Según el informe preparado por el Gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, Alvaro Merino y de acuerdo al último informe de INE sobre empleo, correspondiente al trimestre octubre-diciembre 2016, las regiones mineras continúan marcando las tasas de desempleo más altas a nivel nacional.
En efecto, mientras el país, en el periodo en cuestión, registra una tasa de desocupación de 6,1%, en la Región de Tarapacá llega a 6,5%, en Antofagasta alcanza un nivel de 7,6%, en Atacama registra 6% y en Coquimbo se eleva a 8,3% constituyéndose en la cifra más alta entre todas las regiones del país. Estas cuatro regiones del norte del país de Chile son eminentemente mineras, pues en Tarapacá el 45% del PIB es generado por este sector productivo, mientras que en Antofagasta el 56%, en Atacama el 44% y en Coquimbo el 35%.
“Al comparar la tasa de desocupación actual con lo que ocurría hace un año atrás en el país y particularmente en las regiones mineras, se observa que a nivel nacional la tasa de desempleo crece 0,3 puntos, en tanto que en Tarapacá disminuye en 0,6 puntos, desde 7,1% a 6,5%, en Antofagasta aumenta 1,3 puntos, pasando de 6,3% a 7,6%, en Atacama se incrementa 1,4 puntos, elevándose de 4,6% a 6,0% y en Coquimbo aumenta 1,4 puntos, desde 6,9% a 8,3%”, señaló Merino.
Agregó que en las regiones mineras, vale decir, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo, de acuerdo a estadísticas del INE, se registran 10.600 cesantes en el sector minero, 11.900 en el comercio, 9.700 en la construcción, 5.600 en la industria y 5.100 en el transporte. Los cesantes de estas cinco ramas productivas y de servicios representan el 63% de la totalidad de la cesantía de estas regiones.
De acuerdo al informe del Instituto Nacional de Estadísticas, el empleo en minería en los últimos 12 meses ha caído en 18.500 puestos de trabajo, pues en noviembre de 2015 alcanzaba 218.500, en tanto que en noviembre de 2016 registra 200.000, según INE, esto es una disminución de 8,5%.
El empleo en este sector productivo respecto de la medición del mes anterior se mantuvo en los mismos niveles, esto es 200.000 puestos de trabajo.
“Sin embargo, si comparamos el peak de ocupación en esta rama productiva, que se alcanzó en septiembre del año 2012, con 261.000 trabajadores, con los últimos datos entregados por el organismo estadístico, se observa que la ocupación en esta actividad económica ha disminuido en 61.000 trabajadores”, indicó el Gerente de Estudios de la Sonami.
Junto a lo anterior, es preciso indicar que el nivel de empleo en la minería hoy es inferior en 1000 puestos de trabajo, respecto al registrado en marzo del año 2010, pues en esa fecha había 201.000 ocupados en este sector productivo.
El empleo a nivel nacional, en los últimos doce meses, crece 1%, esto es, aumenta en 80.500 trabajadores, en tanto las actividades económicas que muestran un retroceso en la generación de empleo son minería que disminuye 8,5%, intermediación financiera 4,2% y construcción 2,2%, son estas actividades económicas precisamente las que muestran una baja en la ocupación.
Finalmente Alvaro Merino, precisó que “es preocupante la caída en la ocupación en la minería, por cuanto por cada empleo directo en este sector productivo se generan 2,5 a 3 empleos indirectos, de modo tal que el impacto es muy relevante”.
Con un balance positivo, aunque no carente de señales preocupantes, cerró el mercado laboral chileno 2016. Es que si bien el desempleo terminó alejado del peak de 7,1% que alcanzó a mediados de año, lo hizo en un contexto en que lideraron los puesto de trabajo por cuenta propia, que se asocian a cierta precariedad.
Según informó el martes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desocupación en el trimestre móvil octubre-diciembre fue de 6,1%, lo que significó un alza de 0,3 puntos porcentuales en doce meses; y una baja de 0,1 punto porcentual respecto al período móvil inmediatamente anterior.
Así, la tasa promedio de desempleo fue de 6,5%, la más alta en cuatro años (6,5% en 2012). Asimismo, la creación de empleo promedio fue de unos 108 mil puestos, el nivel más bajo del actual gobierno y lejos del peak de 156 mil registrados en 2013.
Desde el gobierno destacaron el resultado. La ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, calificó la tasa de 6,1% como una cifra “tremendamente importante”, “porque a pesar de la desaceleración, a pesar del freno en la economía, el desempleo se ha mantenido”.
Si bien la creación de trabajo por cuenta propia disminuyó en el último trimestre móvil (-1,2%) fue el principal ingrediente a la hora de mantener contenida la tasa de desocupación en el país el año pasado, al aportar 77 mil puestos, unos 20 mil más que en 2015. Desde Credicorp Capital recordaron que esta fuente de empleo suele ir acompañada de una volatilidad “significativa”, por lo que “todavía implica un riesgo relevante para los próximos trimestres”.
En el empleo asalariado o dependiente se observó el efecto contrario, ya que se destruyeron más de seis mil puestos en circunstancias que en 2015 se habían creado más de 76 mil.
Por sectores, la minería lideró la destrucción de empleo en el año (21 mil puestos), seguida de las actividades financieras y de seguros (17 mil puestos), mientras que comercio y agricultura fueron los que más crearon (49 mil y 27 mil, respectivamente), impulsados por la estacionalidad de la última parte del año en ambos rubros. A lo largo del país, la tasa de desocupación siguió siendo dispar, con altos niveles en el norte y bajas tasas en el sur (ver infografía).
Para el economista de Scotiabank, Benjamín Sierra, las cifras sugieren que el mercado laboral sigue débil y lo podría ser más este año ya que probable el empleo por cuenta propia alcanzó su ritmo máximo de expansión en 2016 y podría “no colaborar tanto a contener la tasa de desocupación este año”.
Como la tasa de desempleo se mantiene en niveles positivos en términos históricos, resulta oportuno mirar las variables relacionadas con la calidad de los puestos de trabajo (como jornadas, salarios y tipo de contrato), para dilucidar cómo se está ajustando el mercado laboral al prolongado ciclo de desaceleración. Esa es la recomendación de los expertos.
En ese análisis, hay que considerar que la jornada de trabajo de 45 horas a la semana disminuyó un 2,5% anual, durante el trimestre móvil octubre-diciembre, mientras que los ocupados a tiempo parcial voluntario (TPV) aumentaron un 8,1% y los tiempo parcial involuntario (TPI) lo hicieron en un 9,8% en doce meses.
Según el último reporte de Calidad del Empleo, elaborado por la Fundación Sol, la subocupación, es decir, los trabajadores y trabajadoras que se desempeñan en media jornada o menos -pese a tener la disponibilidad para trabajar tiempo completo- suman 735 mil personas, lo que representa la cifra más alta de los últimos dos años. En términos absolutos, subraya el informe, el fenómeno es más alto para el caso de las mujeres, con 395 mil trabajadoras, que los 339 mil hombres subempleados.
Sin embargo, en términos relativos es más alto el caso de los hombres, pues existe una menor cantidad trabajando bajo la jornada parcial (619 mil) que las mujeres (842 mil). Con esto, señala, “el subempleo, como proporción de las personas que trabajan jornada parcial, es de un 50,3% para ambos sexos. Por tamaño, hay 53,7% de subempleo en las empresas con menos de 5 personas y 44,2% en las empresas de más de 200 personas”.