Luego de aplicar un fino bisturí en diferentes áreas, la presidenta de Ancap, Marta Jara, anunció a El País que el año pasado se logró cerrar el balance de la empresa con un "equilibrio". Pese a ello descartó la posibilidad de que se pueda ver una baja en el precio de los combustibles.
"El balance no está auditado, pero el resultado será equilibrado. La gestión ha hecho toda la autoayuda posible. Las variables macroeconómicas fueron favorables. Esto nos permitió emprolijar las cuentas y fortalecer el patrimonio", dijo Jara en entrevista con El País. El hecho ocurre tras que en enero del año pasado se aprobó una capitalización de US$ 622 millones además de un préstamo de la Corporación Andina de Fomento por US$ 250 millones, luego que se constató un déficit de unos US$ 800 millones.
La presidenta de Ancap admitió que parte de la mejora de las cuentas se logró por la inyección de fondos que se recibió producto de no ajustar a la baja el precio de las naftas pese a que el oro negro se abarató. Eso llevó a "recomponer finanzas" porque se "buscaba la estabilidad", dijo. Ahora, no obstante, pese a tener un balance "equilibrado", no está en el horizonte concretar un ajuste a la baja de los combustibles. "Está muy lejana la posibilidad de bajar los combustibles", respondió Jara ante la consulta sobre si este año podría verse un alivio en las tarifas de los mismos.
"Ahora sí subió mucho el petróleo y está el paro técnico de la refinería de La Tablada (que no refinará crudo hasta junio)", explicó. Jara acotó que el ajuste de 8% que se sugirió y comenzó a regir desde enero pasado, partía de la base de que no se aumentaban los combustibles desde octubre 2015, por lo que "no es una suba en términos reales".
En el esquema de revisión de las cuentas y los negocios que implementó la empresa se determinó dejar de producir productos de consumo masivo, como las bebidas alcohólicas (tras 84 años de negocio), productos de cuidado personal y artículos de ferretería. Se resolvió racionalizar las actividades de sus subsidiarias, CABA (que fabricaba bebidas y alcoholes medicinales) y ALUR" e "integrar sus operaciones en búsqueda de sinergias".
Si bien la división de Alcoholes arrojaba pérdidas relativamente bajas, de alrededor de US$ 1 millón anuales, durante las reuniones de la comisión investigadora que analizó la gestión de Ancap, la oposición machacó con que no parecía tener sentido que Ancap fabricase esos productos.
En estos casos Jara dijo que "se está avanzando con un data room para identificar interesados", además de que "se está trabajando en una solución para los trabajadores". Según la presidenta de Ancap, "se avanzó bastante en la integración de alcoholes industriales con ALUR".
Por otra parte en diciembre Ancap anunció que Carboclor, una empresa petroquímica de su propiedad que funciona en Argentina y que cotiza en la bolsa de Buenos Aires, pidió el concurso preventivo. Allí Ancap tuvo que hacer frente a Obligaciones Negociables por 95 millones de pesos argentinos que se habían emitido y de las que era garante.
Otro de los negocios comprometidos de Ancap era el cemento Pórtland que ha perdido en la última década cerca de US$ 207 millones. En este caso la presión sindical en la planta de Paysandú, que amenazó con ocupar las instalaciones, hizo que la semana pasada el ente firmara un acuerdo por el cual se comprometió a seguir produciendo cemento. La meta ahora es llegar a un equilibrio operativo en 2018, dijo Jara.
La presidenta del ente remarcó que el objetivo es "fortalecer Ancap concentrándonos en los negocios centrales, donde tenemos ventaja". Y resumió: "Queremos ofrecer los productos al menor costo posible en un plazo razonable".
ANCAP anunció el pasado miércoles en su sede central el lanzamiento del paro de unidades de refinería de La Teja, obra que permitirá realizar el mantenimiento de todas la unidades para alcanzar rendimientos operativos óptimos y velar por la seguridad de los trabajadores, informó este viernes el ente por medio de un comunicado.
La petrolera estatal indicó que según estándares internacionales, una refinería con la configuración de la de ANCAP necesita un mantenimiento a fondo cada cinco años para asegurar su correcto y óptimo funcionamiento.
Durante las tareas de mantenimiento se contratarán a 1.300 personas a través de 20 empresas y 600 funcionarios de ANCAP. La fecha de parada de la producción comenzará el próximo miércoles 15 de febrero. El retorno de la actividad de la refinería de La Teja está planificado para el 1° de junio.
Cuando el gobierno anunció que los combustibles subían 8% a partir de enero, se argumentó que parte de ese ajuste también contemplaba las erogaciones que debía hacer ANCAP por la parada de mantenimiento.
En esa instancia, la presidenta de ANCAP, Marta Jara, informó la parada técnica de mantenimiento de La Teja demandará US$ 55 millones, además del lucro cesante de US$ 5 por barril de crudo que la empresa no refinará durante un trimestre y que deberá compensar con importación.