Una explosión sacudió esta mañana una sala de máquina de la central nuclear de Flamanville, en la región de Normandía, a orillas del Canal de la Mancha, en el norte de Francia, aunque no hay peligro para la población, según indicaron autoridades locales.
"Es un acontecimiento técnicamente significativo, pero no se trata de un accidente nuclear", dijo Olivier Marmion, jefe de Gabinete de la localidad de La Mancha. Según explicó, la explosión tuvo lugar "fuera de la zona nuclear".
Según señaló la operadora de la central, Électricité de France (EDF), un incendio provocó una explosión en la sala de máquinas de uno de los dos reactores nucleares de Flamanville. El fuego quedó "inmediatamente'' bajo control.
La sala de máquinas, donde se encuentran las turbinas que producen electricidad, está en una zona de la planta sin material radiactivo. El incendio no produjo ninguna fuga de radiación, dijo EDF.
Según las autoridades, el incidente comenzó a las 10 (hora local) y terminó hacia las 12 del mediodía. Cinco personas resultaron intoxicadas, pero no hubo heridos graves. Sin embargo, los servicios de emergencia siguen en el lugar.
Además, la operadora EDF explicó que el reactor 1 fue desconectado de la red. La central nuclear de Flamanville está en funcionamiento desde la década del 80: tiene dos reactores de 1300 megavatios. El primero opera desde 1985 y el segundo desde 1986. Desde 2007 se está construyendo otro reactor nuclear de tercera generación, más seguro y más potente que los actuales, pero su construcción está demorada y no se pondrá en funcionamiento hasta 2018.
La Información
Ocho centrales nucleares francesas reanudarán a lo largo del mes de febrero su actividad, lo que contribuirá a mejorar el suministro en el país vecino, a reducir sus necesidades de importación y, con ello, a abaratar el precio de la electricidad en España.
Las crecidas en el precio de la luz se explican en gran medida por la paralización de estas centrales. España ha estado suministrando energía al país vecino, lo que ha supuesto que la factura se vea afectada. Exportar a Francia reducía la cantidad de energía disponible. Aunque lo cierto es que no era el único ingrediente. También la escasez de lluvias, de aire y gas natural inflaron los precios.
El parque nuclear francés llegó a tener 21 grupos nucleares de los 58 indispuestos a finales del año pasado, circunstancia que, junto al aumento de la demanda por la ola de frío o la escasez de agua en los pantanos, provocó en enero una fuerte escalada en el precio de la electricidad en España.
El cierre de las centrales es responsabilidad de la Autorité de Sûreté Nucléaire (ASN), el consejo nuclear francés, que revisó las centrales nucleares por el temor fundado de que los generadores de vapor y las piezas de acero que los componen concentren una cantidad de carbono superior a la permitida. El 70% de la generación eléctrica de Francia es nuclear.
Según datos del gestor de la red eléctrica francesa, RTE, recogidos por Europa Press, en febrero recuperarán su actividad grupos nucleares con una potencia nominal conjunta de 9.860 MW, más que la instalada en toda España. Tras ese momento, solo habrá 3.900 MW pendientes de recuperar su actividad.
Durante el mes, se producirá el final de la indisponibilidad de las centrales de Cruas 3 (915 MW), Civaux 1 (1.495 MW), Civaux 2 (1.495 MW), Tricastin 2 (915 MW), Cattenom 2 (1.300 MW), Chooz 1 (1.500 MW), Gravelines 6 (910 MW) y Paluel 3 (1.330 MW).
Tras la entrada en operación de estas instalaciones, solo quedarán pendiente de reiniciar la actividad de cuatro centrales, que son las de Golfech 2 (1.310 MW), Fessenheim 2 (880 MW), Gravelines (910 MW) y Bugey (880 MW). Dos de ellas recuperarán su actividad en marzo y las otras dos en mayo y junio.
España ha sido tradicionalmente exportador de electricidad a Francia. El saldo positivo se ha producido de forma continuada entre 2003 y 2015, ejercicio en el que, por primera vez en más de una década, fueron superiores las importaciones, según se aprecia en una última memoria anual de Unesa.
En todo caso, las exportaciones se exacerbaron desde finales de 2016 por los problemas de suministro en Francia fruto de la indisponibilidad de las centrales nucleares, que no solo tensionaron el mercado eléctrico en la Península Ibérica, sino en el conjunto del continente.