El ministro de Energía e Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, afirmó que al 31 de diciembre de 2016, Bolivia tiene 11 trillones de pies cúbicos (TCF) de reserva de gas que fueron repuestas en la medida que fueron consumidas los últimos años.
El reporte del ministro Sánchez aún no está certificado por un informe externo como establece la Ley 3740 del Desarrollo Sostenible del Sector de Hidrocarburos, que manda que en marzo de cada año se presente el volumen de la riqueza hidrocarburífera del país.
La última certificación se realizó en 2013 por la empresa canadiense GLJ Petroleum Consultants. El presidente Evo Morales presentó los resultados en julio de 2014 y aseveró que las reservas al 31 de diciembre de 2013 eran de 10,45 TCF.
Sánchez recordó ayer que el año 2009, el Gobierno encontró que Bolivia tenía 9,9 TCF, en 2013 certificaron 10,45 TCF y este año se cuantificaron nuevamente y se confirmaron 11 TCF.
Explicó que en siete años se consumieron 5,5 de los 9,9 TCF. “Eso quiere decir que si no hubiéramos hecho nada, nuestras reservas serían 4,5 TCF y en todos estos años, hemos realizado inversiones y se ha repuesto lo consumido e incrementamos las reservas que aseguran gas para 15 y 20 años”, manifestó.
La autoridad aseguró que este año se inició un plan de exploración muy grande en más de 30 áreas con un potencial de 30 TCF de los cuales si se encuentra 15 TCF, Bolivia tendrá una garantía para abastecer los próximos 30 años de gas al mercado.
Anticipó que los resultados se conocerán en 2018 y es previsible que, para 2019, Bolivia tendrá muchos excedentes para cubrir el mercado interno, garantizar la industrialización, termoeléctrica y otros mercados del exterior.
Dijo que con los incentivos del Estado, las inversiones han cambiado en exploración petrolera y recientemente se aprobaron en la Cámara de Diputados tres contratos petroleros en Aguaragüe Centro, Charagua y Tacaraí.
Por su lado YPFB firmó tres contratos y se realizaron siete estudios de geología y geofísica. Seis sísmicas en Acero, Iñau, Sararenda, Huacareta, Madre de Dios en el Río Beni. Hay convenio de estudio con Gazprom, se inauguró en Incahuasi con 7 Mmmdc; se firmó con el consorcio de Gazprom, Total y PAE la ampliación de la primera fase de 7sa 10 Mmmdc y el inicio de la segunda fase de 17 Mmmdc.
El ministro de Hidrocarburos y Energía de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, dijo que "es una oportunidad histórica que se abra el mercado brasilero" del gas porque de este modo Bolivia podrá vender directamente a las empresas privadas con mejores precios.
En una entrevista con el programa de televisión estatal "El pueblo es noticia", Sánchez dijo que aún no está claro si en el contrato de importación de gas que Brasil tiene que renovar con Bolivia en 2019 toda la compra de gas la hará la estatal Petrobras o también comprarán gas empresas privadas.
Bolivia envía actualmente unos 32 millones de metros cúbicos diarios de gas natural al mercado brasileño y la importación la realiza la compañía hidrocarburífera nacional brasileña Petrobras, algo que podría cambiar pronto. Sánchez también dijo que el Ministerio y la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ultiman un acuerdo para explorar dos campos hidrocarburíferos en Bolivia.
"Estamos a punto de cerrar para que se exploren conjuntamente dos 'megacampos' que son San Telmo y Astillero (Tarija, sur), entre YPFB Chaco y Petrobras", afirmó.
El ministro de Minas y Energía de Brasil, Fernando Coelho, visitó la ciudad de Santa Cruz (este) el 7 de noviembre para firmar un compromiso de inversión en exploración de campos gasíferos por alrededor de 1.200 millones de dólares.
Sánchez también hizo referencia a los planes del Gobierno boliviano para producir energía hidroeléctrica y convertirse en "el corazón energético de Sudamérica" durante la próxima década.
Apuntó que Brasil demanda entre 5.000 y 7.000 megavatios (Mw) nuevos cada año y Argentina 1.000, mientras que Bolivia sólo consume alrededor de 1.500 Mw, por lo que tiene mucho potencial para exportar energía a sus países vecinos.
"Tenemos muchísimos recursos, somos chiquitos, nuestros precios de operación son bajos y somos altamente competitivos para entrar en mercados tanto del gas, como de derivados del gas y como el sector eléctrico", apuntó.
Sánchez añadió que Ende, la empresa estatal de electricidad boliviana, invirtió 1.500 millones de dólares este año (la cifra más alta hasta la fecha) y seguirá incrementando sus esfuerzos financieros.
También defendió algunos proyectos hidroeléctricos como las represas del Bala y el Chepete, en el norte amazónico del departamento de La Paz, que con una inversión de 6.000 millones de dólares ha suscitado críticas por su impacto ambiental y social en zonas habitadas por indígenas.
Aseguró que estos proyectos son "multipropósito" y, además de servir para exportar energía eléctrica, contribuirán a mejorar sistemas de riego y abastecer de agua a poblaciones urbanas.
El ministro explicó que su país pretende dejar de producir electricidad con gas en el medio plazo para hacerlo mediante fuentes renovables como las hidroeléctricas, algo que tendría un impacto positivo en la lucha contra el cambio climático porque ahorraría la emisión de toneladas de dióxido de carbono, sostuvo.
Según los planes del Gobierno, en 2020 producirá un excedente de 2.500 Mw de electricidad y en 2025 habrá 9.000 Mw sólo para mercados de exportación.