Colin Beaney, Director de Industria Global de Energía y Utilities en IFS, empresa global de aplicaciones de empresa, apunta las principales tendencias que van a marcar el sector energético en 2017 y explica cómo pueden beneficiarse las compañías.
La inversión actual en renovables representa cerca de la mitad de la nueva capacidad energética en el mundo, y está previsto que este mercado crezca un 13% más en los próximos cinco años, impulsado por la energía eólica y la solar. Los proveedores energéticos buscan descentralizar su capacidad energética y diversificar en renovables. Es cuestión tanto de modernizar el negocio como de asegurar la futura rentabilidad.
Para las compañías energéticas tradicionales saltar al sector de energías renovables significa que deben considerar poner en marcha una nueva unidad o entidad independiente centrada totalmente en renovables, empezando prácticamente desde cero, y hacerlo de forma rápida. Para tener éxito, las compañías energéticas necesitarán la ayuda de organizaciones y plataformas técnicas más ágiles y de rápida implantación, que por razones de velocidad y coste (más OPEX que CAPEX) estarán basadas en la nube.
Esto significa la reinvención de procesos clave como las finanzas, la planificación de recursos, el soporte a los servicios en campo y la gestión de activos y de la cadena de suministro, de cara a tenerlos en funcionamiento en cuestión de semanas y poder cambiarlos sobre la marcha.
Actualmente estamos ante el auge de un nuevo ecosistema energético. IDC predice que para 2020, 2,5 GW de la electricidad serán generados por un 20% de empresas de la lista Fortune Global 500, que nos son compañías energéticas tradicionales. Si a esto añadimos un creciente número de consumidores que cuentan con sus propias placas solares en el tejado, o con aerogeneradores, que quieren vender la energía sobrante a la red, empieza a quedar clara la transformación de los proveedores de energía y utilities desde compañías centralizadas de suministro, a proveedores de servicios más distribuidos y bidireccionales.
Los consumidores demandan flexibilidad y poder elegir cuándo y cómo consumen energía. Esto sólo puede conseguirse a través de la evolución de redes inteligentes en las que sensores y contadores inteligentes sean capaces de proporcionar al consumidor un control más exacto y en tiempo real de su consumo energético
Pero el paso de suministrador energético a proveedor de estilo de vida requiere un enfoque mucho más dinámico y optimizado del mantenimiento y del servicio en campo, lo que implica un servicio de elevada calidad. Para desarrollar y mantener una infraestructura inteligente, los técnicos de servicios en campo y los ingenieros deberán estar respaldados por tecnologías conectadas. Esto significa que aquellas compañías que en 2017 empiecen a transformar digitalmente sus procesos de negocio integrando las nuevas tecnologías (wearables, realidad aumentada y aplicaciones de voz) se beneficiarán de una mejor gestión de activos, una mejor planificación, una mejor ejecución y un servicio más rápido para mantener satisfecha la demanda de los consumidores.
Los drones se están convirtiendo rápidamente en la norma, dentro del mercado energético, como si de otro par de ojos se tratase, para evaluar visualmente los cables, canalizaciones de energía u otros recursos. Y en 2017 seguiremos viendo nuevos avances en esta materia. En primer lugar, los datos recogidos por los drones se integrarán directamente con las plataformas de software de las empresas, para generar órdenes de trabajo automáticas cuando encuentren fallos. Estas órdenes podrán ser enviadas directamente a ingenieros sobre el terreno para una rápida respuesta y una mínima perturbación en la red. Todavía estamos algo lejos de ver a drones tomando decisiones autónomas, pero con el actual ritmo de innovación en tecnología de drones, no es difícil concebir un futuro en el que por lo menos las simples tareas de reparación puedan ser llevadas a cabo de forma remota.
Ante esta tendencia, es previsible la aparición de problemas en las regulaciones y cumplimiento de normativas, y no sólo de seguridad aérea. Una reciente normativa de Suecia prohíbe el uso de drones con cámara sin permiso. Todavía está pendiente la aparición de una regulación integral sobre drones, por lo que estar atentos al cambiante panorama legal en los distintos territorios es clave para garantizar su cumplimiento.
A medida que avance 2017 los recursos de las compañías se digitalizarán cada vez más y se aprovecharán los análisis avanzados. El aprendizaje automático o machine learning está en el centro de la evolución de la industria 4.0. Las plataformas de análisis inteligentes y automatizadas, son capaces de aprender de las enormes cantidades de datos recolectados por los distintos activos de la compañía y proporcionar valiosas informaciones, tanto sobre el rendimiento de los activos, como sobre el estado de los mismos. Estos análisis llevan al desarrollo de capacidades predictivas. Los nuevos modelos de máquinas con aprendizaje automático recogerán todos los datos de la infraestructura inteligente para emitir alertas sobre posibles fallos en los recursos, o lecturas anormales, antes de que se produzcan las averías, con información detallada sobre qué medidas han de tomarse para evitar que el servicio se interrumpa por un fallo en algún componente.
El año 2017 se presenta como un año clave para las empresas del sector energético, con nuevas oportunidades de negocio, gran conectividad, más automatización en campo y una enorme cantidad de datos de los que obtener valiosa información para gestionar el negocio. Y esta es la cuestión fundamental: se trata de negocios en cuyo eje central se encuentra el software empresarial que ha de alinearse con todos estos desarrollos, listo y capaz de integrar, analizar y proporcionar información de forma fácil y rápida. Sólo entonces las compañías energéticas serán capaces de proporcionar de manera eficiente y rentable un servicio y una energía inteligente a su creciente número de consumidores inteligentes.