El secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, volvió a defender hoy el acuerdo laboral para la explotación del yacimiento Vaca Muerta y advirtió que “si nos mantenemos rígidos, no va a venir nadie a sacar el petróleo y el gas bajo tierra”.
Negó que la adenda al convenio colectivo petrolero que se firmará en diez días, y que ya fue anunciado por el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, implique la “precarización laboral” para los trabajadores del yacimiento no convencional de Vaca Muerta e incluso dijo que se está analizando un “nuevo paradigma” laboral para las explotaciones tradicionales.
El sindicalista advirtió que “si nos mantenemos rígidos, con el petróleo y el gas bajo tierra, no va a venir nadie a sacarlo, y vamos a ver cómo los compañeros pierden sus puestos de trabajo. Hay que ser inteligentes. Hay actividades en las que hay que hacer modificaciones, sin resignar los salarios de los trabajadores”.
Pereyra, en declaraciones a radio Con Vos, aclaró -no obstante- que no cree que el mismo tipo de convenio pueda aplicarse a otros sectores laborales porque cada “actividad tienen sus características”, pero resaltó que “para que los dirigentes busquemos la forma para que haya más trabajo, hay que buscar las condiciones” para que ello ocurra.
Respecto al no pago de las denominadas “horas taxis”, uno de los mayores cuestionamientos a la adenda que firmará para el yacimiento no convencional, Pereyra dijo que “en cualquier parte del mundo se pagan las horas que se trabajan”.
Y es que, según aclaró, esas horas extras al 100 por ciento se pagan en la actividad en yacimientos de tipo convencional porque los trabajadores se tienen que ausentar de sus hogares hasta 30 días seguidos y estar “a disposición de la empresa” durante todo el período.
“El sistema no convencional es una factory. El equipo está en el mismo lugar o se mueve 10 o 20 metros. El compañero no está permanentemente a disposición de la empresa, sino que trabaja 12 horas y descansa 12 horas en su casa”, diferenció.
Pereyra dijo que el establecimiento de dotaciones de 16 empleados para las perforaciones no fue decidido “alegremente” sino que se hicieron “todos los estudios y consultas en otras partes del mundo donde se desarrolla no convencional”.
No obstante defender este nuevo acuerdo laboral, el sindicalista remarcó que “el tema principal no es el costo laboral, sino el costo de logística” para que las empresas petroleras inviertan en los yacimientos.
“Del costo laboral no hay que modificar nada, solo acordamos una adenda para adaptar las tareas y que haya trabajo”, remarcó Pereyra, para quien también el Estado debe garantizarles un precio local a las empresas que inviertan para que les convenga producir aquí y no importar el combustible.
Cuando se le consultó si este nuevo tratado laboral se podría extender al resto de la actividad petrolera, Pereyra respondió: “¿Por qué no? No cabe la menor duda. Lo estamos conversando con los ministros de Energia y de Trabajo para ir adaptando el nuevo paradigma a los convencionales. Que los compañeros tengan trabajo, que ganen bien. Nadie está hablando de reducción de salario sino que realmente las horas que trabajen son las que se paguen”.
PABLO FERNÁNDEZ BLANCO
Después del anuncio del presidente Mauricio Macri sobre las nuevas condiciones de trabajo para el desarrollo de la formación Vaca Muerta, el gobierno nacional, las empresas, los sindicatos y las provincias aceleran las negociaciones para alcanzar un acuerdo que permita mejorar la productividad en la provincia de Chubut. Allí se encuentra Cerro Dragón, el mayor yacimiento petrolero del país, cuya operación está en manos de Pan American Energy (PAE), la empresa de la británica BP, la familia Bulgheroni y la china Cnooc.
La mesa de negociación ya está conformada. Se sientan a ella el ministro de Energía, Juan José Aranguren, el gobernador Mario Das Neves, los sindicalistas José Lludgar (titular del gremio petrolero que agrupa a los trabajadores jerárquicos de la provincia) y Jorge Ávila (jefe del sindicato del Petróleo y Gas Privado de ese distrito) y las principales empresas con operaciones en la provincia. Además de PAE, entre ellas están YPF, Tecpetrol (el brazo petrolero del grupo Techint) y Sipetrol, la filial local de la compañía estatal chilena, entre otras.
El presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, le confirmó a LA NACION que las conversaciones se iniciaron en la tercera semana de diciembre pasado, mientras que comenzaron a intercambiarse documentos en la última semana de 2016.
odos los actores de la discusión se reunieron a fines del año pasado en el Ministerio de Energía. En breves declaraciones, funcionarios de Chubut sostuvieron que PAE "hizo una serie de propuestas para mejorar la actividad y se habló de mejorar y actualizar la eficiencia de los equipos".
Otra fuente privada que participa en las negociaciones y pidió reserva de su nombre sostuvo que el objetivo de la negociación es llegar a un acuerdo que permita "hacer sustentable la explotación de recursos convencionales en Chubut". La primera discusión se dio entre las empresas. Participaron PAE, YPF, Tecpetrol y Sipetrol, que mantuvieron al Gobierno al tanto de las conversaciones. El resultado se extendió la semana pasada a los líderes gremiales, que LA NACION intentó contactar, pero no obtuvo respuesta. Sobre esa base continuará la negociación.
El primer material de trabajo contempla un punto que obliga a los trabajadores a no mostrar resistencia a la incorporación de nueva tecnología, algo que ocurrió en el pasado. También manifiesta el cambio del diagrama de trabajo de uno por uno (un día trabajado por uno de descanso) a un dos por uno. En ese caso, podría haber una reducción de la jornada laboral.
Otro punto deja de manera expresa asentado que las tareas en que el viento no genere complicaciones continuarán más allá de cuál sea su velocidad, y en los casos en que sea un problema se pondrá un límite específico que deberá cumplirse.
El ejemplo a seguir es el acuerdo que anunció esta semana Macri en la Casa de Gobierno, donde se acordó que todo el personal en condiciones de jubilarse deberá adherirse y que los trabajadores podrán ser reubicados en forma temporal o permanente en tareas diferentes a las que venían realizando con la finalidad de preservar las fuentes laborales. No se afecta su situación salarial.
Además, se establecieron condiciones para que el trabajo de exploración y producción se vuelva más continuo. Por caso, se fijaron nuevas reglas para trabajar con viento (antes solía definirlas el sindicato, pero ahora deberá hacerlo en conjunto con el denominado company man, la persona que pone la empresa en cada desarrollo), la posibilidad de montar y desmontar equipos en horarios nocturnos y que los equipos de torre o las cuadrillas de perforación continúen operando aún cuando falte algún integrante, siempre de se cumpla con las normas de seguridad.
En todos los casos, se trata de modificaciones que los empleados petroleros consideraban como derechos adquiridos. Una parte de ellas se trasladará a la actividad petrolera de Chubut, siempre que el Gobierno, la provincia y las empresas alcancen un acuerdo con los sindicatos, que históricamente fueron más conflictivos que los representantes neuquinos, donde está Vaca Muerta.
Para los gremios, la situación es compleja. A mitad de año, según las estimaciones, los precios locales del petróleo estarán alineados con los internacionales, por lo que se espera una baja. Eso impacta directamente en la voluntad inversora de las empresas, que marca el nivel de actividad y la cantidad de empleo.
En ese escenario crítico, algo que ocurre no sólo en el país sino en el resto de la industria petrolera global, los representantes gremiales enfrentan la dificultad de negociar condiciones de trabajo en un contexto en que las empresas prefieren disminuir su plantilla.
1400 Millones de dólares
Es el plan de inversiones que anunció la petrolera Pan American Energy, de los cuales US$ 900 millones se destinarán a la cuenca Golfo San Jorge con su yacimiento estrella Cerro Dragón.
16% Aporte patagónico
Es el porcentaje que tiene el yacimiento en la producción de gas, mientras que en el petróleo llega a 20%.