Hace un par de años, el litio era un metal irrelevante. Hoy, su suerte ha cambiado, gracias a los avances tecnológicos. El llamado "oro blanco" alimenta las baterías de computadores, smartphones e, incluso, automóviles.
Y, según informa el diario El Confidencial, Latinoamérica sonríe ante el boom del litio. Especialmente Chile, ya que, junto a Argentina y Bolivia, conforman el "Triángulo del Litio", lugar donde se concentra cerca del 60% de las reservas del mineral. Sonríen porque el precio del metal ha incrementado con el paso de los años. Así, una tonelada de litio se cotizaba a 1 millón de pesos en 1998. El pasado año ya alcanzaba los 7.200 euros. Estos días ha subido hasta los 6 millones de pesos la tonelada.
¿El principal comprador? China. Sus avances tecnológicos hicieron que el precio del litio se duplicara entre noviembre y diciembre de 2015. Esto ha hecho que los principales extractores del material saquen cuentas alegres.
A pesar de que Bolivia concentra la mayor cantidad, sus condiciones meteorológicas impiden la correcta extracción del mineral. Algo que si ha aprovechado Chile, el primer productor mundial de litio. Controla alrededor del 33% del mercado. El Salar de Atacama es la segunda mayor reserva mundial del mineral. “Chile debe aumentar al máximo la ventaja de ser hoy un productor líder a nivel mundial. Ha de asegurar el retorno económico antes de que su cuota de mercado se reduzca radicalmente por competencia”, reclama Jaime Aleé, director del Centro de Innovación del Litio de la Universidad de Chile.
A pesar de que hay ciertos sectores que sacan cuentas alegres, los expertos dicen que han sido exageradas las expectativas. "El poseer reservas de litio se ha transformado en una post verdad. Se le asocia un ‘by-pass’ a un mundo tecnológico industrial que no tiene sustento alguno en la realidad”, piensa el experto Jaime Aleé. Otros creen que, si bien el litio es abundante y barato, faltan años para que destrone al petróleo. Solo el tiempo dirá si Chile es una nueva Arabia Saudita.