El Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), Sergio Hernández; y el Decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, Alejandro Jadresic, dieron a conocer los resultados de los informes "Proyección del Consumo de Electricidad y Agua de la Minería del Cobre al año 2027" elaborados por Cochilco.
El consumo de agua total (continental y de mar), de la minería del cobre llegaría a 20,1 m3/seg de agua en 2017, lo que representa un aumento de 22% respecto al año 2016 estimó la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
“Esto es reflejo, en parte, del cambio de la matriz de producción, que se vuelca a los minerales de sulfuros, que deben ser procesados a través de flotación, proceso que es más intensivo en el uso de agua”, dijo el vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández.
El consumo de electricidad esperado, que considera incertidumbre en la materialización de los proyectos, el Vicepresidente Ejecutivo sostuvo que se prevé crezca de 21,9 TWh a 29,5 TWh en el período 2016 – 2027, lo que representa un aumento de 34,4%, a una tasa de 2,7% anual.
Con respecto al consumo de agua total (continental y de mar), señaló que a nivel nacional la proyección de consumo esperado al año 2027 es de 20,1 m3/seg de agua, lo que representa un aumento de 22% respecto al año 2016.
Añadió que a esto se suma la caída en las leyes de los minerales que hace necesaria una mayor cantidad de agua para obtener una tonelada de cobre fino.
“En el caso del agua de mar la situación es diametralmente diferente al del agua continental, en la medida que el consumo de agua continental disminuye, el agua de mar observa un crecimiento el que pasa de los 3,4 m3/seg en 2016 a 9,3 m3/seg al 2027”, precisó Hernández.
Añadió que se espera que el agua de mar alcance el 46% del agua total requerida en la industria minera del cobre el año 2027 pues son cada vez más las mineras que se suman a la construcción de sus propias desaladoras o agua de mar directa. Agregó que uno de los principales efectos en la disminución del consumo de agua continental proviene de la puesta en marcha de la planta de Escondida, EWS, que estima un inicio de operación el año 2017 con una capacidad de 2.500 l/s.
En relación al consumo de electricidad esperado, que considera incertidumbre en la materialización de los proyectos, Hernández sostuvo que se prevé crezca de 21,9 TWh a 29,5 TWh en el período 2016 – 2027, lo que representa un aumento de 34,4%, a una tasa de 2,7% anual.
“Para satisfacer la demanda esperada de la minería del cobre, se requerirá agregar una capacidad de generación eléctrica de 1.093 MW en el próximo decenio, de las cuales 586 MW se estiman para el SING y 507 MW para el SIC”, indicó.
Agregó que a nivel regional, Antofagasta, Atacama y O’Higgins son y seguirán siendo las regiones más intensivas en el uso de energía eléctrica por parte de la minería. “Antofagasta consume el 52% del total nacional de energía en minería, y esta participación prácticamente se mantendrá al año 2027 cuando se prevé llegue al 49%. En el caso de Atacama se estima consumirá 4,6 TWh al año 2027 lo que implica un aumento del 77% y un 15% del consumo total minero de energía eléctrica”.
Hernández explicó que si se mira el consumo energético por proceso minero, hoy el mayor demandante es la concentradora con 12,0 TWh lo que representa el 55% de la energía total de los procesos mineros. Agregó que esta relación se acentuará al año 2027 cuando se prevé llegue a 20,1 TWh el consumo, lo que representará el 68% de la demanda en ese año. “Esto se debe a que gran parte de los proyectos de expansión y nuevos proyectos mineros son de concentrados de cobre”, señaló.