El precio del oro ha tocado un nuevo máximo de ocho semanas al alcanzar los 1218 $/oz en la sesión del martes. Las bolsas han caído de nuevo pero la libra ha repuntado tras la comparecencia pública de la primera ministra británica Theresa May en la que ha dejado claro que el Reino Unido “no puede quedarse en la Unión Europea”.
La reacción de la libra ante estas declaraciones ha desafiado a las expectativas de los analistas, que preveían un “shock” ante la confirmación de que el “Bréxit” dejará a Reino Unido fuera del mercado único.
“El oro sigue al alza antes del discurso”, se lee en una nota de Commerzbank de esta mañana que apunta al aumento de entradas del metal amarillo en fondos cotizados de oro europeos.
Las acciones del gigante SPDR Gold Trust subieron el viernes por primera vez desde que Donald Trump ganara la elecciones a principios de noviembre.
Los inversores estadounidenses vuelven hoy a los mercados después del día festivo (Día de Martin Luther King) encontrándose el precio del oro un 1,3% por encima de su nivel a cierre del viernes.
“El precio del oro necesita dejar atrás los 1207 $/oz para que el rebote actual sea mayor”, dicen los analistas técnicos de Societé Générale.
Tras haber tocado mínimos de tres décadas el lunes, la libra esterlina ha alcanzado un máximo de siete días al cotizar por encima de los 1,23 $ y ha ganado más de un 2% desde el mínimo de dos meses contra el euro.
El precio del oro contra la libra ha caído más de un 2% en pocos minutos tras el máximo de diez semanas de ayer. Aunque también ha retrocedido contra el euro y el dólar, lo ha hecho de manera menos pronunciada, manteniéndose por encima de los niveles a cierre del pasado viernes.
Antes de que May diera su discurso, las apuestas contra la libra por parte de los traders alcanzaron la semana pasada máximos de un mes, según los datos de posiciones recogidos por la CFTC.
Tras la comparecencia de May, su equipo de Downing Street ha publicado en la cuenta de Twitter los 12 puntos sobre el Bréxit, prometiendo proporcionar claridad y fortaleciendo la unión entre las cuatro naciones del Reino Unido, controlando la inmigración de la Unión Europea pero también garantizando los derechos de los ciudadanos de la Unión que ya se encuentran en el Reino Unido a cambio de la protección de aquellos ingleses viviendo en el continente.