Vaca Muerta suele estar siempre asociada al futuro, a lo que está por venir. En esta etapa de su corto pero intenso desarrollo, el país aguarda una segunda ola de inversiones para activar el desarrollo no convencional, luego de que varios reclamos del sector privado empezaran a encontrar respuestas en la gestión de Mauricio Macri.
Sin embargo, la roca estrella de Neuquén y sus primos menos conocidos como las formaciones tight Lajas, Mulichinco o Río Neuquén, aún a pocos metros de la línea de salida y con un largo camino por recorrer, ya dieron vuelta el mapa gasífero.
Según estadísticas de la subsecretaría de Hidrocarburos de Neuquén a las que accedió “Río Negro Energía”, el 37% del recurso que sale del subsuelo provincial proviene de estructuras no convencionales. Esto quiere decir que alrededor del 18% de todo el gas que se produce en el país proviene de rocas generadoras o arenas compactas.
En sí mismo, el número no significa demasiado. Pero visto a la luz de los resultados de la última década, se puede valorar su impacto: el aporte de Vaca Muerta y sus formaciones vecinas no sólo terminó con la caída en la producción de gas que se registraba desde 2004, sino que, para el caso neuquino, generó un aumento acumulado del 7,91% en 2016. En un clima recesivo, y con la actividad de perforación en el freezer, el fluido sigue rompiendo récords.
Según las estadísticas, se llegaron a producir 54 millones de metros cúbicos diarios en diciembre pasado, de los cuales 20 provinieron de bloques no convencionales. Loma Campana –con gas asociado–, El Orejano, Rincón del Mangrullo y Sierra Barrosa (todos operados por YPF), así como Lindero Atravesado de PAE son los que mayor suba mostraron.
Pero Loma la Lata, el bloque gasífero más grande del país, también registró una suba en su producción gracias a los denominados pozos “infield”, que son aquellos que se perforan entremedio de dos instalaciones existentes.
Aunque por ahora las formaciones tight son las que más gas producen –algo lógico porque tienen más años de desarrollo y en algunos casos permiten una extracción más económica–, Vaca Muerta aún espera por la producción en escala. Sólo el proyecto de El Orejano, que opera la petrolera nacional en sociedad con Dow, pasó a una etapa de desarrollo. Aunque tuvo excelentes pozos, Total todavía tantea terreno en Aguada Pichana, y en el sector se sigue con expectativa lo que podría ocurrir en la zona de las Bandurrias, divididas entre YPF, PAE y Wintershall.
Para octubre de 2016, según un estudio privado, había en producción efectiva sólo 62 pozos de shale gas, el 10% del total en la roca madre. Pero ese pequeño porcentaje logró mover el amperímetro del recurso que más necesita el país para generar energía y calefaccionarse.
Según las estimaciones de la provincia, en 2016 las inversiones petroleras superaron los 4 mil millones de dólares, mientras que para 2017 se esperan desembolsos superiores. “Aún resta que las empresas presenten sus planes”, aclararon. En 2015 los desembolsos habían sido de 5.100 millones de dólares, pero la baja del crudo hizo retraer ese monto de forma considerable.
“Si bien las inversiones bajaron durante el año pasado, producto de la caída del precio del barril de crudo y de la readecuación de los planes de YPF, se encuentran entre los niveles más altos de la década”, enfatizaron. “Además, el resto de las operadoras en conjunto incrementó sus inversiones capitalizables en 2016 con respecto al año anterior”, destacaron desde el Ejecutivo.
En cuanto a las reservas, señala el informe, la provincia tiene acreditadas 43,8 millones de metros cúbicos de petróleo, que brindan un horizonte de producción de 6 años a los actuales niveles de extracción.
Las reservas comprobadas de gas, en tanto, alcanzan los 124,8 miles de millones de metros cúbicos y tienen un horizonte de 7 años.
Neuquén tiene en marcha 19 concesiones no convencionales, que contemplan inversiones por 5.594 millones de dólares durante las etapas de piloto, y que ascenderán a unos 121.716 millones de dólares si esas tareas resultan exitosas y se pasa a la fase de desarrollo masivo. Ese es uno de los requisitos que impondrá Nación, al menos en el caso del gas, para poder acceder a un precio subsidiado del recurso.
Las concesiones otorgadas abarcan poco más del 10% de la superficie de Vaca Muerta.
El negocio
Mientras el petróleo muestra una baja considerable en su performance –tal como informó este diario en su edición del lunes la caída para 2016 fue superior al 3%–, el gas aparece como la gran salvación para la industria.
Pero aún resta resolver cómo se garantizarán los subsidios que apuntalarán el precio doméstico. En 2018 se termina el Plan Gas y Nación elabora por estas horas un nuevo acuerdo que está bajo discusión.
El borrador llegará a manos de la provincia recién esta semana, y existe expectativa de que haya algún tipo de anuncio a partir del lunes. Ahora llegará el turno de que las operadoras aceleren su nivel de inversión. Al menos así lo pide el gobernador Omar Gutiérrez. (Ver aparte)
Los números
54 millones de metros cúbicos diarios produjo la provincia en diciembre pasado, según datos oficiales.
10% del total de pozos shale de la provincia en producción fueron con destino a gas.
$ 4.000 son los millones que se invirtieron durante el 2016, según cálculos del Ministerio de Energía. Ese año se desembolsará lo mismo.
Las formaciones de tight gas muestran mejores resultados que los de Vaca Muerta por ahora, aunque el panorama empieza a cambiar.
El precio es una variable clave para determinar el incremento de las inversiones. La continuidad de los subsidios será central para ese objetivo.