El ministro de Energía chileno dijo que se trabaja con la Argentina para mejorar la conexión en gas y electricidad entre ambos países
De visita en el país, el titular de la cartera energética chilena, Andrés Rebolledo, dijo que la Argentina y Chile tienen marcos regulatorios diferentes, pero desafíos comunes en los que avanzar en conjunto; justificó la decisión argentina, en la década pasada, de haber cortado las exportaciones de gas a su país y dijo que ahora se pueden aprovechar las potencialidades de ambas naciones.
Economista de profesión, milita desde su juventud en el Partido Socialista y se ha desempeñado en cargos vinculados al comercio exterior desde hace más de 20 años. Asumió como ministro en octubre pasado tras la renuncia de su antecesor Máximo Pacheco.
Rebolledo llegó a Buenos Aires en el marco de la tercera carrera de Fórmula E (Eléctrica) que se celebrará este fin de semana en el circuito callejero de Puerto Madero y brindó una conferencia en donde se mostró entusiasmado por los logros alcanzados en materia energética durante la actual gestión de Michelle Bachelet.
"Hemos implementado un marco regulatorio que le ha otorgado un rol más activo al Estado y ha estimulado la competencia en el sector. Ingresaron empresas nuevas, nacionales y extranjeras, fundamentalmente en el sector de energías renovables no convencionales. En un documento hemos plasmado la intención de que para el año 2050 el 70% de la energía sea renovable, hoy estamos en un 40%, con lo cual quizá lleguemos antes", afirma Rebolledo.
Comentó que durante la última visita de la presidenta Bachelet, en diciembre pasado, se acordó desarrollar un plan maestro para identificar los cinco puntos de interconexión más viables técnica y económicamente entre la Argentina y Chile, con el apoyo técnico de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
-¿Cómo fue retomar el intecambio energético con la Argentina?
-El cambio de gobierno en la Argentina lo viví muy intensamente porque en ese entonces yo me desempeñaba como viceministro de comercio exterior y me tocó ver de cerca el cambio de giro que le dio un nuevo dinamismo a las relaciones económicas, comerciales y de inversiones entre ambos países. En el sector de energía hay un esfuerzo por parte de la Argentina para tratar de avanzar en desafíos comunes, como por ejemplo bajar precios e incorporar tecnologías nuevas. Los marcos regulatorios e institucionales son distintos, pero los desafíos son comunes.
-¿Por qué hace 10 años se exportaba gas a Chile y hoy se invirtieron los roles?
-Hay varios momentos en esta historia, la decisión que tomó en su momento la Argentina de cortar las exportaciones de gas fue entendible porque debía atender su propio suministro. Pero nosotros habíamos desarrollado una matriz energética muy dependiente de esos envíos de gas y por lo tanto tuvimos que tomar decisiones de urgencia, como la importación de gas licuado. El aprendizaje para nosotros fue que debíamos diversificar las fuentes energéticas para lograr sustentabilidad y ser consecuentes con los marcos regulatorios para que las inversiones persistan.
-¿Siente que fue una enseñanza para nuestro país también?
- Efectivamente, fue una enseñanza para todos. Hay que ser coherentes en las regulaciones y en la planificación. El sector energético debe ser abordado desde una perspectiva regional.
-¿Cómo se debe llevar a cabo esa interconexión?
-Estamos en latitudes similares, pero tenemos distintos recursos energéticos. Nosotros tenemos una buena aptitud en el norte del país para la energía solar, la Argentina es una potencia gasífera, más allá de las coyunturas, por lo tanto debemos tener un abordaje estratégico y aprovechar las potencialidades de todos los países. Para eso se requiere voluntad política de todas las partes involucradas y persistencia a través del tiempo.
-En la Argentina tenemos un esquema de subsidios a las tarifas que se han reducido, pero siguen teniendo un gran peso. ¿Cómo es la situación en su país?
-En Chile el sistema opera exclusivamente bajo un esquema de libre mercado, no hay exenciones tributarias, tarifa mínima ni máxima garantizada y tampoco subsidios. El único tratamiento particular se da en la región de Magallanes, en el extremo sur del país, debido a diferentes patrones de consumo.
-¿ Aquí alrededor de 60% de la población tiene gas de red y un 40% utiliza gas envasado. ¿Cómo es la relación en Chile?
-En nuestro país, el gas por red alcanza a un 20% de los clientes, el resto se abastece por garrafas. No obstante, el precio del gas por garrafa es más barato. Nuestra idea es incrementar el área de conexiones por red, pero de manera regulada, porque una vez que una empresa desarrolla la red se establece un monopolio. Tenemos una ley que establece una rentabilidad máxima a las empresas y ha sido bien recibida porque ha protegido a los consumidores pero a su vez no ha quitado incentivos a la inversión.
-¿Hay intención en el sector energético chileno de invertir en Vaca Muerta?
-Por parte de la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP), no por el momento. Acerca del sector privado no tengo información, pero ojalá se avance en ese sentido.
En primer lugar, el funcionario chileno del Gobierno de Michelle Bachelet que finaliza su mandato en marzo de 2018, destacó el efecto de que "el sector se ha hecho más competitivo con la entrada al mercado de nuevos actores y empresas nuevas, nacionales y extranjeras, junto con la creciente difusión de la generación de energías renovables".
