El Folha de S. Paulo informó que la empresa podría utilizar una sola marca —ODB— o crear un nombre diferente para cada unidad de negocio.
Según fuentes no identificadas del diario brasileño Folha de S. Paulo, Odebrecht tendría planes para reconstruir su reputación y estos incluirían cambiar el nombre del grupo y reducir al 60% su negocio.
La unificación de la marca Odebrecht en casi todos los negocios del grupo ocurrió en el 2013, por decisión de Marcelo Odebrecht. Según un ejecutivo que participó en el proceso y declaró para el Folha de S. Paulo, se trataba de una “decisión imperial” ya que varios expertos se opusieron a la medida por la mala fama que tenía el contratista. Los escándalos que involucraban a la marca incluían ya “al gobierno de Fernando Collor de 1992 en el manejo del presupuesto federal en 1993, y las sospechas de que el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso se benefició del grupo en 1998”.
La posible nueva marca debe ser resultado de nuevas actitudes y un compromiso de ética, de acuerdo a ejecutivos consultados por el medio de comunicación. Al interior de Odebrecht, se discuten dos estrategias: utilizar una sola marca (ODB) o crear un nombre diferente para cada unidad de negocio.
Graña y Montero marcó distancia una vez más de los actos de corrupción y las operaciones ilícitas que su socio Odebrecht ejecutó en el Perú para obtener concesión de proyectos.
En línea con lo afirmado a SEMANAeconómica en diciembre del año pasado, Mario Alvarado, gerente general corporativo del Grupo Graña y Montero, declaró a la revista Caretas que “nunca tuvimos conocimiento de algún acto de corrupción que se pudiera haber dado en alguno de los proyectos ,y menos que pudiera existir una organización paralela de Odebrecht dirigida desde fuera para esos fines”.
“Es evidente que nos equivocamos en esta asociación. Respecto a las acciones a seguir, estamos estudiando nuestras opciones legales para tomar alguna decisión”, agregó.
En la entrevista al medio local, el ejecutivo precisó que Graña y Montero tiene actualmente participación en consorcios liderados por Odebrecht en dos proyectos: Chavimochic III etapa y el Gasoducto Sur Peruano (GSP).
“En ambos proyectos desde su ingreso Graña y Montero ha mantenido una participación minoritaria, siendo Odebrecht la empresa líder que controla los recursos económicos. Específicamente en el caso del Gasoducto Sur Peruano, ante los hechos denunciados en Brasil desde marzo del 2016, tanto Enagás como Graña y Montero hemos asumido un rol más activo buscando alternativas para sacar adelante el proyecto, mientras Odebrecht concreta la venta de sus acciones”, señaló Alvarado.
A días de vencerse el plazo para finalizar la venta de la participación de Odebrecht en el GSP y evitar así la revocación de la concesión, el empresario aseguró que es imprescindible que la empresa brasileña salga del proyecto gasífero para que el financiamiento se concrete y el proyecto siga su curso.