Gran parte del daño ha sido causado ilegalmente al interior de zonas de amortiguamiento de áreas naturales protegidas
La minería aurífera es responsable de la pérdida total de 62.500 hectáreas de la Amazonía sur en el Perú, de acuerdo a cálculos realizados por el proyecto MAAP –a cargo de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA) y la Amazon Conservation Association (ACA).
Tras un análisis de cientos de imágenes satelitales en alta resolución, el proyecto concluye que gran parte de esta deforestación ha ocurrido dentro de las zonas de amortiguamiento de áreas naturales protegidas.
El último cálculo sobre la deforestación provocada por la minería aurífera dio cuenta de 50.000 hectáreas de bosque perdido. El mayor registro de deforestación fue en el año 2014, con una pérdida anual de 177.566 hectáreas.
"También hemos registrado que en las cabeceras del río Malinowski, la minería aurífera viene expandiéndose en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene", indica el informe al que accedió El Comercio.
De otro lado, informan que en la Amazonía norte y centro del Perú están surgiendo otros pequeños frentes de minería aurífera. Además, resaltan que el gobierno ha logrado impedir la expansión de la minería aurífera ilegal en la Reserva Comunal El Sira. En la región Amazonas, refieren que se ha registrado minería ilegal en uno de los afluentes del río Santiago, así como en un área de la Cordillera del Cóndor en la frontera con Ecuador.
Otro de los resultados del análisis, es que entre los años 2001 y 2015 se han perdido más de 1'800.000 hectáreas de bosques amazónicos con tendencia creciente. Entre los factores que han provocado esta deforestación se detectan: la agricultura de gran, pequeña y mediana escala, la minería aurífera, la construcción de carreteras y el cultivo de hoja de coca.
Indican que han alertado el inicio de un proyecto de construcción de una carreteraque atravesaría la zona de amortiguamiento de dos áreas naturales protegidas importantes: la Reserva Comunal Amarakaeri y el Parque Nacional del Manu, que tendrían un efecto negativo en sus ecosistemas.