La segunda petrolera estadounidense por tamaño y producción, Chevron, anunció su segundo trimestre en beneficios para 2016 colocándose en posición de pagar sus inversiones y dividendos con los ingresos aportados por las ventas de crudo y refinados en 2017. Este constituye un vuelco significativo en el recorrido de la compañía e indica claramente una tendencia al retorno a la autofinanciación.
Sin embargo esta mejoría se apoya en fuertes ahorros que han supuesto una reducción de inversiones y severos recortes de personal y el punto de equilibrio se puede romper con facilidad si el precio del crudo cae. Los inversores esperaban mejores resultados en línea con el consenso del mercado para la segunda mayor petrolera del país y sus acciones cayeron en el mercado el pasado viernes cerca de un tres por ciento.
Los menores ingresos fueron resultado de una caída de los márgenes en su actividad de refinería, cuyo desempeño sostuvo los ingresos en los momento en que los precios del crudo estaban más deprimidos. Los resultados para 2016 fueron pérdidas de 500 millones de dólares, las primeras en los últimos 25 años de vida la empresa
Pese a estas pérdidas el consejero delegado John Watson señaló que si bien los resultados del año habían sido afectados por los bajos precios del petróleo y el gas la empresa había “respondido agresivamente” mediante recortes a la inversión y reduciendo costes operativos. “Estamos bien posicionados para mejorar los ingresos en 2017 con gastos y costes controlados e ingresos adicionales previstos por aumentos de la producción. Esta confianza nos ha permitido aumentar el dividendo anual de 2016 por 29 vez consecutiva”.
Los ingresos por acción fueron de 22 centavos para el trimestre comparado con las previsiones de 64 céntimos. En el cuarto trimestre de 2015 la empresa había registrado pérdidas de 31 céntimos por acción resultado de un ajuste de valor de sus activos. Los ingresos para el cuarto trimestre de 2016 estuvieron también por debajo de las expectativas con 31.500 millones de dólares un 8% por encima que los ingresos en igual trimestre en 2015.
Los resultados de la producción de petróleo y gas reflejan el incremento de precios registrado a lo largo del año pasado con un beneficio de 121 millones de dólares comparado con una pérdida de 1.950 millones de dólares en el mismo periodo en 2015 en Estados Unidos y de 809 millones en el resto del mundo. Las cifras suponen un incremento del 36% en el negocio upstream.
Por el contrario, las operaciones de refino y comercialización en Estados Unidos sufrieron un golpe considerable con un beneficio cero comparado con un beneficio de 496 millones de dólares en el último trimestre de 2015. En el resto del mundo la empresa obtuvo un beneficio en refino y comercialización de 375 millones de dólares con una caída del 31% respecto de igual periodo un año antes. El revés en el sector de refino pone de relieve el efecto sobre las actividades de downstream de un incremento de precios del crudo del que no se puede sacar partido en el mercado minorista mediante un acelerado incremento de precios al consumo.
En general las petroleras integradas lograron atenuar sus pérdidas con la baja de los precios del crudo por un aumento considerable en el margen del refino. La inversión y los gastos de exploración fueron de 22.400 millones de dólares en 2016 comparados con 34.000 millones en 2015. Esta reducción es resultado de la finalización de algunos grandes proyectos como el de Gorgon en Australia, y la ausencia de nuevos compromisos de inversión.
La empresa dijo haber reemplazado con nuevas reservas el 95% del petróleo y el gas que extrajo el año pasado. Estas nuevas reservas proceden de la prevista expansión de su actividad en el campo de Tengiz en Kazajistán, en la Cuenca Pérmica de Texas con crudo y gas no convencional, y el otro proyecto australiano de gas natural licuado conocido como Wheatstone.
La producción se mantuvo prácticamente sin cambios respecto del último trimestre de 2015 con 2,67 millones de barriles equivalentes de petróleo al día en el cuarto trimestre comparado con igual periodo un año antes. La nueva producción de Gorgon y otros proyectos que han entrado en operación el pasado año ha sido contrarrestada por la venta de activos, las declinación natural de las reservas y los problemas creados por fuerzas rebeldes en los campos de Nigeria.
La empresa espera un incremento de la producción de entre un 4% y un 9% en el 2017 año en el que no habrá un impacto negativo por la venta de activos. Los objetivos de producción declarados por las petroleras para este año serán objeto de un escrutinio estricto por parte de los analistas de inversiones. Algunos de los analistas consultados señalan que en las próximas semanas es posible que algunas de las grandes petroleras que anuncien resultados se verán obligadas a ajustar sus previsiones de producción porque algunos de los pozos que tenían previsto perforar puede que sean demasiado caros como para explotar al actual nivel de precios. Exxon Mobil advirtió en octubre del año pasado que 4,6 millones de barriles de sus reservas ubicados en su mayoría en Canadá no podrán ser explotados por falta de rentabilidad a los actuales precios del crudo.
La gran petrolera va a anunciar resultados esta semana. Entretanto es visible una diferencia significativa de estrategias entre las grandes compañías del sector y las empresas independientes que exploran y explotan el crudo y el gas no convencional en las cuencas estadounidenses. Estas últimas se han lanzado sobre los mercados de deuda para obtener recursos destinados a incentivar la producción con el objetivo de aprovechar el modesto incremento de precios registrado a lo largo del pasado año.
Mientras tanto, Exxon, Chevron, Royal Dutch Shell y BP por poner solo cuatro ejemplos, siguen con el freno echado sobre el gasto y esperan moderados incrementos en la producción. Esta política cautelosa pone de relieve que las grandes no tienen depositada su confianza en que la nueva estrategia de la OPEP, que ha impuesto límites a la producción para estimular el aumento de los precios del mercado, de el resultado que han pregonado sus defensores.
Subsidiaria del sexto productor mundial del sector Oil & Gas. En julio de 2013 firmó un importante acuerdo con YPF, la mayor petrolera argentina, para la explotación del recurso no convencional (shale gas) en el reservorio Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, en el cual asignará una inversión inicial de US$ 2.000 millones. Dicho acuerdo hará posible transformar el abundante recurso en desarrollo regional e hidrocarburos para Argentina.