Y en segundo término, en el mercado regulado, como es el del consumo de las familias, que representa la mitad de la demanda total, explicó Andrés Rebolledo que "se experimentó en 2016 con un sistema de compra de la energía por parte del Estado, en licitación pública internacional de la demanda que proyectaron el conjunto de las distribuidoras, a todos los oferentes: se presentaron 84 empresas sobre un promedio de apenas 4 compañías, por un total de 12.400 Gwh, a un precio medio de USD 47,6 por Mwh, desde USD 120 Mwh anterior. Se trata de una reducción del 60% que se irá trasladando al valor final al consumidor".
Ahora, para este año, se avanzará con un "sistema único en el mundo de hacer una licitación de compra de energía por tramos horarios y estación, dada la diversificación de la oferta de la generación de fuentes de energías renovables, como fotovoltáica, eólica, hidro, y en menor medida biomasa, junto a las tradicionales térmica", agregó el ministro.
También adelantó Rebolledo que "este año se avanzó en paralelo con una de las leyes votadas para alcanzar la equidad tarifaria en todo el país, para que la dispersión por rango de consumo no sea superior a 10 por ciento", desde valores singularmente diferentes en las áreas urbanas, más barato, que en las suburbanos y del interior, más altas.
El ministro de Energía de Chile no sólo vino a la Argentina a compartir con su par y empresas del sector los notables logros que logró en el área energética su país, sino también generar una agenda que sea capaz de trascender los próximos gobiernos, porque se vinculan con la integración y la interconectividad bilateral, así como con el desarrollo de las nuevas fuentes de generación renovable.
Una de las novedades será impulsar un "swap" energético, esto es "operaciones de canje en términos de moléculas, que se exportan por el centro y se importan por el sur, u otra parte de la larga frontera, para superar cualquier restricción de carácter aduanero, cambiario e impositivo", explicó Andrés Rebolledo.
Y también, "comenzar a explorar metas más ambiciosas, como la conectividad e intercambio energético con países no límitrofes, como Ecuador, Brasil y Perú, entre otros", dijo el ministro, según informó Infobae.
Argentina está negociando renovar las importaciones de gas y electricidad desde Chile, tal como lo hizo el año pasado, según confirmó el ministro de Energía del país trasandino, Andrés Rebolledo.
En una breve visita a Buenos Aires, el funcionario le dijo a un grupo de periodistas que el consorcio de empresas que lidera la estatal ENAP realizó "una oferta equivalente a la del año pasado" en precio (no informó el valor por razones de confidencialidad, pero en 2016 rondó u$s 6,9 por millón de BTU) para proveer gas natural a Argentina, que estaría por cerrarse "en los próximos días".
Además, afirmó que las empresas eléctricas ya solicitaron autorización al regulador trasandino ("para salvaguardar las necesidades" energéticas chilenas) para exportar nuevamente hacia Argentina.
Según fuentes oficiales, las conversaciones para importar gas natural se están llevando adelante con Chile no sólo para reemplazar una posible caída de la provisión desde Bolivia (aunque ese país se comprometió este año a exportar 20 millones de m3 por día, pese a que el año pasado no llegó a concretar los 16 millones de m3 pactados), sino también para reemplazar el combustible líquido que utilizan las generadoras eléctricas, ya que el insumo chileno resulta ser 40% más barato.
En tanto, en electricidad el gobierno busca cerrar un contrato que permita tener disponible la provisión en caso de tener que cubrir picos de consumo, como sucedió el año pasado, cuando Argentina cerró contratos con todos los países vecinos.
Según dijo Rebolledo, el año pasado Chile exportó unos 320 millones m3 (Enargas contabilizó 357 millones m3), por unos u$s 90 millones. Estas transferencias se realizaron a través de los gasoductos Norandino y GasAndes.
En energía eléctrica, el ministro dijo que las exportaciones totalizaron unos 102 Gwh (Cammesa contabilizó 107,6 Gwh), entre febrero y julio de 2016, por u$s 102 millones.
Rebolledo explicó que con el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren (con quien se encontró en diciembre pasado en la visita oficial del gobierno chileno, y brevemente el viernes pasado), se acordaron otros items, además, de constatar el intercambio de gas y electricidad.
Uno es llevar adelante un plan maestro para identificar los cinco puntos de interconexión más viables técnicamente y económicamente entre ambos países. Entre ellos podrían visibilizarse los que ya existen (Antofagasta-Salta, Norandino y GasAndes), pero también explorar el sur, hacia la región de Magallanes-Tierra del Fuego; en Aysén-Chubut; y en San Juan, a partir de una línea que construyó la minera Barrick Gold, para abastecer al proyecto binacional Pascua Lama.
Está en marcha la cooperación técnica y el financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y se pretende entregar el estudio a más tardar en marzo de 2018, cuando termina el mandato de la presidente Michelle Bachelet.
Además, se busca concentrarse en el túnel de Agua Negra, que une San Juan con Coquimbo, para armar también allí una línea de conexión eléctrica, que también financia la CAF. "Queremos entregar a la entidad binacional los términos de referencia técnicos de la interconexión en este punto para cuando se licite el túnel", dijo Rebolledo.
También se buscan negociar swaps de intercambio energéticos, ahora que Argentina quitó las trabas aduaneras "para eso se necesita un marco regulatorio a partir de acuerdos ya existentes, o negociar uno ad hoc, que viabilice la posibilidad de intercambiar energía, electricidad o gas, en un punto, por ejemplo del sur, y recuperarlo en otro en el centro", dijo Rebolledo. "Es viable que intercambiemos moléculas y quites lo económico de lado", agregó, porque cada país cuenta con regulaciones e impuestos diferentes. En este caso, el norte y centro de Chile podría exportar gas a Argentina, pero el sur, importarlo.