El PBI creció 3.9% en 2016, pero la minería explicó casi la mitad de ese crecimiento. El resultado esconde la debilidad de la demanda interna y de la inversión, que aún no ven un cambio de tendencia.
El Instituto Nacional de Estadística y Informática (INEI) publicó ayer la tasa de crecimiento del PBI en el 2016: 3.9% (cifra esperada por el consenso de analistas de FocusEconomics en su último reporte de febrero). Si bien la tasa de crecimiento del PBI en el 2016 es la más alta de los últimos tres años, ésta se vio favorecida por un impulso temporal de la minería.
Específicamente, por dos grandes proyectos de cobre: la puesta en marcha de Las Bambas y la ampliación de Cerro Verde. Este impacto positivo de la minería fue más fuerte que la desaceleración que sufrió la demanda interna el año pasado, la cual se vio impactada en especial por la debilidad del consumo privado y la contracción de la inversión privada. La minería también compensó las caídas en los sectores hidrocarburos y pesca que se contrajeron en 5.09% y 10.09%, respectivamente el año pasado.
Los 0.6 puntos porcentuales de crecimiento adicional en el 2016 no implican una mejora en la estructura productiva de la economía, por el contrario, según los resultados del INEI (ver Cuadro), los sectores comercio y servicio, que representan en conjunto la mitad de la actividad económica en el Perú, continuaron deteriorándose.
Esto debido a que la debilidad del empleo se acentuó y sólo creció 0.4% en el 2016, la tasa más baja desde el 2005. Asimismo, los sectores construcción y manufactura, ampliamente ligados a la inversión, siguieron contrayéndose como resultado de la menor inversión del sector privado y el ajuste fiscal realizado por el MEF en el último trimestre del año pasado.
Según cálculos de SEMANAeconomica, la ampliación de Cerro Verde y la producción de Las Bambas contribuyeron en 1 punto porcentual al crecimiento del 2016. Esto está en línea con lo esperado por el BCR a finales del 2015, cuando su presidente, Julio Velarde, estimó que esos proyectos representarían un cuarto del crecimiento del 2016. En ese entonces, el BCR calculaba una expansión de la economía de 4.2%.
Tanto las Bambas como Cerro Verde representaron el 36% de la producción de cobre del Perú en el 2016. Aunque la expansión de la producción minera favoreció el resultado del PBI, el efecto multiplicador asociado a la minería ya se habría dado en años anteriores. “El mayor aporte de la minería hacia los demás sectores de la economía resulta en la fase de construcción pues eleva la inversión, el empleo y el consumo; sin embargo, su efecto multiplicador disminuye considerablemente en la fase de operación” señaló a esta revista, el año pasado, Bruno Seminario, profesor e investigador de la Universidad del Pacífico.
La inversión privada continuó contrayéndose por tercer año consecutivo y llegó al quinto año de desaceleración (ver gráfico). Si bien los empresarios tomaron favorablemente el triunfo electoral de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y la confianza empresarial llegó a su mejor nivel del año entre junio y agosto, ello no fue suficiente para impulsar la inversión. Las tensiones políticas que surgieron luego de la elección de PPK desalentaron las expectativas empresariales.
Según el estudio de Perspectiva de Negocios en Latinoamérica, realizado por la universidad de Duke en septiembre del año pasado, más del 80% de los empresarios encuestados consideraba que la incertidumbre y el factor político los había llevado a una contracción de su gasto de capital, a pesar de que consideraban que PPK favorecería el crecimiento del país. En esta línea, el PBI de la construcción se contrajo, también afectado por la caída del gasto de capital del gobierno en 10.3%, especialmente del gobierno central —que representó en el 2016 el 43% del gasto— que cayó en 22.9%.
El consumo también continuó en desaceleración durante el 2016 (ver gráfico). “Por primera vez en seis años hemos visto una contracción de la canasta básica de las familias en el 2016”, afirma Fidel La Riva, country manager de Kantar Worldpanel. Así, los sectores comercio y servicios, tuvieron su menor crecimiento en noviembre, básicamente porque las familias aún no tenían la suficiente confianza para incrementar su consumo.
Diversas instituciones locales e internacionales han reducido sus proyecciones de crecimiento del PBI para el 2017. El consenso de FocusEconomics para el crecimiento de este año pasó de 4.2% en enero a 3.9% en febrero. Si bien esto refleja el nuevo contexto económico, sigue siendo optimista. Según un sondeo de SEMANAeconómica de hace tres semanas, el PBI crecería 3.5% este año.
Dos razones explican este menor crecimiento esperado. Las expectativas de una recuperación del consumo se han deteriorado por la mayor cautela de las familias para gastar, dadas una menor inversión y una creación de empleo aún débil. Asimismo, según APOYOConsultoría, se espera que la inversión privada, se contraiga 0.5% este año (en un escenario base) y 8% (en un escenario pesimista).