Tras tocar los 28 dólares en enero -mínimos de 2004-, el petróleo ha disparado su valor hasta los 54 que toca actualmente. Esta misma semana, hemos visto otro tirón en los precios después de que los no miembros de la OPEP decidieran unirse al acuerdo del cártel de productores para recortar la oferta. «La noticia complementa el acuerdo inicial de la OPEP y confirma que los productores no pertenecientes a la OPEP bajo el liderazgo de Rusia se sumarán a los recortes de suministro», explica Norbert Rücker, de Julius Baer. No obstante, los expertos advierten de que el pacto arroja muchos interrogantes.
Por ejemplo, hay que tener en cuenta que los países de Oriente Medio están aumentando la producción antes de que las cuotas entren en vigor. Así mismo, otros como Libia, Irán o Nigeria no han firmado e incrementarán su producción. «Existen muchos «peros» y seguimos siendo escépticos sobre si el cumplimiento es suficiente para cambiar el equilibrio del mercado», añade Rücker. Lo mismo opina Joaquín Robles, de XTB: «Somos bastante críticos sobre lo que pueda hacer la OPEP. Es cierto que ha llegado a un acuerdo por primera vez desde 2008. Pero el recorte es equivalente a un uno por ciento de la producción mundial. No parece representativo para estabilizar los precios».
Otro factor que afectará al crudo en opinión de este experto es la recuperación del fracking. «El gran miedo es Estados Unidos. Las empresas para las que no era rentable producir a 28 dólares, ya les es rentable a partir de 50 y podrían volver a inundar el mercado», dice este especialista, quien recuerda que la producción en Estados Unidos es difícil de controlar porque está en manos privadas. Por eso, XTB sitúa el precio del «oro negro» en una horquilla de entre 55 y 60 dólares máximo.
Daniel Lacalle, de Tressis, coincide con esta visión: «La historia nos demuestra que la OPEP no cumple con sus compromisos de recortes de producción» y, de cumplirse, «podrían ser suplidos por la recuperación del fracking», dice. Y es que «el gran beneficiario del acuerdo de la OPEP, se cumpla o no se cumpla, es el fracking» según él. «Es el regalo de Navidad de la OPEP a Estados Unidos», suelta.
Por eso, Lacalle apuesta más bien porque el petróleo fluctúe en una banda muy estrecha con el suelo entre los 40-45 dólares. «Difícilmente lo veo a los niveles que algunos analistas están poniendo en 70 dólares», opina.
En todo caso, Lacalle recomienda a los inversores que se fijen menos en el lado de la oferta y más en el de la demanda para intentar predecir los precios. «Los inversores deberían olvidarse del suministro. El mercado está perfectamente suministrado. Se debería analizar la debilidad o fortaleza de la demanda, especialmente de China, el gran importador de petróleo del mundo. Porque es la que va a dictar el precio. Por eso, no deberíamos estar pendientes de teorías de la conspiración de suministro.
Si la demanda el año que viene empieza a recuperarse, si China reduce su ralentización, todo eso será positivo. Si la demanda continúa debilitándose por la eficiencia y la ralentización de China, entonces estará más cerca de la parte baja de esos 40-60 dólares». En su caso, cree que el crecimiento global será cercano (pero por debajo) del 3 por ciento, un nivel «francamente difícil para pensar en un mercado de petróleo que se vaya equilibrando», según él.
Lacalle precisa que esos cálculos son en dólares constantes pues un último factor que puede afectar al precio del petróleo es la evolución del billete verde, al ser la divisa de referencia. En ese sentido, los analistas como Lacalle creen que la moneda americana se mantendrá estable el año que viene y no aumentará la presión sobre la materia prima.
La producción de petróleo de Rusia se mantuvo sin cambios en diciembre en 11.21 millones de barriles por día (bpd), en su mayor nivel en casi 30 años, indicaron datos del Ministerio de Energía.
Rusia se está preparando para recortar la producción de petróleo en 300,000 bpd durante el primer semestre de este año, como parte de un acuerdo global con la OPEP que busca reequilibrar al mercado.
Los precios del petróleo finalizaron el año pasado en 56.82 dólares el barril, más del doble respecto a los mínimos registrados a inicios del año pasado.
En toneladas, la producción rusa avanzó a 47,402 millones de diciembre, frente a 45,883 millones en noviembre.
En 2016 en su totalidad, la producción alcanzó 547,499 toneladas, o 10.96 millones de bpd, por encima de los 10.72 millones de bpd de 2015.
De acuerdo a datos preliminares, que excluye a la unidades de producción de algunas petroleras, el bombeo mes a mes fue levemente más bajo en la gigante Rosneft y en Gazprom Neft.
El Ministerio de Energía de Rusia dijo que sus recortes planeados de la producción serían graduales y que el bombeo no puede ser disminuido de manera abrupta debido a las condiciones tecnológicas y de clima.
El petróleo cotiza a su nivel más alto desde julio de 2015 impulsado por la entrada en vigor del acuerdo de recorte de producción alcanzado el pasado 30 de noviembre y cerrado con los países externos a la OPEP el 10 de diciembre. El barril Brent se negocia en esta segunda sesión del año ligeramente por encima de los 57 dólares, mientras que el West Texas se sitúa en torno a los 54 dólares por barril.
El lunes era el día marcado en el calendario para empezar con el recorte de producción acordado entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los países externos al cártel como Rusia. En concreto, se espera que la producción se reduzca unos 1,8 millones de barriles al día, de los que 1,2 millones estarían atribuidos a la OPEP.
El cártel controla el 40% de la producción global de petróleo, y este acuerdo viene a impulsar los bajos precios que ha estado registrando esta materia prima durante los últimos años.
A pesar de que sobre el papel el problema parece solucionado, el aumento del precio del petróleo sacará del 'fuera de juego' a numerosos productores estadounidenses de crudo de esquisto bituminoso e impulsará a producir más a gigantes del sector como Royal Dutch Shell, que ha reducido considerablemente su producción debido a los bajos precios de estos últimos dos años
El objetivo queda marcado en 32,5 millones de barriles de crudo diarios, limpiando del mercado unos 180 millones de barriles durante los próximos tres meses. Los productores esperan que esta medida estabilice el precio entre los 60-65 dólares por barril.
La firma japonesa Nomura lo tiene claro: el Brent subirá al menos hasta los 60 dólares por barril. Además, avisa de que esta cifra se puede quedar corta, ya que si EEUU no es capaz de aumentar el ritmo de reapertura de campos petrolíferos “la subida podría ser mayor”.
A pesar de que solamente el 30% de los inversores que han consultado son optimistas con esta industria, los analistas de Nomura lo interpretan como una oportunidad “contrarian” de inversión.
Los analistas de UBS coinciden, y también fijan el precio del petróleo en 60 dólares para los próximos doce meses. Los suizos estiman una demanda de 1,1 millones de barriles diarios adicionales que superarán a la oferta, para la que prevén un crecimiento de 0,5 millones de barriles diarios.