Freeport-McMoRan paralizó las operaciones en la mina Grasberg el mes pasado después que el gobierno de Indonesia prohibiese las exportaciones de concentrados de cobre en enero.
Freeport-McMoRan Inc. reanudará algunas operaciones en la segunda mina de cobre más grande del mundo, en Indonesia, para suministrar mineral semiprocesado a una fundición local, según un memo de la compañía.
Las exportaciones de concentrados siguen suspendidas debido a una disputa con el gobierno.
La empresa “llevará a cabo las importantes operaciones necesarias para suministrar el 100% del millón de toneladas de concentrados anuales que van a la fundición de Gresik”, dijo PT Freeport Indonesia en un memo a los trabajadores fechado el 28 de febrero.
“Aunque este es un plan limitado y no ofrecería los máximos beneficios a nuestros accionistas, estas operaciones aún representan una oportunidad para generar valor”. El memo fue reenviado en forma separada por dos representantes sindicales.
Freeport paralizó las operaciones en la mina Grasberg el mes pasado después que el gobierno prohibiese las exportaciones de concentrados de cobre en enero. La empresa había dicho anteriormente que espera que la fundición de Gresik en la isla de Java reinicie sus actividades a comienzos de marzo tras una huelga y que la mina produzca a un ritmo de 40 por ciento para abastecer la planta. Continúan las negociaciones con el gobierno respecto de sus condiciones de operación en el país.
Mitsubishi Materials Corp., propietaria de la fundición de Gresik, espera que la planta reanude su actividad poco después que se levante la huelga y que se repare un “pequeño” problema técnico detectado a primeras horas del miércoles, dijo el portavoz Hiroshi Shimizu por teléfono. La compañía posee el 61 por ciento de la fundición, mientras que Freeport Indonesia es dueña de un 25 por ciento.
La planta concentradora procesará entre 70.000 y 80.000 toneladas de mineral por día, y los sistemas de circulación del mineral que alimentan el molino y envían los concentrados al puerto serán operados y mantenidos, según el memo. La compañía estima que la mina producirá 95.000 toneladas de mineral por día en 2017, en comparación con un pronóstico de 140.000 toneladas, mientras que la producción en Deep Ore Zone continuará a razón de 20.000 toneladas diarias para proveer de alimento adicional a la trituradora, indicó el memo.
Riza Pratama, vocero de Freeport Indonesia, no respondió a los mensajes de texto ni a las llamadas a su teléfono celular efectuadas el miércoles para obtener declaraciones. No estaba claro cuándo exactamente se reanudarán las operaciones.
El máximo responsable de la empresa Richard Adkerson dijo esta semana que la firma ya estaba adaptando sus costos y operaciones de minería a un plan de negocios basado en un “nivel acotado de producción”. Freeport comenzó a despedir personal y a suspender sus inversiones a largo plazo en la mina subterránea en la que venía invirtiendo alrededor de US$1.000 millones por año, dijo en una conferencia de inversiones en Estados Unidos.
La disputa en Grasberg coincide con una huelga en la mina más grande del mundo, ubicada en Chile, y con señales de un crecimiento de la demanda, lo que genera aumentos del cobre. Los futuros en la Bolsa de Metales de Londres abrieron por encima de US$6.000 la tonelada el miércoles y subieron más de 9 por ciento este año, a US$6.062 a las 11:15 de Londres.
Si bien Freeport opera desde hace años en Indonesia en el marco de un Contrato de Obra, que brinda garantías legales y fiscales, hoy se le requiere que pase a una licencia minera especial que no ofrece las mismas salvaguardas. El 17 de febrero la empresa notificó al Ministerio de Energía sobre las áreas de disputa y dice tener el derecho de iniciar un arbitraje si no se llega a una solución en 120 días.
Adkerson afirma que en la disputa cuenta con el apoyo de accionistas importantes y de su socio Rio Tinto Group. Indonesia ha señalado que también quiere un acuerdo. “Deseamos llegar a una solución que beneficie a todos”, dijo el presidente Joko Widodo a la prensa la semana pasada en Yakarta. “Pero si realmente es difícil encontrar puntos de coincidencia y es difícil iniciar una discusión, tomaremos medidas”, dijo, sin dar precisiones.