Antes de partir a su primer viaje a Baghdad como secretario de Defensa, James Mattis les dijo a reporteros que Estados Unidos no está en Iraq “para apoderarse del petróleo de nadie”.
Sus comentarios parecen ser un cambio de lo que ha dicho el presidente Donald Trump, quien desde que se posesionó como presidente, ha hecho declaraciones sobre Iraq y su petróleo.
Un día después de su posesión, Trump dijo sobre Iraq: “Debimos habernos quedado con el petróleo. Tal vez tengamos otra oportunidad”.
El presidente repitió sus comentarios pocos días después en una entrevista con David Muir de la cadena ABC: “Debimos haber tomado el petróleo. No tendríamos a ISIS si tomamos el petróleo”.
Trump ha dicho que Estados Unidos ha gastado billones de dólares en la lucha contra ISIS pero el esfuerzo podría haberse evitado si los estadounidenses hubieran cooptado el suministro de petróleo de los terroristas después de la invasión de Estados Unidos en Iraq. Los críticos han dicho que tomar el petróleo de Iraq podría haber sido lo mismo que robar a los civiles y por tanto constituirse en un crimen de guerra o una violación al derecho internacional.
Este lunes, Mattis dio una perspectiva diferente a la del presidente.
“En Estados Unidos todos nosotros generalmente pagamos por nuestro gas y petróleo todo el tiempo, y estoy seguro que continuaremos haciéndolo en el futuro. No estamos en Iraq para tomar el petróleo de nadie”, dijo Mattis, un general retirado de cuatro estrellas.
La guerra contra ISIS
Mattis les dijo a reporteros en Abu Dhabi, en Emiratos Árabes Unidos, que iba a ir a Baghdad “porque necesito saber sobre la actual situación allí, la situación política, la del enemigo y la situación de amistad”. El viaje no había sido anunciado previamente.
El secretario de Defensa dijo que quería hablar con los líderes políticos iraquíes y los socios de Estados Unidos: “Vamos a asegurarnos de que tenemos una buena conciencia de la situación compartida de lo que enfrentamos mientras trabajamos juntos, mientras luchamos juntos para destruir a ISIS. Ese es el objetivo de ir allá”.
Este domingo Iraq lanzó una nueva ofensiva para retomar el control del oeste de Mosul. La operación llega semanas después de que las fuerzas iraquíes recapturaran el oeste de Mosul a lo largo del río Tigris.
Desde octubre, una coalición liderada por las fuerzas iraquíes ha presionado para poner fin al brutal régimen de ISIS en la segunda ciudad más grande del país. La colación liderada por Estados Unidos ha jugado un papel importante con consejeros y asistencia con los bombardeos.
Mattis se reunió con líderes de la coalición de Australia, Canadá y Reino Unido luego de llegar a Baghdad.
El secretario de Defensa y otros líderes de Estados Unidos están bajo un plazo para derrotar a ISIS. El 28 de enero Trump firmó un decreto pidiéndole al secretario de Defensa que presentara un nuevo plan en los próximos 30 días para derrotar a ISIS.
Efectos sobre los inmigrantes iraquíes
A Mattis también le preguntaron sobre la posibilidad de que el gobierno de Trump pudiera firmar un nuevo decreto de inmigración.
La orden de Trump prohíbe el ingreso de viajeros de siete países de mayoría musulmana, incluido Iraq, a Estados Unidos durante 90 días y detiene el flujo de refugiados para llegar al país en los próximos cuatro meses. Entre los afectados están dos personas que aplicaron a asilo en Estados Unidos luego de ayudar a las fuerzas de Estados Unidos en Iraq como traductores y contratistas, una consecuencia que algunos veteranos de Estados Unidos han condenado.
A una semana de haber sido firmada, un juez federal detuvo la acción de Trump; una corte de apelación reafirmó la decisión.
“No he visto el nuevo decreto”, dijo Mattis. “pero, en este momento, estoy seguro que daremos pasos para permitirles a aquellos que han luchado junto a nosotros, por ejemplo, que puedan entrar a Estados Unidos”.