que tener en cuenta la cantidad factible que puede extraer a un precio rentable lo antes posible. También sabe que no puede llevar el petróleo de Smith Bay al mercado sin ayuda.
Musselman tiene varias opciones para terminar realizando el proyecto: por un lado puede pedir ayuda a los gigantes de la industria, que tienen el capital físico necesario para extraer el petróleo a unos costes menores; por otro lado podría solicitar ciertas exenciones fiscales al Estado de Alaska. Esta última alternativa es más compleja, puesto que las finanzas de esta región están tocadas, incluso las autoridades han suspendido gran parte de las rebajas fiscales de las que disfrutaban sus ciudadanos.
Aún así, el CEO de Caelus no se da por vencido: "No creo que sea más inteligente que mucha gente en este negocio", asegura Musselman. "Sólo tengo suficiente confianza allí donde pienso que puedo encontrar cosas que ninguna otra persona puede".