Ayer el mercado de Chicago mostró al inicio de la jornada fuertes subas en las cotizaciones de la soja y el maíz ante las especulaciones que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmaría, en los próximos días, un decreto para modificar la política interna en materia de biocombustibles, pero -horas más tarde- desde la Casa Blanca salieron a desmentir todo mediante un comunicado.
Los trascendidos comenzaron después de que la Asociación de Combustibles Renovables de Estados Unidos informaran que el Gobierno de Trump les había comunicado que se realizarían modificaciones en la modalidad de ejecutar el corte. De esta manera ya no quedaría en manos de las refinerías y pasaría a ser responsabilidad de las distribuidoras.
Además y aquí el dato que jugaba un rol fundamental era que la Casa Blanca tenía previsto que los créditos de combustibles alternativos (RIN, por sus siglas en inglés) serían otorgados sólo para el biodiésel de producción local, y sin este beneficio impositivo - que Argentina tiene desde 2015- sería inviable ingresar con precios competitivos a este mercado.
Actualmente Estados Unidos es el principal comprador del producto argentino, con el 85 por ciento sobre el total de los envíos, durante el año pasado se exportaron a este destino 1,48 millón de toneladas por u$s1.100 millones.
Respecto de las exportaciones de enero de este año, el 90 por ciento de las colocaciones estuvieron destinadas a los Estados Unidos que pagó un promedio de 834 dólares por tonelada, mientras que el 10 por ciento restante tuvo como destino a Perú, con un precio promedio de 760 dólares. Esto demuestra a las claras la dependencia de este mercado.
Por supuesto que ante la ola de rumores la industria local estaba mucho más que alarmada y a la espera de noticias desde Estados Unidos.
Pero este no es el único negocio que se complicaba en la Argentina porque, para poder cumplir con las normas norteamericanas, las fábricas nacionales de biodiésel compran en el mercado interno lo que se denomina "soja EPA", lo que significa que el cultivo posee la certificación de que fue producido en un campo que no fue desforestado desde 2008. Por este producto los productores reciben un bonificación por tonelada que van desde los u$s5 a los u$s10.
"La respuesta inmediata del mercado de Chicago fue la suba de la soja en alrededor de u$s0,25 por tonelada, cerrando la jornada en u$s376,36. También había trascendidos con el bioetanol, que se fabrica a partir de maíz y este cultivo subió casi 2% cerrando en u$s144,34. En ambos casos las cotizaciones aflojaron después de la desmentida de la Casa Blanca", explicó el analista del mercado de granos Dante Romano.
En este contexto y más allá de que hubo una desmentida oficial desde la Asociación de Combustibles Renovables de Estados Unidos continúan sosteniendo que se vendrán importantes cambios en el sector y se niegan a detallar quien fue su fuente dentro del Gobierno de Trump. "Ciertamente hay algo en marcha, pero no lo confirmarán hasta que estén listos para hacerlo", declaró Bob Dinneen, director ejecutivo de la entidad norteamericana.
Mientras tanto los analistas internacionales sostienen que por el momento Estados Unidos no está en condiciones de cerrar las importaciones de biodiésel porque no es autosuficiente.
Así es que finalmente y más allá de los nubarrones no hubo tormenta, pero en seguida la industria argentina de biodiésel y los analistas del mercado recordaron que todavía continúa cerrado el mercado de la Unión Europea y no habría novedades hasta fin de este año. Porque a pesar de las gestiones que realizó recientemente el presidente Mauricio Macri en España todavía queda camino por recorrer.