La obra demandará una inversión de 1,500 millones de dólares y su construcción podría tardar hasta 10 años. El túnel será licitado en el primer semestre de este año.
La integración regional y comercial entre Chile y Argentina podría vivir un antes y un después con el túnel cordillerano Agua Negra, una iniciativa binacional que unirá a la Región de Coquimbo con la trasandina Provincia de San Juan.
Se trata de un mega proyecto del cual se sabe muy poco en relación a la gigantesca necesidad de recursos que demandará: nada más y nada menos que 1,500 millones de dólares, mucho más que el emblemático Puente de Chacao o la Costanera Norte.
La iniciativa considera la construcción de dos túneles paralelos de 13.9 km de extensión, cada uno destinado a un solo sentido de circulación, descendiente desde Argentina hacia Chile y ascendente en el sentido inverso. Cada pista contará con dos carriles para favorecer el tránsito de vehículos de carga.
Ambos túneles quedarán distanciados entre 40 a 50 metros, pero a su vez estarán conectados por galerías de conexión vehicular, destinadas a emergencias, cada 1.5 km.
La ambiciosa obra, apoyada en ambos lados de los Andes, cuenta con el respaldo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ya aprobó dos préstamos por un total de 40 millones de dólares destinados a financiar la fase de cooperación técnica.
Dichos fondos permitirán poner en marcha una inédita licitación coordinada. Se estima que la ejecución total tomaría entre ocho y diez años.
El Túnel de Agua Negra es valorado como una pieza clave en la integración comercial entre los dos países, pero también potencialmente con el resto del Mercosur a través del nuevo corredor bioceánico que conectará el Atlántico con el Pacífico, desde Porto Alegre en Brasil hasta Coquimbo en Chile.
El proyecto no sólo significa un desafío "para la integración sino también un desafío institucional, porque son dos países (participantes) para lo cual tuvimos el financiamiento del BID", dijo el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga.
Para el secretario de Estado, el túnel es más que una obra de infraestructura: "lo que estamos construyendo es integración", enfatizó.
"Si nosotros queremos de verdad aprovechar nuestra ventaja que tenemos de estar hacia el Pacífico, no sólo tenemos que desarrollar los puertos, sino que también las conexiones con Argentina. Ese es el sentido de este túnel, es comercio entre los dos países, turismo entre los dos países, pero también y fundamentalmente fortalecer nuestros puertos y que Chile ocupe lo que es nuestra posición hacia el Pacífico como una ventaja", remarcó la autoridad.
El actual paso fronterizo de Agua Negra se ubica a 4.765 metros sobre el nivel del mar, y por él transitan entre 8 mil a 10,5 mil autos al año, sin capacidad para el tránsito de vehículos de carga. Dicho paso permanece cerrado entre mayo y octubre por la nieve. Cabe recordar que el principal paso entre ambos países es el de Cristo Redentor (Paso Los Libertadores), donde las condiciones climáticas obligan a cerrar el camino entre 30 a 40 días al año.
Desde que se abrió el proceso de licitación para la etapa de precalificación en octubre pasado, cerca de 21 empresas ya se han presentado sus antecedentes ante la Entidad Binacional Túnel Agua Negra (Ebitan), que desde 2010 se conformó para hacer avanzar al proyecto.
Y esta etapa vive sus últimos días. El ministro Undurrraga confirmó a Diario Financiero que el proyecto "avanza de acuerdo a lo planificado" y recordó que hasta el próximo 8 de febrero se recibirán los documentos necesarios.
"Posteriormente, les entregaremos a todos quienes hayan presentado los antecedentes, el proyecto referencial de manera tal que empiecen a estudiar aquello, porque en mayo definiremos quiénes son los calificados", comunicó.
Con ello, la adjudicación de la obra estaría cumpliendo con el calendario inicial, proyectada para inicios de 2018.
Según conocedores del proceso, entre las 21 empresas que se han presentado hasta hoy, dominan compañías europeas y asiáticas.
Según consta en el registro de audiencias públicas del MOP, el subsecretario del ramo, Sergio Galilea, se reunió el 20 de octubre pasado -apenas 3 días después de iniciado el proceso- con representantes de la española Sacyr para abordar las materias relacionadas al proyecto binacional.
Sacyr tiene presencia en Chile, explotando cuatro autopistas a través del sistema deconcesiones y tiene en construcción tres obras, entre ellas la autopista Américo Vespucio Oriente y el Hospital de Antofagasta.
El Túnel de Agua Negra no sólo permitiría avanzar en integración comercial directa entre Chile y Argentina, sino que potencialmente también ayudaría en términos de integración energética.
Tras la última reunión bilateral sostenida entre los ministros de Energía de ambas naciones, Andrés Rebolledo y Juan José Aranguren, en diciembre pasado, Rebolledo reconoció que comenzarán a estudiar esta posibilidad.
En dicha ocasión, sostuvo que además de hacer un "mapeo" de las distintas alternativas de interconexión eléctrica, "vimos también la posibilidad de trabajar a futuro en una interconexión eléctrica en el túnel Agua Negra".
La idea incluso fue reforzada por el ex director de la Direcon, tras participar el pasado viernes en un conversatorio organizado por el Comité de Energía "Desafíos Energéticos de Chile 2017", organizado por la Cámara del Comercio Chileno Australiana.
"Es obvio que si vamos a perforar la cordillera,tiremos un cable por ahí. Sabemos que es un desafió tecnológico enorme y por eso estamos desarrollando los estudios con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)", dijo el ministro en dicha ocasión.
El túnel de Agua Negra no sólo será la obra de infraestructura más importante de Chile, sino también de América Latina.
Al margen de la ampliación del Canal de Panamá que ya entró en operación (sus obras duraron ocho años y demandaron 5,250 millones de dólares), uno de los proyectos más importantes de la región es la ampliación del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, la cual requerirá unos 1,900 millones de dólares.
Sin embargo, la mayor de todas las obras está en Perú con el Gasoducto Sur Peruano (GSP) que está valorado en más de 7,000 millones de dólares. En este mismo país analiza participar en la construcción del Corredor Bioceánico Central, una línea férrea que uniría Perú con Brasil, pasando por Bolivia, y que demandaría 10,000 millones de dólares.
Pero todas estas megaobras no son nada si se comparan con el proyecto del Canal de Nicaragua. Si bien hasta ahora ha estado marcado por las protestas y el rechazo que genera, se estima que la concreción de esta obra, rival directo del Canal de Panamá, demandará unos estratosféricos 50,000 millones de dólares.